1. CREENCIAS Y ACTITUDES SOCIOLINGÜÍSTICAS: ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS*
La sociolingüística tiene como objetivo básico, desde su nacimiento, la descripción de la lengua en uso y, en su consecución, ha aportado datos de gran interés con respecto no solo al uso real de la lengua y a la incidencia que sobre él tiene la caracterización social del hablante y el contexto, sino, además, a las razones por las que se da y se mantiene la variación. La causa última de la variación lingüística y sociolingüística, así como la de la conducta humana, como apuntaron López Morales (1989) y Moreno Fernández (2005), entre otros, hay que buscarla en las creencias y actitudes de los hablantes, que estigmatizan o conceden estatus tanto a los usos lingüísticos concretos como a las variedades de una lengua o a lenguas en contacto; sin embargo, y a pesar de la gran importancia que tienen, no se ha priorizado su análisis, por lo que son pocos los estudios llevados a cabo y, por tanto, insuficientes los conocimientos que tenemos sobre el funcionamiento y las repercusiones de las percepciones sociolingüísticas y comunicativas.
Las primeras investigaciones sobre creencias y actitudes se realizaron en el seno de la psicología social, desde la consideración de que son reflejo de percepciones y actitudes psicosociales, y constituyen el marco teórico mediato de su estudio actual. A pesar de que hace ya muchos años que los psicólogos sociales y los sociolingüistas se interesan por ellas1, no tenemos un concepto único de lo que se considera actitud ni de los componentes que la integran. Hasta ahora, el estudio de las actitudes sociolingüísticas se ha enfocado desde dos perspectivas diferentes: la mentalista, que la considera un estado mental producido por estímulos determinados que provocan respuestas (Allport 1935, Williams 1974, Gardner 1982 y 1985, Ajzen 1988), y la conductista, que la concibe como la acción observable como consecuencia de la reacción a estímulos diversos (Osgood et al. 1957, Fishbein 1965). Las concepciones subyacentes en las dos perspectivas conducen a la falta de definición precisa de lo que es la actitud misma. De hecho, más que concretar el concepto, los investigadores se han ocupado de establecer modelos componenciales diversos, que coinciden en considerar la actitud como un constructo que resulta de la combinación de diferentes dimensiones -cognoscitiva, afectiva y conductual-, y que la relacionan con las creencias en diferentes niveles.
Los autores de este trabajo consideramos la actitud, siguiendo la propuesta de López Morales (1989: 235), como la acción o reacción misma -conducta-, la aceptación o el rechazo de un hecho lingüístico -y, por tanto, el uso o desuso de una variante, de una variedad o de una lengua-, que se produce por las creencias, favorables o adversas, hacia el hecho en cuestión; tales creencias provienen de los conocimientos lingüísticos y sociolingüísticos del hablante, es decir, de su conciencia sociolingüística -dimensión cognoscitiva- o de percepciones y consideraciones relacionadas con la subjetividad y la emoción -dimensión afectiva- propias y de su comunidad de habla. Con base en esta perspectiva, el engranaje sociolingüístico puede explicarse de la manera que sigue: el conocimiento del funcionamiento del uso lingüístico, así como las percepciones afectivas hacia él por parte de los miembros de una comunidad, produce ciertas creencias sobre ese uso, que, si son positivas, le confieren estatus y pueden provocar actitudes positivas en el individuo, quien, por tanto, lo acepta y lo emplea, pero, si son negativas, lo estigmatizan, dando como resultado la aparición de actitudes negativas que impiden que los miembros de la comunidad lo hagan suyo. Se representa esquemáticamente en la figura 1.
Esta concepción, fundamentalmente ecléctica, nos permite el estudio empírico de las actitudes sociolingüísticas a partir de las percepciones y creencias de los individuos hacia dimensiones que tienen que ver, por un lado, con su conocimiento -componente cognoscitivo: conciencia sociolingüística basada en prestigios abiertos, sociales y lingüísticos- y, por otro, con su afectividad -componente afectivo: sentimientos provenientes de prestigios psicosociales abiertos o encubiertos, que se relacionan con gustos, identidad, solidaridad, lealtad, etc.-, mediante un procedimiento metodológico basado en valoraciones directas e indirectas, que nos informan de la predisposición del hablante a utilizar o no utilizar el fenómeno lingüístico examinado, ya se trate de una variante de una variable, una variedad lingüística o una lengua en situación de contacto con otra u otras, o de la predisposición del hablante a enseñar o aprender una variedad o una lengua segunda o extranjera.
Las dimensiones y las consideraciones apuntadas han configurado el Proyecto para el estudio de creencias y actitudes hacia variedades del español en el siglo XXI (PRECAVES XXI), con el que se pretende conocer las percepciones de los sujetos hacia su propia variedad y otras variedades cultas del español (y sus usos sociolingüísticos), analizándolas en relación con la caracterización social y ocupacional de los individuos, y documentar, a través de ellas, creencias y actitudes psicosociales y sociolingüísticas. Nos mueve el deseo de aportar conocimiento a un tema cuya gran importancia se había reconocido ya a mediados del siglo XX y que, desde entonces, no ha dejado de atenderse, si bien no ha llegado a tener aún un cuerpo teórico y metodológico homogéneo, ni se ha conseguido el grado de profundización deseable. Los trabajos realizados hasta el momento se han centrado en conocer las percepciones de los individuos hacia usos sociolingüísticos concretos y, especialmente, hacia las lenguas utilizadas en comunidades bilingües o plurilingües2; son menos los estudios que se centran en las percepciones y creencias de distintos colectivos o ciertas comunidades hacia las variedades de una misma lengua, así como de las actitudes que provocan3, y de su incidencia en ámbitos concretos de gran desarrollo en la actualidad, tales como la enseñanza y adquisición de lenguas segundas y extranjeras4.
Los avances teóricos y metodológicos de las investigaciones llevadas a cabo están en la base de nuestro Proyecto, con el que, como se ha mencionado con anterioridad, nos hemos propuesto conocer las creencias y actitudes de distintos grupos de individuos hacia las variedades normativas del español, partiendo de las que tienen hacia su propia variedad. Para ello, ideamos una metodología y propusimos su utilización a diversos equipos de investigadores de los dos lados del Atlántico, configurando un proyecto de grandes dimensiones. En la actualidad, integran el equipo de investigación Ana M. Cestero Mancera y Florentino Paredes García (coordinadores, Universidad de Alcalá-España), Antonio Ávila e Inmaculada Santos (Universidad de Málaga-España), José Ramón Gómez Molina y Cristina Villalba (Universidad de Valencia-España), Ana M. González Marfud (Universidad de La Habana-Cuba), Claudia González Rátiva y Diana Muñoz-Builes (Universidad de Antioquia-Colombia), Silvana Guerrero y Abelardo San Martín (Universidad de Chile-Chile), Claudia Borzi y Sofía Gutiérrez Böhmer (Universidad de Buenos Aires-Argentina), Clara E. Hernández Cabrera y Marta Samper Hernández (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria-España), Cristina Illamola (Universidad de Barcelona-España), Irania Malaver (Universidad Central de Venezuela-Venezuela), Antonio Manjón-Cabeza Cruz y Marcin Sozinski (Universidad de Granada-España), Beatriz Méndez Guerrero (Universidad Autónoma de Madrid-España), Dinorah Pesqueira (Tecnológico de Monterrey-México) y Juana Santana Marrero (Universidad de Sevilla-España).
La investigación coordinada ha comenzado a dar ya frutos de gran interés, recogidos, en parte, en este monográfico. Presentamos, a continuación, los fundamentos metodológicos de PRECAVES XXI y concluimos el artículo con un avance de lo que podrán encontrar en los diversos trabajos que componen el volumen monográfico.
2. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN EN PRECAVES XXI
A pesar de la gran importancia que tienen las creencias y actitudes en ámbitos diversos relacionados con la variación lingüística (uso de variantes de un fenómeno variable y cambio lingüístico, uso de variedades de una lengua y pervivencia de las mismas y uso de lenguas diferentes en contextos bilingües y plurilingües, incluida la adquisición y enseñanza de lenguas segundas o extranjeras), no contamos aún con un cuerpo teórico unánime y plenamente establecido ni con una metodología básica que permita su investigación de manera sistemática y en profundidad. La razón, bien conocida por todos, es la gran dificultad que entraña su estudio, ya que se pretende conocer la predisposición y el comportamiento del individuo a partir de sus percepciones y valoraciones -creencias-, provenientes tanto del conocimiento que tiene de cómo funcionan los hechos lingüísticos (conciencia sociolingüística), como de la afectividad (posición subjetiva que deriva de gustos, emociones o sentimientos), lo que implica atender realidades no materiales.
La identificación y medición de las actitudes es una labor compleja, y la metodología que se emplee para ello dependerá, en última instancia, de la posición que se adopte con respecto a la concepción misma de actitud. En el Proyecto para el estudio de creencias y actitudes hacia variedades del español en el siglo XXI, la posición de base es ecléctica, como ya se ha mencionado; se considera que es posible conocer actitudes de los individuos, en el estudio que nos ocupa hacia las variedades cultas del español, a partir de las valoraciones que realizan, asumiendo, como indican claramente Buzón, Gómez y Gómez (2017: 65), que la percepción de un estímulo (fragmento discursivo en nuestro caso) “pone en marcha una reacción evaluativa (favorable/desfavorable) en un contexto de consideraciones y conocimientos compartidos (social), resultado de los procesos cognoscitivo y afectivo (individual)”. Tales presupuestos nos llevaron a diseñar una metodología que aúna técnicas directas e indirectas de recogida de datos5, teniendo en cuenta los avances al respecto de investigaciones previas, y que presentamos detalladamente a continuación.
2.1. La medición de creencias y actitudes: recogida de materiales
Para desarrollar PRECAVES XXI, preparamos una prueba que, partiendo de la técnica de pares falsos o máscaras6, permite obtener, de forma directa y de forma indirecta, información sobre la valoración que los individuos hacen de las variedades cultas del español y, consecuentemente, sobre sus actitudes hacia ellas. Nuestra pretensión es conseguir datos y estudiar todo el dominio de habla hispana por zonas generales, estableciendo como tales las ocho correspondientes a las consideradas como de influencia de variedades cultas del español, a saber, centro y norte de España, sur de España, Canarias, México y Centroamérica, Caribe, Andes, Chile y Río de la Plata (Moreno Fernández 1993, 2000 y 2009; Moreno y Otero 2007).
La recogida de material se realiza mediante entrevista directa a un número indeterminado de informantes a la vez, siguiendo siempre un mismo procedimiento, que se desarrolla a través de una aplicación informática creada para tal fin (www.variedadesdelespanol.es)7. Los pasos que se dan son los siguientes:
1) Se informa a los sujetos del procedimiento de encuesta que se va a seguir, a saber:
Entrar en la plataforma y comenzar la encuesta cumplimentando el apartado de datos individuales del cuestionario.
Escuchar una grabación con las voces de diferentes hombres o mujeres hablantes de español.
Oír una a una 16 grabaciones, que no tienen por qué ser de personas diferentes o de distintos países, e ir completando el cuestionario que se proporciona sobre cada una de ellas.
Se da a cada informante una clave personal, que sirve para entrar en la encuesta y como identificador de sujeto, y se explica la forma de acceso.
2) Los informantes acceden a la explicación breve inicial y rellenan, para empezar, los datos personales y sociogeolectales que se recogen con el cuestionario.
3) Se activa una audición compuesta por fragmentos de las 8 grabaciones de discurso oral que se van a utilizar. Con ello se pretende que el informante tenga una primera aproximación a las diferentes variedades que va a evaluar.
4) Audiciones y cumplimentación de cuestionarios. Se van poniendo, sucesivamente, las grabaciones, y, una vez que se han escuchado, los informantes contestan el cuestionario correspondiente a la grabación; se procede de la misma manera hasta llegar a la grabación 16. Las grabaciones de los diferentes hablantes están mezcladas y se alterna discurso oral y lectura, como explicaremos en breve. A partir de la segunda audición, se puede ir rellenando el cuestionario a la vez que se escucha la grabación (no es necesario esperar a que acabe cada una de ellas).
El programa creado para la aplicación informática va ofreciendo las pantallas de manera sucesiva, con explicaciones de las actuaciones que hay que efectuar. Es una forma de recogida de datos muy productiva, pues, además de facilitar la codificación de respuestas, permite que no sea necesario hacer la encuesta de una sola vez: el informante puede conectarse en el momento que quiera y desde el lugar que estime oportuno, y escuchar las audiciones que desee, siempre en orden, y responder a lo que se plantea sobre ellas.
La duración de la encuesta completa es de alrededor de una hora y en ella se trabaja únicamente con audiciones solo de hombres o solo de mujeres, con objeto de controlar que el timbre masculino o femenino de la voz evaluada no interfiera en las valoraciones.
2.1.1. La encuesta
La encuesta diseñada para el estudio de las creencias y actitudes hacia las variedades normativas del español en el siglo XXI, como se puede deducir de la organización de recogida de material presentada previamente, se estructura en tres partes: recogida de datos personales y sociogeográficos, escucha de grabaciones y realización de un cuestionario.
2.1.1.1. Datos personales y sociogeográficos
La primera parte de la encuesta está dedicada a recabar información acerca de aspectos personales del informante, así como de su perfil social y geolectal. Comienza, como se ha podido comprobar en la figura 3, por constatar la fecha de realización y la localidad de recogida de material. Al obtener las claves de acceso para los informantes, ya se establece el colectivo al que pertenece.
Los datos personales a los que se atiende, por su posible incidencia en las creencias y actitudes sociolingüísticas, son sexo, edad, nivel de estudios, profesión y lengua materna. Para el establecimiento de grupos sociales, seguimos los criterios de intervalos establecidos en el Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y América (PRESEEA) (Moreno Fernández 1996, PRESEEA 2008), de manera que se distinguen las siguientes variables y variantes independientes:
- Sexo: hombre y mujer.
- Edad: menos de 20 años, de 20 a 34 años, de 35 a 54 años y más de 55 años.
- Nivel de estudios: sin estudios o con estudios primarios, con estudios secundarios, con estudios universitarios8.
- Profesión: obreros sin calificar, obreros con cualificación, empleados medios, pequeños empresarios autónomos, medianos empresarios, profesiones liberales (se incluyen aquí los docentes), altos directivos y grandes empresarios, sin profesión (estudiantes y amas de casa).
- Lengua materna. Se distingue entre español como lengua materna y otras lenguas, y se anota de qué lengua se trata, en caso de no ser el español, para comprobar la incidencia en las creencias y actitudes de proximidad lingüística y cultural.
Los datos sociogeográficos que se recogen, también por su implicación en las valoraciones y comportamientos del individuo, son el país de nacimiento y los países hispanohablantes que haya visitado. En relación con ellos, tenemos en cuenta las siguientes variables y variantes independientes:
- País de nacimiento. Se anota el país de nacimiento, que se subclasifica, además, en atención a si se trata de un país hispanohablante o no.
- Contacto con otras variedades del español. Se constata si el informante ha visitado países hispanohablantes diferentes al de nacimiento.
- Países hispanohablantes visitados. Se le pide al informante que indique qué países hispanohablantes ha visitado y, para el análisis, se tiene en cuenta el número de países en los que ha estado: uno, entre dos y cuatro y más de cuatro.
- Uso de internet y de la televisión. Se le pregunta por el número de horas que usa diariamente estos medios con objeto de conocer la posible influencia de la actitud hacia las variedades según el mayor o menor contacto con estos medios de comunicación e información.
2.1.1.2. Escucha de grabaciones
El procedimiento ideado para la recogida de datos y la medición de actitudes, como se ha mencionado con anterioridad, parte de la técnica de pares falsos o de máscaras, con la adaptación requerida para cumplir los objetivos propuestos.
La recogida de material para estudio se basa en la escucha de 16 grabaciones, 8 procedentes de discurso oral y 8 de lectura de texto escrito, pertenecientes a hombres adultos o mujeres adultas de entre 34 y 54 años, con nivel de estudios superior. Hemos obtenido grabaciones de un hombre y de una mujer cultos de cada una de las variedades normativas con las que trabajamos (castellana, andaluza, canaria, mexicana y centroamericana, caribeña, andina, chilena y rioplatense)9. Así, en total, disponemos de 2 grabaciones de voz de 16 hablantes, una en la que hablan durante unos dos minutos sobre el problema que ocasiona el tráfico en las grandes ciudades10, con control temático por tanto, y otra en la que leen durante un minuto un texto escrito sobre la vivienda que reproducimos a continuación:
La vivienda es algo más que una simple necesidad básica. De hecho, la casa que elegimos para vivir acaba siendo un reflejo de nuestra personalidad, de nuestra forma de entender la vida y de vivirla. La vivienda nos da cobijo, nos protege de las agresiones del entorno y facilita la comunicación dentro de la familia. Por todo ello, es normal que se proyecten tantas expectativas en torno a la vivienda, al “hogar, dulce hogar”. Si realmente deseamos disfrutar de una salud plena y contribuir a la mejora ambiental, debemos empezar por nuestro hogar, para que nuestra vivienda sea realmente ese espacio vital que nos proteja y nos aporte el mínimo de comodidad y de calidad de vida que resulta básico e imprescindible11.
El tipo de discurso, oral o escrito, es una variable de la investigación.
La audición programada en cada recogida de material es únicamente de grabaciones de hombres o de mujeres, lo que convierte la “voz evaluada” (hombre o mujer) en una variable más del estudio. En atención a la técnica de pares falsos empleada, se han mezclado para la audición las grabaciones de los distintos hablantes, tanto las orales como las de lectura, manteniendo, en la progresión de escucha, la alternancia entre grabación oral y grabación de lectura. Los informantes oyen, seguidas, pues, voces de hablantes de distinta procedencia, alternando discurso oral y lectura.
2.1.1.3. Realización del cuestionario
Por último, la entrevista presenta, como herramienta fundamental de obtención de datos, la realización de un cuestionario, de preguntas directas e indirectas, abiertas y cerradas y, en su mayoría, con escalas de diferencial semántico, con el que se pretende obtener información sobre percepciones y valoraciones de los informantes hacia las variedades del español y, con ello, sobre las actitudes previsibles hacia las mismas. Se cumplimenta para cada una de las voces escuchadas, y, como explicamos a continuación, consta de diferentes secciones.
2.1.2. El cuestionario13
Con objeto de conocer las creencias y las actitudes de personas de distintos colectivos, hispanohablantes y no hispanohablantes, hacia las ocho variedades normativas del español, hemos elaborado un cuestionario específico que proporciona información sobre la valoración de los informantes y sus percepciones y pareceres, tanto de manera directa como indirecta, a través de escalas de intensidad con diferencial semántico, preguntas cerradas con alternativas fijas y preguntas abiertas.
El cuestionario está compuesto por 12 preguntas y, como hemos mencionado con anterioridad, se contesta para cada una de las voces escuchadas. Al comienzo, además, antes de activar la primera grabación, se responde a una pregunta general abierta: En su opinión, ¿dónde se habla mejor el español?
Las preguntas giran en torno a tres dimensiones diferentes: valoración directa de la variedad que escuchan, valoración de la variedad a través de la persona que habla o lee y valoración de la variedad a través de la zona geográfica y de la cultura. Por tanto, se trata de dos fuentes de información indirectas y de una directa.
1) Valoración directa de la variedad
El primer bloque de preguntas nos sirve para conocer la valoración del informante sobre la variedad que oye, así como su percepción sobre la proximidad entre tal variedad y la propia, de manera que obtengamos también datos sobre la valoración de la variedad vernácula. Para ello, se comienza pidiendo al informante que valore cada variedad a través de una escala de intensidad, preestablecida con 6 grados, formada por adjetivos opuestos que hacen referencia a características relacionadas con el conocimiento (5 características) o con la afectividad (6 características). En concreto, trabajamos con los pares bipolares siguientes: áspera/suave, monótona/variada, rural/urbana, lenta/rápida, confusa/clara; desagradable/agradable, complicada/sencilla, distante/cercana, dura/blanda, aburrida/divertida, fea/bonita. Hemos optado por una escala de 6 grados, es decir, una escala par en la que no existe el término neutro en la puntuación, con objeto de hacer que el informante se incline hacia el polo positivo o el negativo en relación con la variedad. Y para evitar respuestas automáticas, además, se han mezclado las características de las dimensiones cognoscitiva y afectiva, y se ha variado el orden de colocación en los polos de las características positivas y negativas.
A continuación, se pide al informante que mencione los aspectos de la pronunciación escuchada que le hayan gustado especialmente y los que le hayan disgustado, lo que nos permite conocer cuáles son los fenómenos lingüísticos valorados positiva o negativamente de la variedad, y que indique su consideración sobre la proximidad entre su pronunciación y la escuchada, con lo que obtenemos información sobre la valoración de su propia variedad y las creencias sobre la distancia entre variedades diatópicas.
2) Valoración de la variedad a través de consideraciones sobre la persona que habla
El segundo bloque de preguntas está diseñado para obtener información que complemente los datos recogidos con el primer conjunto de preguntas de forma indirecta. En esta ocasión, se pide a los informantes que emitan su opinión sobre la persona que habla, bajo el convencimiento de que, en realidad, valoran la variedad que oyen, que asocian a rasgos psicológicos y sociales determinados, lo que tendrá incidencia, sin lugar a dudas, en el prestigio y en la dirección de la variación, así como en su difusión.
En esta parte del cuestionario, se realizan tres preguntas cerradas (que contienen, en las opciones establecidas, valoración graduada) y una en forma de escala de diferencial semántico. Las preguntas cerradas piden la opinión del informante acerca del puesto de trabajo, del nivel de ingresos y del nivel de estudios que considera que tiene la persona que está hablando. Con la pregunta de escala de diferencial semántico se solicita que el informante valore, en una gradación de 1 a 6, características personales de la persona que escucha: inteligencia, simpatía, cercanía, erudición y educación.
3) Valoración de la variedad a través de consideraciones sobre la región o el país, y la cultura
El tercer y último bloque de preguntas está destinado a conocer, de forma indirecta, consideraciones y valoraciones de los informantes que complementen las anteriores y permitan perfilar las actitudes que muestran; en este caso, se formulan preguntas abiertas y de escalas de diferencial semántico sobre el país, la zona o región de la persona que habla y sobre su cultura.
La primera pregunta requiere que el informante diga si conoce a personas del país o la variedad de procedencia del hablante (de la audición) y que, si es así, exponga brevemente la opinión que le merecen.
Las dos últimas cuestiones requieren que el informante valore, de nuevo en una escala de 1 a 6, el país o la zona de la que cree que es la persona que ha escuchado (retrasado/avanzado, aburrido/divertido, extraño/familiar, feo/bonito) y su cultura (tradicional/innovadora, pobre/rica, distante/cercana, poco interesante/muy interesante). En ambos casos, se han seleccionado características que requieren conocimiento y que no lo requieren, con objeto de cubrir tanto la dimensión cognoscitiva como la afectiva de las creencias y actitudes.
2.2. La medición de creencias y actitudes: tratamiento y análisis de los datos
En el Proyecto para el estudio de creencias y actitudes hacia variedades del español en el siglo XXI, hemos decidido comenzar con el estudio coordinado de creencias y actitudes de determinados colectivos que consideramos influyentes en las direcciones de prestigios sociolingüísticos, así como en la enseñanza y la adquisición de lenguas segundas y extranjeras. Por ello, en la primera etapa, de la que da buena cuenta este volumen monográfico, hemos recogido encuestas de personas pertenecientes a los siguientes grupos o colectivos:
1) estudiantes de Filología o Lingüística que no han cursado asignaturas relacionadas con la sociolingüística o la dialectología (esto es, sin conocimientos básicos sobre variedades del español),
2) estudiantes de Filología o Lingüística que han cursado asignaturas relacionadas con la sociolingüística o la dialectología (es decir, con conocimientos básicos sobre variedades del español),
3) estudiantes de otras carreras, y que, por tanto, no tienen conocimientos básicos sobre variedades del español y, además, no se interesan, conscientemente, por la lengua y su uso, y
4) profesores de español como lengua extranjera (ELE), profesionales que deberían tener conocimiento sobre variedades del español y tienen un papel determinante en la consideración “exterior” del español y sus variedades.
Como hemos mencionado previamente en varias ocasiones, PRECAVES XXI está siendo llevado a cabo por un equipo de investigadores de distintas zonas normativas del español que trabajamos de manera coordinada. Los investigadores se ocupan de recoger y estudiar el material de su zona geolectal, así como de ofrecer los resultados y las explicaciones oportunas al respecto, en atención a los objetivos de investigación que se van proponiendo en el proyecto. En España, sobre la zona centro-norte peninsular trabajan Ana M. Cestero y Florentino Paredes; además, José Ramón Gómez Molina y Cristina Villalba, Cristina Illamola y Beatriz Méndez se ocupan de comunidades bilingües: la valenciana, la catalana y la balear respectivamente; la zona andaluza está a cargo de Inmaculada Santos y Antonio Ávila (Málaga), Antonio Manjón-Cabeza (Granada) y Juana Santana (Sevilla); el área de la variedad canaria es estudiada por Clara Hernández y Marta Samper. En cuanto a Hispanoamérica, la zona mexicana y centroamericana la atiende Dinorah Pesqueira, Ana M. González Mafud e Irania Malaver se centran en el Caribe, Claudia González y su equipo trabajan con la zona andina, Abelardo San Martín y Silvana Guerrero investigan el área chilena, y, por último, Claudia Borzi y Sofía Gutiérrez hacen lo propio con la variedad rioplatense.
En la primera parte del proyecto, de la que constituyen una muestra destacada los artículos de este volumen, se propuso trabajar sobre tres aspectos concretos:
- El prestigio de las variedades normativas del español
- La percepción y valoración de la variedad propia
- La identificación y valoración del resto de variedades normativas del español
Para ello, se formularon las siguientes preguntas de investigación, cuya respuesta, por zonas, se encuentra en los artículos que componen el monográfico:
1) ¿Para los sujetos estudiados (del área normativa con la que se trabaja) existe alguna variedad de español que pueda considerarse mejor o más prestigiosa?
2) ¿Qué percepción tienen los sujetos estudiados de su propia variedad (cómo la valoran)?
3) ¿En qué medida los sujetos estudiados identifican el resto de variedades cultas del español y cómo las valoran en líneas generales?
La aplicación informática para la obtención de material del proyecto proporciona una tabla en Excel© en la que se vuelcan, codificados y tabulados en parte, los resultados de los cuestionarios cumplimentados en las encuestas organizadas por cada investigador. Trabajamos con una muestra de más de 50 encuestas por colectivo y zona, cuando es posible. Los coordinadores de PRECAVES XXI terminan de codificar de manera manual las tablas y las remiten al investigador correspondiente, quien las recibe preparadas para los análisis. Con los datos tabulados, cada investigador procede a la realización de los análisis cualitativos y cuantitativos pertinentes; se complementan los análisis estadísticos, cuando se considera necesario o conveniente, con algunas pruebas realizadas mediante el programa SPSS, versión 15.0.
Los trabajos recogidos en este volumen dan cuenta de este primer estudio. En una segunda fase del proyecto, que ya hemos comenzado, ampliaremos los colectivos para obtener representación de toda la población (hablantes nativos de español sin especialización en la lengua y representativos de distintos grupos sociales) y, además, estableceremos dos vías de investigación en el marco de la enseñanza y adquisición de español como lengua extranjera: actitudes de docentes y discentes de ELE hacia variedades del español y actitudes de profesores y de estudiantes hacia variedades no nativas; para ello, haremos una recogida complementaria de materiales entrevistando a estudiantes de ELE.
3. Percepción de las variedades cultas del español: creencias y actitudes de jóvenes universitarios hispanohablantes
El presente volumen se organiza en diez capítulos, uno de carácter teórico- metodológico, y diez con resultados concretos, cinco de ellos sobre áreas de España y cuatro sobre zonas de Hispanoamérica. El artículo que abre el monográfico, redactado por los coordinadores del proyecto, presenta las bases teóricas y metodológicas del proyecto y ofrece también algunos resultados conjuntos que se derivan de esta fase del PRECAVES XXI. El resto de artículos se dedica a la presentación de los resultados de cada una de las áreas estudiadas: todos ellos llevan un título similar, que solo difiere en el nombre de los sujetos a quienes se ha estudiado y es similar también la estructura, que ha tratado de respetar un esquema común -en todo caso siempre respondiendo a las tres preguntas indicadas-, si bien, como es lógico cada investigador ha tenido libertad en la exposición de sus resultados. De este modo, el segundo artículo, redactado por Ana M. Cestero y Florentino Paredes, se dedica a las creencias y actitudes de los universitarios del centro-norte peninsular (especialmente de Madrid). El siguiente, que firma Beatriz Méndez, estudia los datos de los mallorquines. Las encuestas recogidas y analizadas por Juana Santana, que firma el cuarto trabajo, contienen los resultados de los sevillanos, como representantes de la Andalucía occidental. Antonio Manjón-Cabeza, por su parte, ofrece en el quinto trabajo, los datos de los granadinos, completando de este modo la visión de los andaluces, ahora desde el área de la Andalucía oriental. Con el trabajo sobre el área canaria, redactado por Clara Hernández y Marta Samper, se cierra el conjunto de artículos dedicados a las áreas de España. El artículo de M. Claudia González Rátiva y Diana Muñoz, dedicado a las creencias y actitudes de los medellinenses como representantes del área andina, inicia la información que el PRECAVES XXI transmite sobre las áreas hispanoamericanas. La región chilena está representada por el trabajo de Abelardo San Martín y Silvana Guerrero. Y, por último, cierra el volumen el artículo firmado por Claudia Borzi y Sofía Gutiérrez Böhmer, dedicado a los jóvenes universitarios rioplatenses.
En la reunión de coordinación que los equipos del PRECAVES XXI mantuvieron en 2017 en Bogotá, durante el XVIII Congreso Internacional de la ALFAL, se acordó trabajar en cada área con una muestra en torno al centenar de encuestas, como mínimo. Lo resultados que se presentarán en este monográfico proceden de las encuestas realizadas a casi novecientos jóvenes universitarios hispanohablantes, 590 originarios de España y 297 de Hispanoamérica13. La distribución de la muestra analizada es la que se ofrece en la tabla 1.
Zona | Encuestas |
---|---|
Madrid (España) | 204 |
Palma de Mallorca (España) | 80 |
Sevilla (España) | 100 |
Granada (España) | 89 |
Las Palmas de Gran Canaria ((España) | 117 |
Medellín (Colombia) | 108 |
Santiago (Chile) | 100 |
Buenos Aires (Argentina) | 89 |
TOTAL | 887 |
En cada zona, como se observará de la lectura de las páginas que siguen, las creencias y actitudes adoptan formas y características específicas particulares En cuanto a los resultados de conjunto más destacables en las investigaciones que se ofrecen en este monográfico pueden señalarse las que se enumeran a continuación.
1. Está muy asentada la creencia de que existe un modelo prestigioso de español. Esta creencia, sostenida por el 60% de los sujetos aproximadamente, está relacionada con la formación dialectal recibida, de modo que la opinión de que todas las variedades son equivalentes va ascendiendo a medida que sube la formación. No obstante, esta correlación no siempre se mantiene. Algunas muestras incorporan, como se ha dicho, estudiantes que cursan un máster de ELE y resultan especialmente llamativos los porcentajes que en este colectivo alcanza la creencia de que hay lugares donde se habla mejor el español; sirva de ejemplo Madrid, donde asciende al 52,2%.
2. Si se cree que existe una variedad mejor que otra, ¿dónde se sitúa ese modelo de español? Los resultados que ofrece el gráfico 2 muestran ordenados por porcentaje los casos en que los hablantes han citado expresamente su propia variedad como modelo de lengua, es decir, que han dicho que donde mejor se habla es en la zona a la que pertenece el propio hablante14.
Los españoles ocupan las posiciones extremas en el ordenamiento de esta creencia. Los hablantes del centro-norte de España, cuyo dialecto es el castellano, son quienes de manera prácticamente unánime consideran a Castilla como la mejor variedad del español. Esta opinión es compartida también por los baleares, cuya variedad está próxima a la castellana en el plano fónico. En el otro extremo se sitúan los hablantes andaluces (sevillanos y granadinos) y los canarios, conscientes de que sus propias variedades históricamente han carecido de reconocimiento y prestigio abierto. Entre los hispanoamericanos, los colombianos son quienes manifiestan una mayor consideración de la variedad propia como modelo de lengua, mientras que los chilenos se sitúan en el polo opuesto.
3. Independientemente de las creencias sobre el modelo de lengua, los hablantes de cada área identifican y valoran su propia variedad, tanto directa como indirectamente. Es decir, en todos ellos funciona el prestigio de grupo vinculado a la solidaridad (Borrego Nieto 1996: 141). Sistemáticamente se repite una valoración más baja en las escalas del “componente cognitivo”.
4. Los datos del PRECAVES XXI permiten conocer también en qué grado los hablantes reconocen los acentos ajenos (gráfico 3).
En conjunto, el acento más claramente reconocible para los hablantes de español es el rioplatense, identificado con exactitud el 85,9% de las veces que es escuchado. El castellano es el segundo acento mejor reconocido, con el 70,0% de aciertos en su identificación, aunque se sitúa a más de quince puntos porcentuales del primero15. Estas dos son las únicas, además, que son identificadas en más de la mitad de las ocasiones en que son oídas; en todos los demás casos, es superior el número de ocasiones en que los evaluadores se equivocan respecto al territorio al que corresponden o bien que solo son capaces de dar una indicación aproximada respecto al origen del locutor. En posiciones intermedias en cuanto al grado de identificación por otros hablantes se sitúan las variedades mexicana, caribeña, andaluza y, algo más retrasada, la andina. Las variedades que obtienen un porcentaje más bajo en cuanto al reconocimiento del acento son la variedad chilena y la canaria; llama la atención, en este sentido, que ambas son a menudo confundidas entre sí. Si hubiera que encontrar una explicación a este bajo grado de reconocimiento, habría que buscarla en la ausencia de rasgos claramente identificadores de estas variedades, especialmente en el plano fónico, además de la posición periférica que ambas variedades ocupan dentro de sus respectivos territorios, el canario en España y el chileno en América.
¿Coinciden los españoles y los americanos en la identificación de los dialectos? Las similitudes y disimilitudes se pueden observar en el gráfico 4.
La variedad reconocida de modo similar por los hablantes de las dos orillas es la rioplatense, aunque es algo mejor identificada por los evaluadores americanos. En el resto, las diferencias son más notorias y, además, se repite idéntica pauta: los españoles identifican y discriminan mejor los acentos españoles y los hispanoamericanos se muestran más capaces para identificar los americanos. Las variedades andaluza y canaria no se identifican prácticamente nunca con exactitud por parte de los americanos, y la variedad chilena resulta difícilmente identificable para los españoles.
5. Por último, en este repaso rápido de resultados conjuntos del proyecto PRECAVES XXI, destaca la puntuación que obtienen todas las variedades del español en la valoración directa e indirecta. Los jóvenes hispanohablantes evalúan de manera positiva las variedades cultas del español, independientemente del geolecto al que representen.
La valoración directa media de las variedades cultas (gráfico 5) se sitúa en todos los casos por encima del 3. La variedad mejor evaluada es la chilena, frente a lo que sucedía en el caso de la identificación, donde, como se ha visto, ocupaba la última posición y se convertía en la menos reconocible. Similar es el caso del canario, también con un bajo grado de identificación, pero una valoración directa alta. Esto indica que el reconocimiento del acento y la valoración de la variedad no corren en paralelo: al contrario, los datos avalan la hipótesis de que las variedades menos reconocibles -esto es, menos marcadas- se perciben como más neutras y, precisamente por ello, reciben una alta calificación. Argumento en contra de esta hipótesis, sin embargo, lo constituye la alta valoración del acento rioplatense, de rasgos lingüísticos muy reconocibles.
Entre las variedades que reciben una puntuación más baja se encuentran la castellana y la andina, además de la andaluza, todas ellas con claras marcas diferenciadoras por rasgos fónicos, gramaticales o léxicos (cf. Moreno Fernández 2009). No deja de llamar la atención la presencia de las dos primeras, ya que a menudo ambas se citan entre los modelos más prestigiosos de la lengua española en los respectivos continentes.
Por último, la valoración directa que reciben las variedades según si el evaluador es americano o europeo se ofrece en el gráfico 6, a partir de cuyos datos hay que destacar varios hechos. En primer lugar, la evaluación positiva que reciben todas las variedades, independientemente del origen del evaluador: la calificación se sitúa siempre por encima del 3,5, con la salvedad de las variedades castellana y andaluza, calificadas por los evaluadores americanos algunas décimas por debajo de ese nivel. Destacable también es que los españoles puntúen las variedades por encima de los hispanoamericanos -la única excepción en este punto es el dialecto chileno-, si bien las diferencias nunca son demasiado acusadas. En tercer lugar, y como cierre, la evaluación directa de las variedades sigue las pautas descritas en el párrafo anterior.
En definitiva, como se ha podido ver, los resultados del proyecto PRECAVES XXI permiten obtener una visión coherente y sistemática de las creencias acerca de las variedades cultas del español y las actitudes hacia ellas, que pone de relieve un alto grado de coincidencia entre los hispanohablantes en la evaluación positiva de la diversidad de acentos español. Muchos otros detalles y precisiones a lo expuesto se podrán encontrar en los textos que siguen