La miocarditis es una enfermedad cardíaca aguda consistente en la inflamación del miocardio causada la mayoría de las veces por una infección viral1,2. La presentación clínica de la miocarditis aguda es heterogénea y su diagnóstico es uno de los más desafiantes en la práctica clínica cardiológica3. Frecuentemente, se plantea el diagnóstico diferencial con el infarto agudo de miocardio (IAM) al presentarse clínicamente con dolor torácico prolongado de carácter anginoso, acompañado de cambios electrocardiográficos isquémicos y elevación de la troponina plasmática4.
En los pacientes hospitalizados con diagnóstico de IAM y cuyas arterias coronarias son normales en la coronariografía, el diagnóstico definitivo más frecuente es la miocarditis aguda5,6. La resonancia magnética cardíaca (RMC) es el método diagnóstico no invasivo de elección para diagnosticarla7,8, y diferenciarla del IAM u otra patología cardíaca aguda de origen no isquémico que lo simule5,6,9,10. La RMC entrega no solo información anatómica y funcional del corazón, sino también características tisulares del miocardio cómo el edema miocárdico y la necrosis/fibrosis miocárdica8.
El objetivo de este estudio es describir las características de la RMC en pacientes con miocarditis aguda, hospitalizados con el diagnóstico presunto de IAM con supradesnivel del segmento ST (IAM con SDST), y cuyas coronariografías descartaron la existencia de lesiones ateroescleróticas.
Materiales y Métodos
Estudio retrospectivo que incluyó 24 pacientes con miocarditis aguda hospitalizados con sospecha de IAM con SDST. Todos ellos ingresaron con dolor torácico opresivo prolongado de reposo (> 30 min), alteraciones electrocardiográficas con supradesnivel del segmento ST > 0,2 mV en dos o más derivaciones precordiales contiguas, y/o > 0,1 mV en otras derivaciones, y elevación de la troponina plasmática. La coronariografía excluyó lesiones coronarias ateroescleróticas significativas en todos los pacientes. Tres a cuatro días después de la coronariografía, se realizó una RMC luego de descartarse una injuria renal aguda posterior al uso del contraste yodado. Ningún paciente tenía antecedentes de haber consumido cocaína u otras sustancias ilícitas.
Se registraron los valores de marcadores bioquímicos como CK total, CK-MB, troponina, péptido natriurético cerebral y proteína C reactiva. Los pacientes con infarto al miocardio previo, otras enfermedades cardíacas conocidas o contraindicaciones para realizar una RMC fueron excluidos. El Comité de ética local aprobó este estudio y todos los pacientes proporcionaron el consentimiento informado autorizando su participación en el estudio.
Estudios de RMC
Los estudios se realizaron de manera protocolizada en un resonador SIGNA Excite 1.5-Tesla (General Electric Medical Systems, Milwaukee, MN, EE. UU.). Las imágenes se adquirieron mediante una antena de superficie corporal acoplada en fase durante apneas repetidas y utilizando sincronización electrocardiográfica. Las imágenes de cine-resonancia, se adquirieron utilizando secuencias de precesión libre en estado estacionario, en proyecciones de dos, tres, cuatro cavidades y en proyecciones de eje corto desde la base hasta el ápex de ambos ventrículos para evaluar la contracción segmentaria y global del corazón11. El contorno del borde endocárdico y epicárdico del ventrículo izquierdo (VI) se realizó de manera semiautomática. Los músculos papilares se excluyeron de la masa miocárdica y se incluyeron en el volumen del VI. Los cortes más basales fueron excluidos de la evaluación porque las imágenes de eje corto a este nivel impiden una evaluación segmentaria fiable, debido a la presencia del tracto de salida del VI y su diámetro pequeño, especialmente, en las imágenes telesistólicas12. Las especificaciones técnicas de la RMC para el estudio del edema y necrosis/fibrosis del miocardio, se describen en la Tabla 1. Las secuencias T2-STIR y de realce tardío de gadolinio fueron adquiridas en proyecciones idénticas a las del cine resonancia.
Característica tisular del miocardio | Técnica |
---|---|
Edema | Secuencia segmentada T2-STIR con análisis de la intensidad de la señal del miocardio edematoso normalizada al músculo esquelético mediante el programa CV42. El color azul indica una relación de intensidad de miocardio/músculo esquelético3 2.0 que indica edema y el color verde indica una intensidad de señal normal (1,4-1,9) (Figura 1)8,13. Con este programa es posible identificar y cuantificar el edema miocárdico regional y global, el primero fácilmente reconocible a simple vista no así el segundo (Figura 2)14. Para excluir el flujo endocavitario lento que se presenta como hiperintensidad de señal próxima al miocardio, los bordes endocárdico y epicárdico deben ser cuidadosamente trazados (Figura 3)13,15 |
Necrosis/fibrosis | Se usan secuencias de realce tardío. Luego de la administración de 0,2 mmol/Kg de gadolinio endovenoso, se adquieren imágenes 10 min después utilizándose secuencias T1 modificadas con la aplicación de un pulso de inversión de 180°, para anular la señal del miocardio sano que se visualiza de color negro, mientras que las zonas de miocardio con necrosis/fibrosis aparecen con realce de gadolinio por acumulación del contraste producto de la ruptura de la membrana del cardiomiocito (necrosis) y al depósito de colágeno extracelular (fibrosis) (Figura 2)16. La presencia y localización del realce tardío de gadolinio se identifica visualmente en las imágenes de eje corto desde la base del VI al ápex y en los ejes largos de dos, tres y cuatro cavidades. La cuantificación del realce se realiza en el eje corto luego de dibujar el borde epicárdico y endocárdico excluyendo los músculos papilares y las trabéculas para luego realizar análisis de la intensidad de señal del realce normalizada al miocardio remoto mediante el programa CV4215. El color amarillo indica una intensidad de señal > 5 desviaciones estándares del miocardio realzado por encima de la señal del miocardio normal (Figura 2)13 |
CV42: versión 5.12.1, Circle Cardiovascular Imaging Inc., Calgary, Canadá; STIR: short tau inversión recovery.
El diagnóstico de miocarditis se hizo de acuerdo a los criterios de Lake Louise, que proponen la presencia de edema, hiperemia y necrosis o cicatriz en la RMC, como los hallazgos más importantes, requiriéndose la presencia de al menos dos de los tres criterios para el diagnóstico13.
Los estudios de RCM fueron evaluados por dos médicos expertos en esta técnica de diagnóstico, sin conocimiento de los datos clínicos de los pacientes.
Resultados
El diagnóstico de miocarditis se realizó al identificarse en la RMC realce tardío de gadolinio, con patrón parcheado o focal subepicárdico y/o intramiocárdico, no afectando el subendocardio lo que permite diferenciarlo del daño de origen isquémico (Figura 4)8,13. Cuatro pacientes recibieron tratamiento trombolítico sin presentar complicaciones. En la Tabla 2, se muestran los antecedentes clínicos y los hallazgos de laboratorio. Veintiún pacientes (87,5%) eran hombres y la edad fue 32,8 ± 11,2 años (rango 18-52). Las concentraciones de CK total, CK-MB, troponina I, péptido natriurético cerebral y proteína C reactiva estaban elevadas. La Tabla 3, muestra los hallazgos en la RMC. Se identificó edema miocárdico y realce tardío de gadolinio en todos los pacientes, afectando 49,5% y 8,5% de la masa ventricular izquierda total, respectivamente. El edema era transmural en 86,2% y subepicárdico en el 13,8% (Figura 5) comprometiendo proporcionalmente las paredes anterior, inferior, lateral y anterior del VI y al septo interventricular. La distribución del realce era 74,4% subepicárdico y 25,6% intramural, sin compromiso del subendocardio y con aspecto parcheado en 68,3%, y focal en 31,7% (Figuras 2, 4 y 5). En 56,1% de los pacientes, el realce estaba localizado en la pared lateral, 36,6% en la pared inferior, 4,9% en el septo interventricular y 2,4% en la pared anterior.El volumen de fin de sístole indexado estaba levemente aumentado y la fracción de eyección (FE) de 58% en el límite normal bajo según estándares internacionales14. Dos pacientes tenían alteración segmentaria de la contracción del VI (Figura 6). La FE del ventrículo derecho (VD) estaba disminuida en 48,1%, no identificándose alteraciones segmentarias de la contracción. En diez pacientes (41,7%), se encontró edema miocárdico de la pared libre del VD sin realce de gadolinio tardío (Figura 7), y la fracción de eyección del VD era < 51%, en todos ellos. Se encontró derrame pericárdico leve en la mitad de los pacientes (Figura 8).
Edad (años) | 32,8 ± 11,2 | (rango 18-52) |
Sexo (F/M) | 3/21 (87,5%) | |
Hipertensión arterial (n) | 0 de 24 | |
Dislipidemia (n) | 5 de 24 | |
Tabaquismo (n) | 9 de 24 | |
Diabetes Mellitus (n) | 1 de 24 | |
Consumo de drogas ilícitas (n) | 0 de 24 | |
Presión arterial sistólica (mmHg) | 116,8 ± 12,0 | (RN: 100-120) |
Presión arterial diastólica (mmHg) | 66,9 ± 10,3 | (RN: 60-80) |
Frecuencia cardíaca (latidos/min) | 76,8 ± 7,3 | (RN: 60-100) |
CK-total máxima (U/L) | 503,9 ± 257,1 | (RN: 39-308) |
CK-MB máxima (ng/mL) | 35,0 ± 32,5 | (RN: < 5,0) |
Troponina I máxima (ng/mL) | 20,6 ± 16,5 | (RN: < 0,03) |
PNC máxima (pg/mL) | 117,3 ± 102,4 | (RN: 2,0-56,6) |
PCR máxima (mg/L) | 39,5 ± 34,1 | (RN: < 5,0) |
VHS máxima mm/Hr) | 12,6 ± 7,7 | (RN: < 15) |
Leucocitos valor máximo (×106/μL) | 10,4 ± 2.8 | (RN: 4,5-11,5) |
Creatininemia (mg/dL) | 0,86 ± 0,11 | (RN: 4,5-11,5) |
Glicemia (mg/dL) | 97,0 ± 2,9 | (RN: 70-99) |
Colesterol total (mg/dL) | 153,1 ± 31,2 | (RN: 4,5-11,5) |
LDL (mg/dL) | 95,4 ± 32,7 | (RN: 4,5-11,5) |
Triglicéridos (mg/dL) | 118,2 ± 46,9 | (RN: 4,5-11,5) |
CK: creatinquinasa; CK-MB: creatinquinasa MB; LDL: colesterol de baja densidad; PNC: péptido natriurético cerebral; RN: rango normal; PCR: proteína C reactiva; VHS: velocidad de eritrosedimentación.
Volumen diastólico indexado del VI (mL/m2) | 86,7 ± 19,6 | (RN: 56-96) | |
Volumen sistólico indexado del VI (mL/m2) | 36,4 ± 10,0 | (RN: 14-34) | |
Masa indexada del VI (g/m2) | 62,1 ± 15,6 | (RN: 51-81) | |
Fracción de eyección del VI (%) | 58,0 ± 7,1 | (RN: 57-77) | |
Alteración segmentaria de la contracción del VI (n) | 2 de 24 | (8,3%) | |
Edema miocárdico (n) | 24 de 24 | ||
Realce tardío de gadolinio (n) | 24 de 24 | ||
Masa total indexada del VI (gr) | 104,9 ± 21,9 | ||
Masa VI con edema / Masa total del VI (%) | 49,5 ± 9,2 | ||
Masa VI con RTG / Masa total del VI (%) | 8,5 ± 8,1 | ||
Volumen diastólico indexado de VD (mL/m2) | 81,3 ± 18,1 | (RN: 48-112) | |
Volumen sistólico indexado de VD (mL/m2) | 43,2 ± 12,1 | (RN: 12-52) | |
Fracción de eyección del VD (%) | 48,1 ± 6.8 | (RN: 51-71) | |
Edema de miocardio del VD (n) | 10 de 24 | (41,7%) | |
Realce tardío de miocardio del VD (n) | 0 de 24 | ||
Volumen máximo indexado de la AI (mL/m2) | 36,5 ± 10,8 | (RN: 27-53) | |
Área máxima indexada de la AI (cm2/m2) | 21,7 ± 4,1 | (RN: 13-27) | |
Volumen máximo indexado de la AD (mL/m2) | 38,2 ± 11,7 | (RN: 18-90) | |
Área máxima indexada de la AD (cm2/m2) | 14,1 ± 2,3 | (RN: 14-30) |
AD: aurícula derecha; AI: aurícula izquierda; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo; RN: rango normal; RTG: realce tardío de gadolinio.
Discusión
Este estudio describe los hallazgos en la RMC en pacientes hospitalizados con diagnóstico definitivo de miocarditis aguda, que ingresaron con sospecha diagnóstica de IAM con SDST, y en los que la coronariografía descartó la existencia de lesiones coronarias ateroescleróticas significativas (Figura 5). La ausencia de enfermedad coronaria en la coronariografía, no confirma el diagnóstico de miocarditis aguda ni descarta el IAM. Sin embargo, para la administración del tratamiento correcto, la confirmación diagnóstica es esencial6. La RMC, es un examen no invasivo de alta precisión para el estudio morfológico y funcional del VI y VD15, y entrega información de las características tisulares del miocardio tales como edema y necrosis/fibrosis miocárdica3,8. En el año 2009, se publicaron los criterios de Lake Louise para el diagnóstico de la miocarditis aguda, que corresponden a marcadores de la RMC (edema miocárdico, realce precoz y tardío de gadolinio), que entregan alta evidencia de inflamación aguda del miocardio13. Cuando se cumplen al menos dos de los tres criterios mencionados la probabilidad diagnóstica de miocarditis aguda aumenta de manera significativa, razón por la que se han incorporado a las recomendaciones del grupo de expertos para su diagnóstico3. Estos criterios tienen alta precisión diagnóstica, cuando la RMC se realiza dentro de las primeras dos semanas del inicio de los síntomas, observación que ha sido validada con la realización de biopsia endomiocárdica16. Todos los pacientes de la presente cohorte, cumplían con los criterios de Lake Louise para el diagnóstico de miocarditis13, al presentar edema miocárdicoy realce tardío de gadolinio con distribución subepicárdica y/o intramiocárdica sin compromiso del endocardio. La presencia de realce endocárdico es característico del origen isquémico de la lesión miocárdica17, particularidad que permite el diagnóstico diferencial entre el IAM y la miocarditis aguda, en pacientes que debutan con un cuadro clínico de infarto y cuyas arterias coronarias son normales6,18,19.
La presentación clínica más frecuente de la miocarditis aguda es similar a la del IAM4–6. Todos los pacientes de esta cohorte presentaron dolor torácico prolongado de carácter anginoso, acompañado de elevación del segmento ST en el electrocardiograma y aumento de la troponina (Tabla 2) (Figura 5), siendo hospitalizados con el diagnóstico presunto de IAM con SDST, sin embargo, la coronariografía descartó enfermedad coronaria ateroesclerótica. En este escenario clínico, la RMC tiene alta sensibilidad para el diagnóstico de miocarditis la que disminuye si el cuadro clínico de presentación es insuficiencia cardíaca o arritmias16. La miocarditis aguda puede afectar global o regionalmente el corazón20–22, siendo las paredes lateral e inferior del ventrículo izquierdo las más frecuentemente afectadas, tal como se observó en el presente estudio, pero la pared anterior y el septo interventricular también pueden afectarse18,23. El edema miocárdico está presente durante la fase aguda de la enfermedad, para luego resolverse rápidamente19,20,24. En todos nuestros pacientes, se identificó edema miocárdico a diferencia de otros estudios que comunicaron una incidencia entre 37% a 90% de los casos5,19,20,25. Esta discordancia podría explicarse por la diferencia del tiempo, entre la realización de la RMC y el inicio de los síntomas, y la no utilización de un programa computacional que permita pesquisar edema miocárdico no reconocible a simple vista, como el usado en el presente estudio (Figuras 1 y 2). En esta cohorte el edema afectaba el 49,5% de la masa total del VI, era transmural en el 86,2%21 y subepicárdico en el 13,8% (Figuras 1 y 5), localizándose en las paredes inferior y lateral en el 48,3% y en la pared anterior y septo interventricular en el 51,7% (Figuras 1,2,3 y 5). El realce tardío comprometía el 8,5% de la masa ventricular izquierda total, un hallazgo concordante al 7,1% de un estudio previo21. El realce estaba localizado en las paredes inferior y lateral en el 92,7% de los casos en concordancia con lo descrito en la literatura18,27, y en el 7,3% en la pared anterior y septo interventricular (Figuras 2,4,5 y 6). Su distribución fue subepicárdica en el 74,4%, e intramural en el 25,6%, de aspecto parcheado en el 68,3% y focal en el 31,7% (Figuras 4 y 5). El realce tardío de gadolinio, se encuentra en la mayoría de los pacientes con miocarditis aguda, si la RMC se realiza dentro de las primeras dos semanas del inicio de los síntomas como en el presente estudio19, y representa áreas de necrosis/fibrosis del miocardio28. El gadolinio se acumula al penetrar en el espacio intracelular producto del daño de la membrana del cardiomiocito (necrosis), para luego acumularse en el espacio extracelular (fibrosis), realzando las zonas del miocardio inflamado. No obstante, el realce de gadolinio tardío puede ocasionalmente corresponder a una manifestación del edema de miocárdico29. Los pacientes con miocarditis aguda que simulan un IAM con SDST, pueden recibir equivocadamente tratamiento trombolítico30,31 (Figura 5) al ponerse en práctica las recomendaciones de las guías clínicas a nivel internacional y nacional32,33. La trombolisis en pacientes con miopericarditis no está exenta de complicaciones34,35, sin embargo, los cuatro pacientes (16,7%) de nuestro estudio que recibieron tratamiento trombolítico no presentaron complicaciones, en correspondencia con estudios previamente publicados30,31. La función sistólica global del VI estaba preservada, con una fracción de eyección en límite normal bajo de 58%, según estándares internacionales14, y en solo dos pacientes se pesquisó alteración segmentaria de la contracción ventricular izquierda (Figura 6)36. Una posible explicación para este hallazgo, podría ser la menor participación del subepicardio en la contracción miocárdica, a diferencia de lo que ocurre en los pacientes con IAM en los que el daño es subendocárdico o transmural6,23. El compromiso del VD en la miocarditis aguda, ha sido escasamente reportado en la literatura (Figuras 7)26,37. En este estudio, la fracción de eyección del VD promedio estaba reducida a 48,1%, valor idéntico a 48,1% recientemente comunicado26. Diez pacientes (41,7%) tenían edema de miocardio en la pared libre del VD, en una relación de contigüidad con el edema miocárdico del septo interventricular, o de las paredes anterior o inferior (Figura 7)37. Todos los pacientes con edema de la pared libre del VD, tenían una fracción de eyección menor al valor mínimo normal de 51%14. El edema de miocardio debe ser considerado un marcador de daño miocárdico reversible, que al desaparecer se acompaña de una mejoría de la función ventricular20,36. Sin embargo, el compromiso del VD en la miocarditis aguda con presencia de realce de gadolinio tardío en el VD, se asocia a eventos cardíacos adversos importantes37. Ningún paciente del presente estudio tenía realce tardío de gadolinio en el VD. El compromiso del VD, mediante el uso de biopsia endomiocárdica, se ha comprobado en el 67,3% de pacientes con miocarditis aguda, sin embargo, dado que las muestras son tomadas habitualmente del lado derecho del tabique interventricular y no de la pared libre del VD, y como el tabique interventricular se considera generalmente parte del VI, la prevalencia real de la miocarditis del VD no puede ser confirmada38. En la actualidad, la biopsia endomiocárdica no estaría indicada en pacientes con miocarditis aguda hemodinámicamente estables39, recomendándose su uso en un número limitado de escenarios clínicos, que no incluye la presentación de la miocarditis simulando un IAM3, como ocurrió en todos los pacientes de esta serie. En una reciente publicación, se encontró que el realce tardío de gadolinio presente en la etapa aguda de la miocarditis, puede no representar fibrosis definitiva y desaparece a los 6 meses de seguimiento40, pero la persistencia del realce en ausencia de edema representaría fibrosis definitiva que se asocia a un peor pronóstico40.
Conclusiones
Los pacientes hospitalizados con diagnóstico de IAM con SDST sin lesiones coronarias ateroescleróticas en la coronariografía, deberían estudiarse de ser posible, con una RMC, examen que permite el diagnóstico diferencial con exactitud entre miocarditis aguda e infarto agudo de miocardio.