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Revista musical chilena

Print version ISSN 0716-2790

Rev. music. chil. vol.70 no.226 Santiago Dec. 2016

http://dx.doi.org/10.4067/S0716-27902016000200011 

RESEÑAS DE FONOGRAMAS

 

José Miguel Candela. 4 piezas acusmáticas por los Derechos Humanos. Santiago: Universidad de Chile, Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, Pueblo Nuevo Netlabel, 2016 (pncd10).

 


 

En estos tiempos parece más que necesario iniciar esta reseña con una declaración de intereses. Con José Miguel Candela me une un largo compañerismo en la composición y en la promoción de la música electroacústica. Fuimos colegas de trabajo en la tristemente desaparecida escuela de música de la Universidad Arcis, participamos activamente en la creación y desarrollo de la Comunidad Electroacústica de Chile y hemos estado vinculados por una creciente y entrañable amistad. Tanto el compañerismo como la amistad se han nutrido de valores como la franqueza, el cariño y la delicadeza en cada uno de los intercambios que hemos tenido. Por ello, escribo este texto con placer y orgullo. Como se trata del trabajo de un amigo, intentaré en esta reseña continuar honrando los valores que nos han unido.

Hecha esta aclaración, me concentro en lo solicitado.

Tal vez a alguien podría sorprenderle la temática que aborda este disco: los Derechos Humanos. Sin embargo la creación relacionada con aspectos políticos y sociales no es nueva en Candela. Desde Bajan gritando ellos (2000) "dedicada al pueblo mapuche en su lucha por la recuperación de sus tierras y dignidad" hasta su anterior producción discográfica, el Ciclo electroacústico Salvador Allende Gossens (2009, pncd04) se advierte una constancia estética y política en Candela de visitar y revisitar la historia social reciente de nuestro país. En el texto de presentación del CD, el propio Candela declara como la intención principal de este trabajo que "con (...) este CD-obra, intento realizar una pequeña contribución a la reflexión y desarrollo de una conciencia histórica en torno al tema de los derechos humanos". De esto retengo no tan solo la intencionalidad política y social de este trabajo, sino también un desafío artístico sobre el cual me detendré más adelante.

Esta toma de posición se entronca con una tradición propia de la música electroacústica chilena, como un caso aparentemente particular en el paisaje electroacústico internacional. Ya a finales de la década de 1960 compositores como Gabriel Brncic, con Acuérdate, ha muerto..., para oboe y violín procesados y electrónica sobre soporte, compuesta en 1967 o Volveremos a las Montañas, para electrónica sobre soporte en su primera versión, también de 1967, y Gustavo Becerra-Schmidt, con Lenin para recitante y electrónica sobre soporte, compuesta en 1970, inauguraban esta tradición. Si bien este enfoque social y político se encuentra en varios compositores chilenos de música de concierto de aquella época, en el caso de la música electroacústica se advierten algunas características distintivas. Mencionaré al menos un par de ellas: el uso de un lenguaje musical que dialoga abiertamente y sin renuncia con la contemporaneidad, seguramente influenciado por la estética de Luigi Nono en los primeros tiempos y, la recurrencia más o menos sistemática de estos tópicos en compositores electroacústicos de diversas generaciones. Becerra y BrnCiC continuarán con este ejercicio en obras como Batallas para Allende (1979) el primero, o Chile Fértil Provincia (1986) el segundo. A ambos se suma Iván Pequeño (1945) quien compone Ahora en 1974. Entre las generaciones actuales de compositores, además de Candela, se puede mencionar a Cristián Morales-Ossio (1967) quien entre otras obras, compone Sola y Eterna en 1999, dedicada a Sola Sierra, presidenta de la Asociación de Detenidos-Desaparecidos de Chile, Alejandro Albornoz (1975) y quien escribe estas líneas, particularmente mi trabajo 1197 (2007) en el que se mencionan los nombres de los detenidos desaparecidos en Chile.

El presente disco se compone de cuatro obras compuestas entre 2013 y 2016: El arco de luz (Macarena Aguiló), Por tus escaleras, no camine el dolor (Humberto Miranda), Un pequeño acto de resistencia (Ana María Jiménez, Teresa Izquierdo) y Primeros encuentros con la vida y con la muerte (Leopoldo Muñoz). Habría sido deseable que se señalaran los años de composición de cada una de ellas, de modo de conocer la secuencia temporal de su composición y apreciar la posible evolución del lenguaje, considerando que su creación se extendió por tres años.

La inclusión en el título de las obras de los nombres de quienes relatan su experiencia, entrega un indicio de la perspectiva asumida por Candela: el protagonismo del relato en primera persona de actos de violación de los derechos humanos durante la dictadura militar en Chile (1973-1989). Alrededor de estos relatos se construye el discurso musical y sonoro. Ellos constituyen tanto la fuente del desarrollo musical como también el límite de sus posibilidades. La inteligibilidad del texto y de las voces que lo relatan es casi absolutamente respetada. Cuando esto no ocurre y la voz es delicadamente sometida a un proceso de transformación aparece como algo extraño y sorpresivo. Esto es también interesante, pues nos permite atisbar la posibilidad de un tratamiento diferente del relato.

Quienes pudieron asistir a alguno de los conciertos de lanzamiento del disco en la Sala Isidora Zegers, la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), Centros culturales de las comunas de SanJoaquín y El Bosque, y en el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile (IMUC), tuvieron la oportunidad de escucharlo completo y sin interrupciones, en un dispositivo envolvente de ocho parlantes. Esto permitió apreciar tanto la continuidad formal de cada una de las obras, la articulación entre ellas y el desarrollo y tratamiento de los materiales sonoros. Algunos de estos materiales tienen orígenes bastante diversos, como las trutrukas en Primeros encuentros..., la guitarra en Por tus escaleras. y el cuarteto de cuerdas en Un pequeño acto de resistencia. . No obstante el resultado final es homogéneo y equilibrado, tanto en el espectro como en las morfologías predominantes. El uso preferente de tramas complejas y de otras morfologías que Pierre Schaeffer llamaría excéntricas por su macro duración, probablemente fue la decisión más acertada cuando se trata de que la voz y el texto se mantengan siempre en un primer plano de escucha. Y para ese tipo de morfologías, las fuentes sonoras seleccionadas, tanto de factura acústica como electrónica, se prestan particularmente bien.

Los materiales sonoros acompañan, comentan, puntúan, y apoyan al texto. Rara vez divagan o derivan hacia otros derroteros. Mientras escribo esta reseña, me doy cuenta de que hago una distinción entre texto -voz y relato- y electroacústica, tal como la haría en el caso de obras mixtas. Y tal vez sea ello lo que finalmente ocurre en estas obras de Candela. Pareciera que no se trata del formato clásico de una obra electroacústica-acusmática, sino que de un formato ampliado hacia la obra radiofónica, una suerte de oratorio.

Aunque tengo la tendencia a considerar este disco como un todo, cada una de las cuatro obras del disco se sostiene por sí mismas y pueden ser audicionadas independientemente. En cada una de ellas se advierte una exploración entre relato y música en diversas relaciones semióticas. A veces con ternura. Otras con una contenida liviandad, la mayoría del tiempo con una abierta empatía que, por momentos, documenta sonoramente el contenido del relato.

Como consecuencia de lo dicho, me interesa aquello del "CD-obra" referido al comienzo de esta reseña. Entiendo que Candela concibe este trabajo como una macro-forma de 68 minutos de duración. La noción de Ciclo se ha desarrollado con constancia en la obra electroacústica de mi querido colega. Se la advierte en su primer disco TTK, 81 micropiezas para saxofón y electrónica (2008, pncd03) junto a Miguel Villafruela, además del ya mencionado ciclo dedicado a Salvador Allende, en el presente fonograma y en el proyecto parcialmente realizado, in progress, de obras en homenaje a diversos compositores electroacústicos. Esta tendencia a la Gran Forma, que se hace explícita con la alusión a los movimientos de la sinfonía en las notas del CD, me parece destacable en tanto desafío artístico y por sobre todo, en tanto inscripción del trabajo creativo en una temporalidad no lineal. De este modo, los ciclos se van completando a fuerza de avances y retornos, posibilitados por la oportunidad, el contexto y el reencuentro con las ideas germinales. Una marcha pausada y en espiral en el sendero de la creación.

 

Federico Schumacher Ratti
Compositor
Investigador adjunto, Facultad de Psicología
Universidad Diego Portales
federico.schumacher@mail.udp.cl

 

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