1. INTRODUCCIÓN
Una de las dificultades que se enfrenta a nivel de academia es la disociación temprana que se produce entre ejercicio del rol docente y el desarrollo de la investigación educativa. El origen no necesariamente se ubica en un problema de formación investigativa: la mayoría de los programas de formación de profesores contempla períodos de práctica combinados con períodos de investigación, muchas veces en el mismo espacio de práctica, con la intención de generar conocimiento situado (Grenier, 2018; Vanegas Ortega & Fuentealba Jara, 2019). Sin embargo, por motivos no explicados causalmente, la mayoría de las y los docentes deja el ejercicio de la investigación una vez que ingresan a la carrera académica y no la retoman sino hasta que retoman algún proceso académico (como suele ser la formación de postgrado) (Sánchez, 2003).
Esto genera que se considera, casi exclusivamente, la investigación como un ejercicio de académicas y académicos en la “Academia” siendo incluso posible que ilustres y prolíficos investigadores estén permanentemente publicando y entregando sugerencias y orientaciones sobre cómo solucionar las grandes problemáticas y desafíos de la educación, sin que las y los mismos autores tengan un vinculación mínima con el efectivo ejercicio de la docencia (Belmar-Rojas et al., 2021; Corona Lisboa, 2018; Galaz, 2015; Gysling, 1992).
En la otra vereda, tenemos a las y los docentes de aula, en su esfuerzo cotidiano y permanente por enfrentar y solucionar las tensiones del aprendizaje en los contextos reales, implementando a su vez las soluciones que otros u otras personas proponen, adaptando y reorganizando secuencias de aprendizaje (Campaña Vilo, 2013; Grenier, 2018). ¿Será posible reducir esta brecha a través de la directa vinculación de los docentes y académicos? La respuesta es que no, no basta sólo con hacer cohabitar a investigadores y docente de aula en los mismos espacios y tiempos, esto porque la escuela genera dudas del aula propias del ejercicio que requieren de conocimiento técnico, experiencia a través de los años y muchas y muchas etapas de ensayo y error que no necesariamente son documentadas.
En el medio de este proceso se encuentran otros actores, esencialmente los espacios de difusión: las revistas científicas con su vocación de divulgación que permiten que los investigadores se mantengan en los espacios académicos con indicadores y evidencias permanentes (Vega Ramírez, 2023). El proceso que transcurre desde una investigación hasta la generación de un artículo y su publicación, proceso esencial para que luego los docentes de aula puedan leer, recibir e implementar sus resultados, es de por sí bastante extenso y falto de retribución inmediata, al punto que publicar se convierte, en sí mismo, en un desafío permanente.
2. OBSTÁCULOS DE LA INCORPORACIÓN DEL DOCENTE DE AULA A LA ACADEMIA
Si bien dentro de la formación inicial docente se reconoce la utilización de la investigación como herramienta formativa en sí misma, no ocurre lo mismo con el proceso de difusión y publicación de lo investigado, lo que sumado al proceso de inserción temprano a la vida laboral de las y los docentes contribuye a un modelo que separa investigadores de didactas. Existen diversos problemas que afectan un profesor en sus primeros años de servicio (Avalos, 2018; Dote, 2021) que hacen difícil para participación de este en procesos investigativos como protagonista y no solo como informante: la alta exigencia laboral, el establecimiento de horarios extensos, tanto los remunerados como los no remunerados , la falta de acompañamiento efectivo durante los primeros años, la distancia entre el saber adquirido y el saber practicado, la asumisión del rol social de la escuela, la asignación de funciones de gestión sin preparación. Muchos de estos problemas se asimilan con el paso del tiempo para dar espacios a un mejor ejercicio, sin embargo la alta tasa de deserción de docentes en los primeros 5 años habla de una dificultad manifiesta para asimilar estos tiempos (Gaete Silva et al., 2017; Vanegas Ortega & Fuentealba Jara, 2019).
Ante estas dificultades, agregar una función investigadora, en los tiempos disponibles, se hace complejo. Y si a esa asignación se le atribuye, a su vez, la tarea de publicar para difundir lo investigado (y así pasar del recurso exclusivo al crecimiento de la ciencia) la dificultad se incrementa.
3. PARADIGMA DEL MAESTRO INVESTIGADOR
Una de las opciones que se presenta para esta lógica es la del Maestro Investigador (Messina, 2011), un docente que transforma las prácticas de aula como espacio para la mejora continua de sus acciones, y en ese mismo proceder convierte cada oportunidad de profundización en el espacio para el desarrollo sistemático de conocimientos y saberes que pueden ser difundidos y compartidos. La visión del Maestro Investigador convive perfectamente con la práctica de la Investigación Acción, aunque no se limita solo a ella ya que puede utilizar diversos recursos movilizadores de acciones comunitarias y colectivas dentro del mismo espacio de desempeño, preferentemente escolar, desde el cual puede influir en la formación y preparación de otros (Flores Nessi et al., 2023; Hernández Arteaga, 2009).
Al respecto, y sin pretender ser exhaustivo, existen dos recursos que pueden apoyar este ejercicio como compromiso docente: las Jornadas Internacionales del Maestro Investigador, organizadas por la Universidad Pontificia Bolivariana (que ya va en su versión número XVIII) de Colombia, acción que genera un espacio de difusión mayor y que permite entrar en contacto con otras y otros investigadores con inserción en la escuela y acción efectiva en el aula, enfrentando el desafío de convertir el aula en espacio de aprendizaje y profundización no solo para las y los estudiantes, sino también para sus docentes. Un segundo recurso muy valioso son las publicaciones académicas que toman como desafío apoyar en herramientas efectivas a las y los docentes que asumen el desafío de mantener la investigación como práctica cotidiana. Destacan entre estos materiales el texto del Dr. Ramón Ferreiro ¿Cómo ser un Maestro Investigador? (Ferreiro Gravié, 2017), puesto en circulación de forma digital por la universidad de respaldo y que permite comprender, en un lenguaje amable, las principales coordenadas del ejercicio investigativo situado.
4. PROYECCIONES: LA REVISTA ESTUDIOS PEDAGÓGICOS
El esfuerzo que se realiza como revista Estudios Pedagógicos es interesante en cuanto permite acceder de forma abierta y sin costos a información actualizada sobre los últimos progresos pedagógicos relativos a la docencia, tanto escolar como universitaria. Los años de circulacion de la revista (desde 1976) permiten que la acumulación de saberes que se dispone sea atractiva y atrayente, contando ya con metainvestigaciones sobre el quehacer de la misma revista (Pérez Gutiérrez & Lagos Hernández, 2022); sin embargo nuestro esfuerzo no alcanza a generar mayor inclusión de autores que tengan vinculación directa con el aula. La mayoría de las investigaciones están firmadas por autoras y autores provenientes de la Academia en distintos países, figurando al año uno o dos autores que pertenecen a colegios. Se destaca en este conjunto el texto del año 2017 “Presencia de una Educación Ambiental basada en conocimiento, actitudes y prácticas en la enseñanza de las ciencias naturales en establecimientos municipales de la ciudad de Los Ángeles, Chile” (Torres Rivera et al., 2019) firmado por cuatro autoras, de las cuales 2 son docentes de aula. Ciertamente es una muy escasa presencia de docentes de aula generando la conexión directa entre investigación y aula, sin embargo esta misma evidencia se convierte en una exigencia de promoción e inclusión efectiva.
En la actual edición de nuestra revista, presentamos 23 artículos basados en investigaciones recientes y de gran relevancia, proveniente de diversas instituciones universitarias y centros de investigacion, destacándose una de ellas (Victoria Vargas Canales, coautora del artículo “Narrativas de estudiantes y docentes en una escuela pública: miradas desde la ética del cuidado”) por ser docente de aula. Tal como lo manifestamos, es una invitación a motivar la investigacion con pertinencia de aula, generada desde las y los docentes, que tenga repercusión y significatividad para el conjunto y con un espacio de difusión que nuestra Revista puede aportar.
Es, en todo sentido, una invitación abierta.