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Cómo mejorar el transporte urbano de los pobres
- Source: Revista de la CEPAL, Volume 1993, Issue 49, Jun 1993, p. 137 - 154
- English
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- 06 Jun 1993
Abstract
Aunque América Latina y el Caribe constituyen la región más urbanizada y menos pobre del mundo en desarrollo, la cuarta parte de la población vive, o más bien subsiste, por debajo de la linca de la pobreza. Muchas de las personas que se encuentran en esta situación residen en pueblos o ciudades. Numerosas familias de los estratos menos acaudalados invierten más del 15% de sus ingresos en transporte público urbano, proporción que ha aumentado sostenidamente en los últimos decenios debido a que el costo por pasajero que tienen los autobuses se va elevando a medida que crecen las ciudades y que la congestión generada por los automóviles reduce la productividad de cada uno de ellos. Por bien inspirada que esté, la política de los gobiernos a menudo agrava el problema. A los estratos urbanos que viven en condiciones de pobreza de nada les sirve que se fijen tarifas inferiores a los costas si ello desalienta la inversión en autobuses y los deja sin servicios de ninguna especie, salvo quizá los que proporcionan empresarios piratas que operan en forma ilegal, cobran tarifas elevadas y explotan vehículos para pasajeros que son poco confiables, incómodos e incluso inseguros. Tampoco les sirve de mucho que se establezcan empresas públicas de autobuses que son presa de la injerencia política, mantienen la mitad de las máquinas fuera de la circulación por falta de repuestos y ocupan cerca de ocho personas por autobús. Los subsidios que se otorgan a los ferrocarriles metropolitanos (metros) benefician más que nada a los grupos de ingresos medianos y altos que los utilizan o que tienen propiedades en las proximidades de sus estaciones. Para reducir los inconvenientes de los viajes urbanos que realizan los estratos pobres hay diversas medidas que pueden aplicarse económica y rápidamente. Ellas incluyen realizar una reforma bien concebida de la reglamentación de los servicios de transporte por autobús, reorientar los subsidios hacia las personas que realmente los necesitan, dar preferencia al transporte por autobús en vez de a los automóviles y adoptar medidas para nivelar los períodos de alta densidad de tráfico. En el presente trabajo se proponen algunas de estas medidas.