Congresos de la Universitat Politècnica de València, XXXIII Congreso Nacional de Riegos

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ACLIMATACIÓN AL ESTRÉS HÍDRICO DE PLANTAS DE UVA DE MESA cv. CRIMSON SEEDLESS CULTIVADAS EN MACETA
M.R. Conesa, J.M de la Rosa, L. Montemurro, M. García, R. Domingo, A. Pérez-Pastor

Última modificación: 10-06-2015

Resumen


1- Introducción. Objetivo del trabajo

Numerosas investigaciones han resaltado la importancia que ejerce el nivel de estrés hídrico en la hoja sobre las propiedades estructurales y de los intercambios gaseosos de la vid (Chaves et al. 2010; Romero et al. 2014). Sin embargo, en uva de mesa, no se ha documentado el impacto que ejerce en estos intercambios la aclimatación de las plantas al déficit hídrico. El objetivo de este trabajo fue comprobar, la capacidad de adaptación (endurecimiento) y tolerancia a la sequía de la uva de mesa ante diferentes condiciones de estrés hídrico.

2- Descripción del tema y del proceso de ejecución

El ensayo bajo invernadero se realizó en la Estación Experimental Agroalimentaria ‘Tomás Ferro’ de la ETSIA-UPCT, situada en la Palma, (Murcia), durante el verano de 2014. Los plantones de uva de mesa cv. Crimson Seedless fueron injertados en vivero sobre patrón Paulsen 1103 y trasplantados a macetas de 5 litros sobre sustrato de fibra de coco. Se seleccionaron 9 plantas por tratamiento de similar desarrollo y aspecto (75 cm de altura y 1 cm de diámetro de tronco). El sistema radicular de todas las plantas se dividió en dos mitades (cada mitad en una maceta), a fin de mantener similares condiciones experimentales. La radiación fotosintéticamente activa, temperatura del aire y humedad relativa (RFA, Ta y HR) fueron registradas en una estación climática instalada dentro del invernadero. A partir de Ta y HR se calculó el DPV. El sistema de riego consistió en una hilera de plantas con un emisor por maceta de 2 L h-1 (2 emisores planta-1). Todas las plantas se regaron diariamente durante 30 días con idénticas dosis de agua y solución nutritiva vegetativa. Posteriormente, se establecieron 5 tratamientos de riego de acuerdo a un diseño experimental al azar de 3 repeticiones por tratamiento: (i) CTL-1 y CTL-2, ambos regados diariamente a condiciones de humedad de suelo correspondiente a capacidad de campo (ӨCC ≈ 28%); (ii) Riego deficitario (RD), dosis equivalente al 50% del CTL-1; (iii) Riego fijo por desecación parcial de raíces (PRDFIX), dosis equivalente al 50% del CTL-1, aplicado en una mitad de raíces de forma fija; (iv) Riego alterno por desecación parcial de raíces (PRDALT), dosis equivalente al 50% del CTL-1, aplicado en una sólo mitad de raíces de forma alterna, cuando el contenido de agua en el suelo (Өv) de la maceta sin riego se reducía al 12% (correspondiente al punto de marchitez). Estos tratamientos se aplicaron durante 1 mes (periodo de endurecimiento) e inmediatamente después, se suprimió el riego en todos los tratamientos durante 7 días (periodo de estrés), a excepción del tratamiento CTL-1, que se mantuvo regado en las condiciones iniciales. Finalizado el periodo de estrés, todas las plantas fueron tratadas como las plantas CTL-1, con riego diario (periodo de recuperación).

Se realizaron las siguientes determinaciones: potencial hídrico de tallo a mediodía (Ψt,md) y potencial hídrico antes del alba (Ψpd)con cámara de presión; contenido volumétrico de agua en el suelo (Өv) con sondas GS3; asimilación neta de  CO2, (Alm) conductancia estomática (gsm) y eficiencia de uso del agua (EUA, g CO2/g H2O transpirada) con un medidor portátil CIRAS-2 en condiciones de saturación; temperatura del dosel vegetal (Tf, ºC) con una pistola de infrarrojos digital. A partir de los valores de Tf y Ta, se calculó el índice de estrés hídrico (CWSI, Idso et al., 1981). Además, al final del periodo de estrés, se evaluó la calidad visual de las plantas estableciendo 4 categorías expresadas en porcentaje: (1) plantas en condiciones ideales; (2) plantas en condiciones aceptables; (3) plantas con daños moderados; (4) plantas con daños severos. Para el análisis de los datos se realizó un ANOVA simple y test de rango múltiple de Duncan (P<0,05).

Los valores medios de DPV a mediodía fueron de 2,78 kPa durante el periodo de endurecimiento y de 2,06kPa durante el de estrés/recuperación. Asimismo, RFA y Ta promediaron valores de 770 W m-2 y 33,1ºC y de 368,5 W m-2 y 29,2ºC durante los periodos de endurecimiento y  de estrés/recuperación, respectivamente.

El tratamiento CTL-1 mantuvo valores de Өv próximos a capacidad de campo (≈30%) a lo largo del experimento, indicando que su suministro hídrico fue adecuado. Por su parte, los tratamientos RD, PRDFIX y PRDALT mostraron valores medios de Өv un 27, 55 y 50% más bajos que CTL-1. Estas reducciones, fueron similares a lo observado en los valores de  Ψt,md y Ψpd, los cuales presentaron una estrecha correlación entre sí (Ψpd = –0,58 Ψt,md –1,86; r2 = 0,67***). gsm se redujo  significativamente por el efecto del estrés hídrico en todos los tratamientos. Sin embargo, los niveles de ACO2 sólo disminuyeron significativamente en PRDFIX, confirmando que ante niveles de déficit moderado, las plantas limitan las perdidas por transpiración, manteniendo su productividad foliar (Ruiz-Sánchez et al. 2000). Esta disminución, asociada a una reducción de gsm y Ψt,md es unarespuesta característica de los árboles en adaptación a la sequía (López et al. 2012). Además, se observó un efecto positivo del déficit hídrico sobre WUE, con valores más altos en RD, y PRDALT. Las condiciones de estrés hídrico aumentaron el diferencial de temperatura entre la hoja y el aire (Tf-Ta), pudiendo ser utilizado como índice de estimación del estado hídrico (Bellvert et al. 2014). Durante el periodo de estrés, Өv fue muy bajo (en torno a 10%) y similar en todos los tratamientos. Tanto los valores de Ψt,md y Ψpd como los de los intercambios gaseosos evaluados, sufrieron una disminución drástica. En este sentido, el CSWI mostró valores más cercanos a la unidad en PRDFIX, seguidos de PRDALT y RD. Durante el periodo de recuperación, se observó una incremento sensible de los intercambios gaseosos en todos los tratamientos, indicando que la influencia negativa del déficit hídrico puede ser reversible (Egea et al. 2012). Por último, la calidad visual de las plantas evaluadas al final del experimento, mostró daños más severos en los tratamientos PRDFIX y CTL-2, inducidos por un mayor grado de defoliación, consecuencia del periodo de supresión del riego. .

3- Conclusiones

La respuesta fisiológica de Crimson resultó severamente afectada por PRDFIX, ya que a pesar de presentar una recuperación de los intercambios gaseosos, los daños generados sobre su aspecto visual y crecimiento vegetativo resultaron ser irreversibles. Sin embargo, las estrategias de PRDALT y RD mostraron mecanismos de adaptación a la sequía, pudiendo ser utilizadas con fines de programación de riegos.

 

DOI:http://dx.doi.org/10.4995/CNRiegos.2015.1435

 


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