La adolescencia es un ciclo clave durante el que se producen una serie de cambios psicosociales y físicos1, desde el punto de vista neurobiológico social, es una etapa importante, pues en ella se inician relaciones seudoindependientes con otros seres humanos, diferentes a sus compañeros de colegio, familiares y vecinos2; la relación con sus pares es vital para el desarrollo de aptitudes sociales, de hecho la amistad se convierte en lo más importante y relega el apego que se tenía hasta entonces por los padres1. Los adolescentes muestran la tendencia a compartir sus posiciones (sociales, musicales, religiosas) con sus pares, generalmente solo con aquellos que piensan de manera similar3.
La marihuana es una sustancia ampliamente utilizada en la sociedad, especialmente entre los adolescentes4. Su consumo se ha convertido en un problema de salud pública5, pues genera dependencia y su prevalencia de vida en Colombia ha aumentado en los últimos años6; entre los efectos deletéreos de su uso se encuentran cambios fisiopatológicos, tales como alteraciones inflamatorias y lesiones precancerosas de las vías respiratorias, relacionada proporcionalmente con la dosis que se consume7; en el campo psicológico social se encuentran el deterioro cognitivo, con mayor énfasis en memoria y aprendizaje, así como la pérdida del control interno8, alteración en la función social9, trastornos afectivos, de ansiedad, de conducta, de la conducta alimentaria10.
El reporte de drogas muestra que la prevalencia de consumo de marihuana en adolescentes escolarizados aumentó de 7,59%, en el año 2004, a 8,28% en el año 20116; por otra parte, el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas11, desarrollado en el año 2013, muestra que 4,35% (IC95% 3,43%-5,27%) de los adolescentes entre 12 y 17 años han consumido marihuana durante el último año; en la ciudad de Bucaramanga se encontró, en estudiantes de décimo y undécimo grado, que 5,5% de los adolescentes habían consumido marihuana al menos una vez en la vida, y 4,4% lo había hecho durante el último año12. Por lo expuesto, y la falta de datos sobre el consumo de esta sustancia en la ciudad de Pamplona, aparece la necesidad de conocer el comportamiento de consumo local de esa sustancia.
Tradicionalmente se ha estudiado la prevalencia en el último mes y en los últimos doce meses, pues son marcadores robustos del consumo actual13, no obstante, la prevalencia de vida es un indicador que muestra el uso exploratorio de esta sustancia y, a su vez, permite evaluar la proporción de uso frecuente cuando se realiza evaluación de tendencias en el consumo de marihuana. Por ende, el objetivo de este trabajo es examinar la prevalencia de vida y factores sociodemográficos asociados al consumo de marihuana, en una muestra representativa de estudiantes de secundaria en Pamplona, Norte de Santander, Colombia.
Materiales y Métodos
Tipo de estudio y población
Estudio descriptivo transversal. Es un análisis secundario del estudio Emtamplona -Emtajoven Pamplona-, que buscó estimar la prevalencia de consumo de cigarrillo de tabaco entre adolescentes escolarizados, en el año 2015 en Pamplona, Colombia. La población y los supuestos para el cálculo del tamaño muestral han sido previamente reportados14. Los supuestos son suficientes para estimar la prevalencia del consumo de marihuana en la vida.
Procesos de medición y recolección de la información
La recolección de la información se realizó tomando como base la Emtajoven15. Encuesta escolar diseñada para evaluar el consumo de tabaco entre los jóvenes y ha sido aplicada alrededor del mundo, es un instrumento estructurado, autodiligenciado y anónimo, de aplicación individual. Durante la recolección de datos, los participantes recibieron explicación sobre la importancia de la medición, así como todas las pautas necesarias para el correcto diligenciamiento de la encuesta. El grupo encuestador siempre estuvo disponible y al pendiente de las inquietudes que manifestaban los adolescentes frente al cuestionario. Se hizo una prueba piloto con 40 sujetos de diferentes cursos académicos.
Consumo de marihuana
Para evaluar el consumo de marihuana se usó la pregunta: ¿Ha consumido marihuana alguna vez en la vida, aunque sea una o dos aspiraciones? El adolescente, al responder, marcaba un sí o un no.
Factores sociodemográficos
En el presente estudio se definieron como factores asociados las siguientes variables sociodemográficas: 1) sexo (masculino y femenino); 2) curso actual (sexto-séptimo, octavo-noveno, décimo-undécimo); 3) edad (10-11 años; 1213 años; 14-15 años; 16-17 años y 18-19 años); 4) tipo de colegio (público y privado); 5) religión (cristiano católico, cristiano no católico y ateo/ otros); 6) estrato social (a. Bajo-bajo, b. Bajo y Medio-bajo, y c. Medio-Medio-Alto)16; 7) grado académico de la madre u 8) del padre (no tiene padre/madre/no sabe, sin educación, hasta bachillerato, estudios superiores); 9) consumo actual de cigarrillo (sí o no). La definición de fumador ha sido reportado previamente14.
Análisis estadístico
En primer lugar, se realizó un análisis exploratorio para determinar la distribución de frecuencias (medidas de tendencia central y de dispersión para variables cuantitativas), frecuencias relativas (para variables cualitativas). Se realizó la descripción para la prevalencia de vida por variables sociodemográficas. Después de eso, para estimar la asociación entre el consumo de vida con las variables sociodemográficas de los adolescentes, se utilizaron dos modelos de regresión logística binaria17.
El primer modelo de regresión logística binaria fue simple (odds ratio [OR] no ajustado), el segundo modelo fue multivariable (modelo 1a OR). Se realizó ajuste para por edad, sexo y religión, esto debido a que en nuestro modelo teórico, estas variables son aquellas que ejercen un potencial efecto confusor, no se incluyó el curso (a pesar de ser significativo) debido a que este tiene una fuerte relación con la edad y no aportaba al modelo. Los análisis fueron realizados en SPSS versión 20, se consideró como significante un valor p < 0,05, la estimación de parámetros se hizo con un nivel de confianza de 95,0%.
Consideraciones éticas
El estudio se desarrolló de acuerdo con las normas establecidas en la Resolución 8.430 de 1993, promulgada por el Ministerio de Salud de Colombia; de acuerdo con su Artículo 11, esta investigación se clasifica como «sin riesgo». La participación fue voluntaria, los tutores legales de los adolescentes firmaron el consentimiento informado y los adolescentes firmaron el asentimiento informado. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad del Norte, acta de evaluación número 125 del 30 de abril de 2015.
Resultados
Se repartieron 1.000 consentimientos y asentimientos informados, en 138 casos los padres o adolescentes decidieron no ser parte de la investigación (13,8% porcentaje de no participación), de los 862 adolescentes evaluados se analizaron 814, que completaron totalmente las preguntas relacionadas con el consumo de marihuana (94,4% porcentaje de respuesta). La edad de los incluidos fue de 13,92 años DE 1,90 (IC95% 13,79-14,05). La prevalencia de vida de consumo de marihuana fue de 10,2% (83 adolescentes). Aquellas que acusaron consumir tabaco, pertenecer a la religión ‘otros’ y quienes tenían 18-19 años, mostraron las mayores prevalencias de vida (34,9%, 21,9% y 39,0%), respectivamente. Los demás datos se muestran en la Tabla 1.
Sí han consumido | No han consumido | p | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | |||
Total | 83 | 10,2% | 731 | 89,8% | ||
Género | ||||||
Masculino | 46 | 12,3% | 329 | 87,7% | 0,071 | |
Femenino | 37 | 8,4% | 402 | 91,6% | ||
Curso | ||||||
Sexto-Séptimo | 22 | 7,5% | 270 | 92,5% | 0,011 | |
Octavo-Noveno | 24 | 8,7% | 251 | 91,3% | ||
Décimo-Undécimo | 37 | 15,0% | 210 | 85,0% | ||
Edad | ||||||
10-11 años | 3 | 3,2% | 91 | 96,8% | <0,001 | |
12-13 años | 18 | 6,7% | 250 | 93,3% | ||
14-15 Años | 26 | 9,7% | 241 | 90,3% | ||
16-17 años | 31 | 19,1% | 131 | 80,9% | ||
18-19 años | 5 | 21,7% | 18 | 78,3% | ||
Tipo de Colegio | ||||||
Público | 79 | 10,6% | 669 | 89,4% | 0,247 | |
Privado | 4 | 6,1% | 62 | 93,9% | ||
Religión | ||||||
Cristiano Católico | 70 | 9,7% | 652 | 90,3% | 0,083 | |
Cristiano No católico | 6 | 10,0% | 54 | 90,0% | ||
Otros* | 7 | 21,9% | 25 | 78,1% | ||
Estrato social | ||||||
Bajo-bajo | 42 | 14,0% | 259 | 86,0% | 0,016 | |
Bajo y medio-bajo | 37 | 8,5% | 397 | 91,5% | ||
Medio-medio-alto | 4 | 5,1% | 75 | 94,9% | ||
Nivel académico del padre | ||||||
No tiene padre, no sabe, sin educación | 19 | 8,8% | 198 | 91,2% | 0,072 | |
Hasta bachillerato | 44 | 10,7% | 367 | 89,3% | ||
Estudios superiores | 20 | 10,8% | 166 | 89,2% | ||
Nivel académico de la madre | ||||||
No tiene madre, no sabe, sin educación | 8 | 7,6% | 97 | 92,4% | 0,715 | |
Hasta bachillerato | 57 | 12,3% | 406 | 87,7% | ||
Estudios superiores | 18 | 7,3% | 228 | 92,7% | ||
Consumo actual de tabaco | ||||||
Sí | 38 | 34,9% | 71 | 65,1% | <0,001 | |
No | 45 | 6,4% | 660 | 93,6% |
*Incluye ateo y personas que aseveraron ser de otras religiones. Valor p calculado con χ2.
La Figura 1 muestra que, tras realizarse el ajuste multivariable, se encontró que pertenecer a una religión diferente a la cristiana (OR 2,88 IC95% 1,16-7,13), ser consumidor de tabaco (OR 6,20 IC95% 3,69-10,42) y tener entre 14 y 15 años (OR 3,42 IC95% 1,01-11,64), 16 y 17 años (OR 7,68 IC95% 2,27-26,00), 18 y 19 años (OR 8,92 IC95% 1,95-40,93) se asoció con el consumo de marihuana en la vida.
Discusión
Este es el primer estudio que examina el consumo de marihuana en una muestra significativa de adolescentes escolarizados en Norte de Santander, Colombia. Se observó una prevalencia reportada de consumo de marihuana en la vida de 10,2%, en los adolescentes encuestados, cifra considerable en términos de salud pública; en el año 2013, el informe del Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas encontró que 13,0% de los colombianos (entre 12 y 65 años) reportaron haber consumido en la vida al menos una sustancia psicoactiva11. Por otro lado, el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas, en población escolar de 2011, mostró que 7,0% de los escolares en Colombia declararon haber fumado marihuana al menos una vez en la vida18. En Montería, Colombia, en el año 2013, se encontró que el consumo de vida fue de 12,1% en estudiantes entre 13 y 18 años19; recientemente, en Chicoral, Tolima, en el año 2012, se encontró que 4,9% de los adolescentes entre 8 y 17 años habían consumido marihuana al menos una vez en la vida20. En Pamplona, en el año 2013, estudiantes universitarios entre 18 y 25 años de edad acusaron que 25% de ellos habían consumido marihuana alguna vez en su vida, y alrededor de 7% la había consumido durante el último mes21. El reporte mundial de drogas muestra que las prevalencias de vida en Argentina para el 2014, en adolescentes de 14-15 años fue de 18,3%, en Chile para el 2015 en adolescentes de 15-16 años, fue de 43,6%; en Venezuela, para el 2011, en adolescentes de 15-17 años, fue de 3,2%22.
En América Latina se han reportado diferentes prevalencias de vida. En Perú, en el año 2014, se encontró una prevalencia de vida de 9,1%23, mientras que en Costa Rica, en el año 2012, se reportó 15,1%24. Entre tanto, en Chile, en el año 2014, el décimo estudio nacional de drogas en población escolar mostró que la prevalencia fue de 37,2%25. Otro estudio desarrollado en Chile mostró que el 14,5% de los estudiantes del área Metropolitana de Santiago aseguraron haber consumido marihuana al menos cuatro veces durante el último mes26. En México se halló que 7,2% de mujeres adolescentes de Veracruz habían consumido marihuana27. En Argentina, en el año 2005, se encontró que el consumo se había dado en 15,6% de los adolescentes28. En países europeos, varios estudios han descrito diferentes prevalencias de vida en adolescentes, como los documentados en República Checa, durante el año 2014, fue 23,1%29, y en Islandia, en el año 2015, fue de 8,0%30.
La prevalencia por sexo mostró que 12,3% de los hombres y 8,4% de las mujeres reportaron haber fumado marihuana, estos resultados son superiores a los hallados en el estudio nacional de sustancias psicoactivas en el año 2011, en el que se reportó una prevalencia mayor para el sexo masculino (8,6% vs 5,5%)18. Estudios desarrollados en Costa Rica24 y Chile25,26 han mostrado una tendencia similar. Un estudio previo realizado en Pamplona, con población universitaria, mostró que los hombres eran quienes tenían una mayor prevalencia de vida (25,9% vs 15,6%)21. Por otro lado, en países europeos, como República Checa, en el año 201429, se observó que las prevalencias de vida no muestran diferencias por sexo (femenino 23,3% vs masculino 22,8%); este resultado es similar al reportado por Armason et al30 en adolescentes de Islandia, en el año 2015 (8,0% versus 8,1%).
Las creencias religiosas determinan estilos de vida y comportamientos de los individuos31. En este estudio se encontró que aquellos que confesaron pertenecer a una creencia religiosa diferente al cristianismo mostraron una prevalencia de 21,9%, la cual es dos veces superior a la de los cristianos; resultado que concuerda por Chen CY et al32, quienes describieron que en adolescentes de Sudamérica, aquellos que tenían niveles más altos de práctica religiosa están inversamente asociados con las primeras etapas de experiencias con cannabis, en la misma línea, un metaanálisis con 22 estudios desarrollados entre 1995 y 2007 mostró el mismo comportamiento33.
A medida que los cursos escolares son superiores, de manera proporcional se reportan prevalencias más altas, resultados que concuerdan con los hallados en Costa Rica en el año 201524; no obstante, cabe resaltar que este puede ser un factor que no tiene relación directa con el consumo de marihuana, pues en el análisis multivariable se encontró que dicha asociación perdía su efecto. Un estudio desarrollado en la ciudad de Bucaramanga reportó una prevalencia menor a la hallada en el presente estudio entre estudiantes de décimo y undécimo, donde se encontró que 5,5% de ellos habían consumido marihuana al menos una vez en la vida12, en comparación con 15,5% hallado en el presente estudio.
Tradicionalmente, el estrato socioeconómico se ha descrito como un determinante del comportamiento y de la salud de la población34. En el presente análisis se halló que los estudiantes de estratos bajos presentan mayor prevalencia que sus similares de estratos altos (14,0% vs 5,1%), resultado que concuerda por el reportado en una muestra de adolescentes chilenos26 y en estudiantes universitarios de Pamplona, Colombia21. Adicionalmente, esta proporción es análoga a la prevalencia de consumo de tabaco reportada en esa misma población, previamente14. El estrato social está ligado al tipo de colegio al que los jóvenes asisten; es así que los individuos que asisten a colegios públicos presentan una mayor prevalencia (10,6% vs 6,1%), hallazgo que va en la misma línea que el reportado por Luchese M et al35 en estudiantes de 11 a 12 años, de Córdoba, Argentina, Serfaty et al28 en Buenos Aires y Morales et al36 en Barcelona, España; no obstante, difieren de un estudio peruano, desarrollado en el año 2008, en el que se reportó que no existían diferencias relacionadas con el tipo de institución educativa37.
Aquellos que confiesan consumir tabaco mostraron la prevalencia más alta, con 34,9%; tal resultado concuerda con lo descrito por Iglesias et al38, quienes aseveran que el cigarrillo de tabaco es una precuela para el consumo de marihuana. Este comportamiento es análogo al que sucede con el uso del narguile en adolescentes, pues un estudio canadiense describió que los sujetos que consumen cigarrillo tradicional eran los que presentaban mayor consumo de marihuana39.
En conclusión: la prevalencia de vida del consumo de marihuana es alta en la población estudiada. Esos datos podrían utilizarse para ofrecer programas de intervención educativa acerca de los riesgos del consumo de dichas sustancias.
Limitaciones
Los autores declaramos posibles sesgos de selección, pues hubo 13,8% de los invitados rechazaron ser parte de la investigación, y 5,6% de los que aceptaron no respondieron las preguntas; con respecto a sesgos de clasificación: algunos adolescentes que han consumido marihuana pudieron haber reportado este componente de manera negativa, por otro lado, a pesar de ser un análisis secundario del proyecto Emtamplona14, el tamaño de la muestra es lo suficientemente grande para estimar la prevalencia, pero no es lo suficientemente potente estimar asociaciones con errores tipo II menores a 20%, se aclara que en todas las asociaciones la potencia es inferior a 80%.