CM.H.LB. Caravelle n° 88, p. 1 1-29, Toulouse, 2007

De facineroso htdrôn a santo milagroso:

el culto a los bandidos en la literatura

y la devociôn popular

PAR

Gauchos milagreros, huérfanos sin sepultura, redentores de cautivos y otros grandes pecadores

De acuerdo con lo que cuentan las leyendas que se relatan en la provincia de Corrientes, Argentina, el gaucho Antonio Mamerto Gil Nûfiez se habfa enamorado de la heredera de la estancia donde trabajaba, una mujer adinerada de Pay Ubre que también era pretendida por el comisario del pueblo. Ante la imposibilidad de que su amor de pe6n se viera correspondido y ante el peligro que representaba persistir en su intento, Antonio huyô de la estancia y se fue a pelear en la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay (1865-1870). Cuando la guerra terminé, fue reclutado por los libérales, pero Gil se negd a militar en las filas de los «celestes», algunos dicen que para evitar asf derramar la sangre de sus hermanos, otros conjeturan que fue porque él era «Colorado». Fue enfonces cuando empezô su vida de bandido: el gaucho desertor vagaba por el monte y los esteros robando a los que mis tenfan y repartiendo el botin entre los necesitados a lo largo de su huida perpétua. Al frente de una banda de cuatreros surgiô asi la figura de un Gauchito que ténia una mirada poderosa y que podfa curar las dolencias de los enfermos con las mis mas manos con las que robaba. Finalmente una partida policial lo capturé y el 8 de enero, mientras lo llevaban preso hacia Goya, a unos pocos kilomètres de Mercedes lo colgaron cabeza abajo de un algarrobo y lo degollaron con su propio cuchillo.