autoría propia

Publicado

2021-04-16

Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible

Quiero mi Barrio programme as a sensitive affectation device

Le programme Quiero mi Barrio comme dispositif d’affectation sensible

Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectação sensível

DOI:

https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n2.86756

Palabras clave:

barrio, comunidad, Chile, espacio urbano, participación social (es)
bairro, comunidade, Chile, participação social, espaço urbano (pt)
quartier, communauté, Chili, participation sociale, espace urbain (fr)
neighborhood, community, Chile, social participation, urban space (en)

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Autores/as

El Programa Quiero mi Barrio (PQMB) ha sido objeto de múltiples análisis, desde variadas perspectivas. No obstante, una que hasta ahora no ha sido considerada es la de entenderlo como un dispositivo de afectación sensible. En este texto argumentamos en favor de los rendimientos de una consideración desde ese enfoque, ya que permite entender parte de la lógica de intervención del programa, así como una dimensión crucial para su sostenibilidad. Pero, sobre todo, porque permite entender mejor las formas en que el programa actúa sobre las comunidades, sus formas de sociabilidad y el rol que asigna al entorno construido. Afirmamos que el PQMB interviene sobre poblaciones bajo el supuesto de que son comunidades, pero, en realidad, compone esas comunidades a través de una intervención multiforme y recursiva, en la que cobran especial relevancia las materialidades y los objetos, una intervención que busca convertir poblaciones de individuos en comunidades orgullosas. A pesar de que el PQMB es una intervención pública nacional, ha sido reconocido internacionalmente por el carácter innovador de su estrategia de intervención, lo que hace que la propuesta analítica que aquí ofrecemos sea extrapolable a otras intervenciones equivalentes a nivel latinoamericano.

Quiero Mi Barrio [I love My District] programme has been the subject of multiples analysis, in various perspectives. However, one of those which has not been considered yet, is to understand it as a sensitive affectation. In that text, we argue agreeing results from this approach, which permit to appreciate one part of the program intervention’s logic as a crucial dimension of its durability. But, mostly, it helps to apprehend forms in which the programme acts over these communities, its forms of sociability and the role assigned by the erected surrounding. We affirm that PQMB acts on these populations, assuming they are communities, but, in reality, operating these communities through/by a multiform and recursive intervention, in which materialities and objects found there all relevance, an intervention which seeks to convert population individuals into proud communities. Although the PQMB is a national public intervention, it has also internationally recognized for the innovative nature of its intervention’ strategy, making the analytic proposition that we offer here can be used in other equivalent interventions at the Latin-American level.

Le Programme Quiero mi Barrio [J’aime mon quartier] a été l’objet de multiples analyses, depuis/dans des perspectives variées. Toutefois, celle qui n’a jusqu’à maintenant pas été prise en compte est de le considérer comme un dispositif affectation sensible. Dans ce texte, nous argumentons en faveur des résultats d’une considération depuis ce point de vue, dans la mesure où cela permet de comprendre une partie de la logique de l’intervention du programme, comme une dimension cruciale de sa pérennité. Mais, surtout, car cela permet de mieux comprendre les formes dans lesquelles le programme agit sur les communautés, ses formes de sociabilité et le rôle asigné par l’entourage construit. Nous affirmons que le PQMB intervient sur les populations en supposant qu’elles sont des communautés en elles-mêmes, mais, en réalité, compose/constitue ces communautés à travers une intervention multiforme et récursive, dans laquelle trouve toute leur pertinence les matérialités et les objets, une intervention qui cherche à convertir les populations d’individus en communautés fières/communautés de fierté. Au delà du fait que le PQMB soit une intervention publique nationale, il a aussi été reconnu internationalement pour le caractère novateur de sa stratégie d’intervention, ce qui fait que la proposition analytique que nous offrons ici est extrapolable à d’autres interventions équivalentes au niveau latino-américain.

El Programa Quiero Mi Barrio [Eu Gosto Meu Bairro] foi um objecto de múltiplas análises, sob várias perspectivas. No entanto, o que até agora não foi levado em consideração é considerá-lo como um dispositivo de afectação sensível. Neste texto, defendemos os resultados de uma consideração sob esse ponto de vista, na medida em que isso possibilita entender parte da lógica da intervenção do programa, como uma dimensão crucial da sua sustentabilidade. Mas, acima de tudo, porque isso permite uma melhor compreensão das formas em que o programa atua nas comunidades, suas formas de sociabilidade e o papel atribuído pelo ambiente construído. Afirmamos que o PQMB intervém nas populações supondo que elas sejam comunidades, mas, na realidade, constitui essas comunidades por meio de uma intervenção multiforme e recursiva, na qual encontram toda a sua relevância o materialidade e as objetos, uma intervenção que busca a converter populações de indivíduos em comunidades orgulhosas. Além do fato de o PQMB ser uma intervenção pública nacional, também foi reconhecido internacionalmente pela natureza inovadora de sua estratégia de intervenção, o que significa que a proposta analítica que oferecemos aqui pode ser extrapolada para outras intervenções equivalentes a nivel latinoamericano. 

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Artículos Generales

Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible[1]

Recibido: 29/04/2020

Aprobado: 24/06/2020

Cómo citar este artículo:

Campos Medina, L. y Dupré, A. (2021). Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible. Bitácora Urbano Territorial, 31(II): -296. https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n2.86756

Quiero mi Barrio programme as a sensitive affectation device

Fotografía: autoría propia

ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectação sensível

(2) 2021: -294

[1] El presente artículo se ha desarrollado en el marco de los proyectos U-Redes Generación URG-029/18 y PROA 006/19, ambos financiados por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) de la Universidad de Chile.

Le programme Quiero mi Barrio comme dispositif d’affectation sensible

Luis Campos Medina

Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile

luiscampos@uchilefau.cl

http://orcid.org/0000-0002-5157-4974

Amaëlle Dupré

Arts et Développement, Marseille

amaelle.dupre@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-0012-0814

Autores

19_86756

El Programa Quiero mi Barrio (PQMB) ha sido objeto de múltiples análisis. No obstante, una perspectiva que hasta ahora no ha sido considerada es la de entenderlo como un dispositivo de afectación sensible. En este texto argumentamos en favor de los rendimientos de una consideración desde ese enfoque, ya que permite entender parte de la lógica de intervención del programa, así como una dimensión crucial para su sostenibilidad. Pero, sobre todo, porque permite entender mejor las formas en que el programa actúa sobre las comunidades, sus formas de sociabilidad y el rol que asigna al entorno construido. Afirmamos que el PQMB interviene sobre poblaciones bajo el supuesto de que son comunidades, pero, en realidad, compone esas comunidades a través de una intervención multiforme y recursiva, en la que cobran especial relevancia las materialidades y los objetos, una intervención que busca convertir poblaciones de individuos en comunidades orgullosas. El PQMB es una intervención pública nacional que ha sido reconocido internacionalmente por el carácter innovador de su estrategia de intervención, lo que hace que la propuesta analítica que aquí ofrecemos sea extrapolable a otras intervenciones equivalentes a nivel latinoamericano.

Autores

Luis Campos Medina

Sociólogo (Universidad de Chile), Máster en Ciencias Sociales (EHESS) y Doctor en Sociología (EHESS). Académico del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile. Sus investigaciones abordan fenómenos que se encuentran en la intersección de la sociología urbana y la sociología de la percepción y las sensibilidades. Entre sus trabajos actuales destaca el estudio del vínculo entre emociones y hábitat, la dimensión afectiva de los procesos de reconstrucción y la pragmática de los espacios públicos.

Amaëlle Dupré

Máster en Antropología (Université Lumières Lyon 2) y licencia en Historia del Arte. Actualmente responsable de desarrollo local en Arts et Développement (Marseille), organización para el acceso a la cultura en los barrios marginales a través de talleres en el espacio público. Sus investigaciones abordan problemáticas dentro del marco de la antropología y sociología urbana, particularmente una antropología aplicada en el terreno del desarrollo social.

Palabras clave: barrio, comunidad, participación social, espacio urbano, Chile

Abstract

Quiero mi Barrio [I love My District] programme has been the subject of numerous studies. However, a perspective that has not yet been considered, is to understand it as a sensitive affectation. In this article, we aim to highlight the results arising from this perspective as the outcome demonstrate one aspect of the logic behind the implementation of the programme as a crucial component of its sustainability. Moreover, it helps to apprehend forms in which the programme impacts these communities, its forms of sociability and the role assigned by the built surrounding. We say that PQMB acts on these populations, considering them as communities of their own, whereas in fact, it shapes them through a multiform and recursive intervention, in which materialities and objects become significant, an intervention aiming to turn individuals into proud communities. PQMB is a national public intervention that gained international recognition for the innovative nature of its intervention strategy, making the analytic proposition discussed here, adaptable to similar interventions at Latin-American level.

Keywords: neighborhood, community, social participation, urban space, Chile

Résumé

Le Programme Quiero mi Barrio [J’aime mon quartier] a été l’objet d’analyses multiples. Toutefois, une perspective qui n’a jusqu’à maintenant pas été prise en compte est celle de le considérer comme un dispositif d’affectation sensible. Dans ce texte, nous argumentons en faveur des résultats qui découlent de la considération de ce point de vue, dans la mesure où ils permettent de comprendre une partie de la logique de l’intervention du programme comme dimension nécessaire à sa pérennité. Mais, surtout, car cela permet de mieux appréhender les formes dans lesquelles le programme agit sur les communautés, ses formes de sociabilité et le rôle assigné par l’entourage construit. Nous affirmons que le PQMB intervient sur les populations en supposant qu’elles sont des communautés en elles-mêmes, mais, en réalité, il compose ces communautés à travers une intervention multiforme et récursive, dans laquelle les matérialités et les objets trouvent toute leur pertinence ; une intervention qui cherche à convertir les populations d’individus en communautés de fierté. Le PQMB est une intervention publique nationale qui a aussi été reconnu internationalement pour le caractère novateur de sa stratégie d’intervention, rendant la proposition analytique que nous offrons ici est extrapolable à d’autres interventions équivalentes au niveau latino-américain.

Palavras-chave: Bairro, comunidade, participação social, espaço urbano, Chile

Mots-clés: Quartier, communauté, participation sociale, espace urbain, Chili

Resumo

O Programa Quiero mi Barrio [Eu Gosto de Meu Bairro] foi um objecto de múltiplas análises. No entanto, uma perspectiva que até agora não foi considerada é a de entendê-lo como um dispositivo de afetação sensível. Neste texto, defendemos os resultados de uma consideração sob esse ponto de vista, na medida em que isso possibilita entender parte da lógica da intervenção do programa, como uma dimensão crucial da sua sustentabilidade. Mas, acima de tudo, porque isso permite uma melhor compreensão das formas em que o programa atua nas comunidades, suas formas de sociabilidade e o papel atribuído pelo ambiente construído. Afirmamos que o PQMB intervém nas populações supondo que elas sejam comunidades, mas, na realidade, constitui essas comunidades por meio de uma intervenção multiforme e recursiva, na qual encontram toda a sua relevância o materialidade e as objetos, uma intervenção que busca a converter populações de indivíduos em comunidades orgulhosas. PQMB é una intervenção pública nacional, mas foi reconhecido internacionalmente pela natureza inovadora de sua estratégia de intervenção, o que significa que a proposta analítica que oferecemos aqui pode ser extrapolada para outras intervenções equivalentes a nivel latinoamericano. Palavras chave: Bairro, comunidade, participação social, espaço urbano, Chile

Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible[

Para entender la especificidad de la intervención del PQMB es necesario dar cuenta de que ella busca generar una nueva relación con el barrio que lleve a las y los habitantes a participar en su transformación material y simbólica.

Introducción

El “Programa de Recuperación de Barrios”, más conocido como Programa Quiero Mi Barrio (PQMB), es un programa desarrollado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile (MINVU) que, desde 2006, ha intervenido en 570 barrios en todo Chile, todos ellos caracterizados por presentar deterioro físico y desintegración social (CEDEUS et al., 2019; Ministerio de Vivienda y Urbanismo [MINVU], 2010).

El PQMB ha sido objeto de múltiples estudios desde variadas perspectivas (Aguirre et al., 2008; CEDEUS et al., 2019; Robles, 2014; Zapata y Arias, 2008). Proponer un nuevo análisis de este programa puede parecer reiterativo, pero se justifica en la medida en que se trata de una innovación en la política urbana chilena (Ulriksen, 2019). Comprender mejor las formas de esa intervención puede contribuir a mejorar las maneras en que se producen y ajustan políticas públicas urbanas a las realidades territoriales, especialmente en función de los criterios de adecuación y pertinencia (MINVU, 2010).

Este nuevo análisis también se justifica porque las dimensiones de la innovación de PQMB no han sido completamente identificadas y abordadas. En particular, consideramos que no se ha desarrollado un abordaje que entienda al PQMB como un “dispositivo de afectación sensible” (DAS). Entendemos los DAS como un conjunto heterogéneo y dinámico de mediadores, que buscan generar una transformación en las disposiciones de los sujetos y poblaciones sobre los que intervienen, particularmente en aquellas relativas a los modos en que perciben, conciben y se vinculan emocionalmente con sus barrios. El funcionamiento de los DAS busca propulsar y sostener en el tiempo la intervención material y social que se realiza sobre esos barrios.

Plantear la validez y adecuación de esta perspectiva ha sido también el objetivo de investigaciones que han argumentado en favor de incluir otras dimensiones en la consideración y análisis de las políticas públicas urbanas (Maceratini, 2013), particularmente aquellas relativas a la subjetividad y sociabilidad involucradas (Link et al., 2017; Marengo y Elorza, 2010), puesto que, como argumenta Aubán, “La introducción de la dimensión subjetiva como un elemento relevante del proyecto urbano llegará a convertirse en un factor decisivo del éxito o del fracaso de las políticas públicas de intervención urbana” (2017, p. 81).

De esta forma, generando una síntesis entre la teoría de la afectación desarrollada por Hennion (2005; 2013; Gomart y Hennion 1999) y la noción de dispositivo desarrollada por Foucault (1994), buscamos poner a prueba la pertinencia analítica de un marco conceptual, que hasta ahora solo ha sido empleado para entender las prácticas culturales, en el estudio de las modalidades de producción un nuevo vínculo con el territorio barrial y con los instrumentos de intervención de la política pública urbana.

El artículo se compone de cinco secciones. En la primera, entregamos antecedentes generales del PQMB para su adecuada contextualización. En la segunda, presentamos la perspectiva conceptual que hemos desarrollado en nuestro estudio. En la tercera, aludimos brevemente a nuestra metodología. En la cuarta, desplegamos los resultados del trabajo investigativo, a través de un relato descriptivo y analítico del PQMB, destacando seis características principales que sostienen nuestro argumento. En la quinta sección entregamos la conclusión general de nuestro estudio.

Breve Contextualización del PQMB

El PQMB tiene como objetivo general mejorar la calidad de vida de los habitantes de barrios que tienen “problemas de deterioro urbano, segregación y vulnerabilidad social, a través de un proceso participativo de recuperación de los espacios públicos y de los entornos urbanos de las familias” (Decreto Supremo nro. 14, 2007).

Sus objetivos específicos son tres. Primero, promover el mejoramiento y la dotación sostenible de equipamientos, infraestructura y espacios públicos en los barrios, con foco en las necesidades de sus habitantes y la integración territorial. Segundo, desarrollar un proceso participativo de los vecinos que estimule el uso y apropiación responsable del espacio público y equipamiento, la asociatividad y la buena convivencia, para la gestión de la regeneración urbana en la escala barrial. Tercero, integrar las dimensiones de seguridad, identidad y medio ambiente, a través de prácticas y valores comunitarios que fortalezcan los procesos de planificación, diseño, uso y mantención del espacio público barrial (MINVU, 2010).

Los criterios de selección para los barrios en que interviene el PQMB son el deterioro urbano y vulnerabilidad social. El primero remite a situaciones como la segregación urbana, el déficit y el deterioro del espacio público, la infraestructura y las instalaciones de la comunidad, la degradación del medio ambiente y los problemas de conectividad y accesibilidad. El segundo, se refiere a la situación de los habitantes: un débil sentimiento de pertenencia, estigmatización, deterioro de las relaciones sociales o inseguridad ciudadana, y a la concentración de problemas en el ámbito de la educación. Los barrios son intervenidos por equipos de barrio, integrados por arquitectos, encargados de los aspectos físicos, arquitectónicos y urbanísticos de la intervención, y por profesionales del área social, como trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos y antropólogos, encargados de los aspectos sociales de la misma. Esta dualidad pone en evidencia la combinación entre una dimensión urbano-arquitectónica y otra de alcance social.

Para alcanzar sus objetivos, el PQMB ejecuta un plan de gestión de obras (PGO), de carácter arquitectónico y urbanístico, y un plan de gestión social (PGS), dirigido al fortalecimiento de las organizaciones vecinales y la integración del barrio, pero, también —y este es un aspecto muy importante— a desarrollar las instancias y actividades que sustenten y den legitimidad a las intervenciones desarrolladas en el PGO.

El calendario de implementación del PQMB considera tres fases. La primera remite al desarrollo del contrato de barrio, que se trabaja en conjunto con los vecinos y está basado en el establecimiento de relaciones de confianza con los habitantes. Va acompañado de la constitución de un Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD), que se compone de todas las instancias preexistentes comprometidas con el desarrollo del barrio. Esta fase incluye la elaboración de varios componentes, entre los que se incluye un diagnóstico técnico, urbano y social; un diagnóstico compartido con las y los vecinos y la firma del Contrato de Barrio (CB).

La segunda fase tiene que ver con la ejecución del CB. Los productos esperados son, principalmente, la realización de los trabajos físicos y la puesta en marcha de la línea de trabajo del CVD. Esto va acompañado por un gran número de procedimientos burocráticos y fases complejas de presentación del trabajo por parte del equipo de barrio.

La tercera y última fase corresponde a la evaluación y el cierre del programa e implica la finalización de los trabajos físicos y la evaluación de todas las actividades y los cambios realizados durante las dos fases anteriores. Se centra en monitorear los proyectos iniciados por los vecinos, incluido el CVD, y dimensionar la sostenibilidad de lo que el programa ha implementado.

Perspectiva Conceptual de Análisis

Recuperando la definición entregada en la introducción, proponemos que el PQMB puede ser concebido como DAS, esto es, como un conjunto heterogéneo y dinámico de mediadores que buscan generar una transformación en las disposiciones de los sujetos y poblaciones sobre los que intervienen, particularmente en aquellas relativas a los modos en que perciben, conciben y se vinculan emocionalmente con sus barrios. El funcionamiento de DAS busca propulsar y sostener en el tiempo la intervención material y social que se realiza sobre esos barrios.

La noción de dispositivo está frecuentemente asociada a Foucault, quien la utilizó en sus análisis sobre disciplinamiento y biopolítica. Para este autor, un dispositivo remite a una red heterogénea de elementos que se entrelazan en relaciones de poder y que incluyen una amplia gama de elementos tales como “discursos, instituciones, arreglos arquitectónicos, regulaciones, leyes, medidas administrativas, afirmaciones científicas, proposiciones filosóficas, moralidad, filantropía, etc.” (Foucault, 1994, p. 22).

Para efectos de nuestra argumentación hemos recogido tres rasgos de la noción de dispositivo, siguiendo la propuesta de García (2011): primero, un dispositivo constituye una articulación de elementos discursivos y no discursivos (normativos, institucionales, pero también prácticos); segundo, está orientado a dirigir los comportamientos de los individuos y; tercero, opera mediante la intervención de espacios, lo que tiene efectos sobre el territorio y sobre las personas. Resulta adecuado entender el PQMB como un dispositivo, en la medida en que busca instalar un nuevo modo de vida a través de procedimientos de re-inscripción territorial y de actuaciones recursivas sobre las formas de afectación individual y colectiva.

Consideramos pertinente nuestro énfasis en la afectación sensible, porque el cambio que se busca generar en los sujetos refiere, fundamentalmente, a sus disposiciones para percibir, concebir y vincularse emocionalmente con sus barrios. De ahí la profunda significación del nombre con que se ha dado a conocer el programa: Quiero mi Barrio. Se busca convertir el barrio en territorio de afecto, esto es, ya no como un espacio cartesiano, sino como uno hecho de múltiples pliegues que van “mucho más allá de lo material y de lo tangible” (Aubán, 2017, p. 77).

Junto con ello, el cambio disposicional sugiere que no se pretende un cambio pasajero, sino uno durable y, en lo posible, permanente, que permita mantener y proyectar los avances logrados con la intervención. En ese sentido, el cariño, ese particular tipo de afectación sensible pretendido, es la condición de posibilidad para la propulsión y sostenimiento en el tiempo de la intervención material y social de los barrios.

Aquí es donde nos parece pertinente extrapolar al estudio de un programa de política pública urbana la teoría de la afectación desarrollada por Hennion (2013, 2005; Gomart y Hennion, 1999) para el estudio del gusto en el ámbito cultural. Esto en la medida que el foco dicha teoría está puesto en la configuración de un “gusto”, de un “amor por”, de un “cariño” y de un “apego”. La palabra francesa attachement combina ese conjunto de acepciones y es la piedra angular de la conceptualización de Hennion.

El cariño por el barrio o, si volvemos a una noción más convencional y más frecuentemente utilizada en el ámbito de las intervenciones territoriales y los estudios urbanos, el apego por un barrio (Berroeta et al., 2017), no constituye una entidad pre-existente o una suerte de sustancia o esencia propia a todos quienes lo habitan, sino que es el resultado de un proceso de actuación sobre los sujetos y su territorio. A este respecto, el PQMB opera de acuerdo a una perspectiva que busca activar el cariño (o gusto) por el barrio a través de una intervención sensible, que se expresa en distintos planos y a través de diversos procedimientos que actúan de modo iterativo, recursivo y reflexivo.

Para Hennion, dar cuenta del gusto, del cariño o del apego requiere pasar a un abordaje pragmático que restituya las capacidades reflexivas de los actores concretos, pero que también otorgue relevancia al conjunto de elementos contextuales y entidades no-humanas que participan de la producción de ese gusto, cariño o apego, vale decir, al conjunto de mediaciones operantes en cualquier dinámica de attachement.

Para este trabajo nos interesa destacar dos elementos de perspectiva teórica de Hennion que resultan cruciales para nuestra argumentación: primero, su concepción pragmática del gusto y, segundo, su conceptualización de la red de mediadores que participan de la producción del mismo.

En primer lugar, para Hennión, el gusto no es algo intrínseco a alguien. No está determinado por su adscripción de clase o su posición en la estructura social. El gusto es una forma problemática de vinculación con el mundo: “Es posible analizarlo, de acuerdo con esta concepción pragmática, como una actividad reflexiva, corpórea, enmarcada, colectiva, equipada…” (Hennion, 2005, p. 1)[1][2]. El gusto no es un fenómeno puramente consciente, individual. Es una actividad inscrita en los cuerpos que se desarrolla en relación a colectivos y que se despliega en encuadres institucionales, pero siempre pasando por la relación de los sujetos consigo mismos (Hennion, 2013; 2005). En este sentido, el gusto es el resultado de una larga y compleja articulación de mediadores.

Los mediadores que participan de la producción del gusto —el segundo punto que nos interesa rescatar— son múltiples y diversos, e integran a los seres humanos, pero también a las instituciones, los colectivos y los objetos, a los que se les reconoce su capacidad de agencia (Hennion, 2013, p. 7). El uso de la noción de mediadores busca escapar de una visión binaria que separa sujeto y objeto, para pasar a una perspectiva conceptual más móvil y fluida.

Los mediadores operantes en la intervención del PQMB son los habitantes del barrio en general, participen o no en las actividades del programa. También son mediadores la institucionalidad, el municipio, los funcionarios: el alcalde que viene a dar un discurso, los funcionarios del MINVU u otras instituciones que están interesadas en el desarrollo específico de acciones en el barrio. Podemos contar a los equipos de barrio, que interpretan a su manera y, de acuerdo con sus repertorios locales, las indicaciones que les da el programa. Un aspecto fundamental en la dinámica de intervención, son las actividades mismas, las situaciones en que los habitantes del barrio se comprometen en acciones concretas, toman la palabra, van entrenándose en el ejercicio de distintas habilidades. Pero están igualmente presentes los objetos: el espacio barrial —descrito como deteriorado, carente, vulnerable— y las intervenciones materiales, que comienzan a ser producidas por la acción del programa y a tener una agencia que va más allá de su programa inicial.

En este sentido, el cariño por el barrio se produce en la dinámica persistente, iterativa y reflexiva de este conjunto de mediadores, de ese conjunto dinámico de elementos cuyo efecto de afectación sensible se expresa y manifiesta como un compromiso personal y colectivo con la participación en y por el barrio. En efecto, la participación es un concepto estratégico y una noción operativa fundamental del funcionamiento del PQMB. Es uno de los principios claves que ha planteado el programa (CEDEUS et al., 2019, p. 4) y no un simple instrumento al servicio de un objetivo sectorial. Esto queda en evidencia en el decreto de creación del programa antes citado (proceso participativo de recuperación).

La participación es un aspecto crucial porque sintetiza dos principios subyacentes al PQMB que trascienden a las políticas urbanas en su conjunto: integralidad en la intervención y logro de bienestar subjetivo. Ambos constituyen los principios que orientan la acción pública en el sector de las políticas urbano-habitacionales. Los dos principios implican el diseño, elaboración e implementación de instrumentos de intervención acordes. Desde nuestro punto de vista, el PQMB responde a estos principios ya que la amalgama entre aspectos de índole física y aspectos de índole social de los barrios va en esa perspectiva. Cabe recordar aquí que, desde el inicio del programa, el algoritmo o norma de cálculo (Muller, 2002) para la selección de los barrios se componía de deterioro físico y vulnerabilidad social. El principal componente relativo al principio de bienestar subjetivo es el potenciamiento de las comunidades locales de los barrios, que trasunta los objetivos del programa y que se expresa en el eje transversal de reconocimiento de la identidad de los barrios.

Ninguno de los dos componentes —físico y social— se puede lograr sin una participación activa y permanente de parte de los habitantes, lo que a su vez requiere de una activación persistente. Es por ello por lo que la intervención en terreno se despliega de manera multiforme y reiterativa en la vida cotidiana de los habitantes del barrio y, probablemente por ello, es que resulta invisible cuando se la entiende como sinónimo de la asociatividad (Dirección de Presupuesto Gobierno de Chile [DIPRES], 2017).

Metodología

El diseño metodológico de esta investigación es cualitativo e incluyó: primero, la revisión, sistematización y análisis de material documental del PQMB disponible en línea y de forma impresa, que fue analizado de acuerdo con una metodología de análisis de contenido temático simple (Bernasconi, 2011). Segundo, durante 2017 y en su condición de estudiante extranjera de magíster, una de las autoras del texto desarrolló un trabajo etnográfico de seis meses, formando parte de un equipo de intervención del PQMB en un barrio localizado en la zona sur de Santiago. Este barrio había sido clasificado como vulnerable por el programa, en función de problemas de inseguridad en el espacio público, degradacion de infrastructuras, presencia de microbasurales, entre otros, pero poseía buena conectividad y cercanía a servicios y equipamientos educacionales, de salud y recreacionales. El barrio tiene una superficie aproximada de 4.95 hectáreas y unos 1,596 habitantes, que habitan en 380 viviendas.

Como forma de resguardar el anonimato, se ha omitido cualquier otra referencia directa al barrio y se han modificado los nombres de las y los integrantes del equipo de intervención, así como de los habitantes entrevistados. El material aquí generado consistió en notas de campo y entrevistas, que fueron analizadas de forma colectiva por los autores de este texto.

Resultados: Composición Recursiva de la Intervención y Producción de Comunidades

A continuación, presentaremos seis rasgos y componentes del PQMB en tanto mediadores del DAS: creación del barrio, título del programa, equipo de barrio, acción cotidiana sobre los habitantes e interventores, foco en el espacio público y producción de comunidad.

Creación de un Barrio

En Chile no existe la categoría político-administrativa de barrio. El PQMB, por lo tanto, debe comenzar su intervención componiendo esa unidad, comenzando con la determinación de un polígono, para luego darle operatividad en terreno a esa definición planimétrica. Este es el primer paso en el proceso de afectación sensible: producir el objeto de afectación, puesto que para querer un barrio este debe existir. Para producir el objeto de afectación barrio, el programa despliega una serie de operaciones con las y los vecinos tras el propósito de acercar a la experiencia de los habitantes la delimitación territorial ofrecida y, así, convertirla en una entidad abordable y manejable a través de las técnicas propias de los equipos de barrio que, como se dijo, están integrados por arquitectos y por profesionales del área social. Entre esas técnicas se cuenta, por cierto, la elaboración de mapas y planimetrías (dimensión física), pero, también, la elaboración de un diagnóstico socioeconómico y demográfico y la aplicación de una encuesta que, entre otros elementos destacables, incluye una pregunta referida al orgullo barrial (dimensión social).

No obstante, a través de estos procedimientos no sólo se genera una entidad manejable para los equipos de barrio mediante sus técnicas profesionales, sino que también se generan las posibilidades de enunciación del barrio (referirlo, nombrarlo) y de acción sobre él por parte de las y los vecinos. Creado el objeto de afectación, se vuelve plausible intervenir sobre él. El encuadre institucional de la intervención queda delimitado discursivamente a través del nombre del programa, que se convierte en mediador de la intervención:

Poco a poco los vecinos y vecinas quieren mostrar a los barrios cercanos los mejoramientos que el PQMB permite en su entorno de vida. Se está construyendo una identificación interna positiva, en oposición a los alrededores. Su barrio se está mejorando a diferencia de los demás. El nombre de su propio barrio se activa —como el del programa— y toma una nueva importancia. (Nota de campo del 5 de marzo de 2017)

Título del programa

Efectivamente, el título del programa es un conductor sensible, opera como una exhortación para los interventores en terreno y para los habitantes del barrio para que, poco a poco, vayan queriendo su barrio. Consideramos que el nombre del programa, Quiero mi Barrio, opera al modo de una invitación para que todos los involucrados avancen, progresivamente, hacia una consideración afectiva y sensible del barrio. En ese sentido, el nombre del programa es en sí mismo un mediador de la producción de la afectación.

Yo creo que a la gente el nombre Quiero mi Barrio le hace sentido. Es como “yo quiero mi barrio y, como quiero mi barrio, hago algo por él”. Yo creo que el nombre hace sentido emocional. Y esto permite generar un tipo de acción para poder trabajar en el barrio. (Entrevista Profesional Encargada de barrio. Trabajo de campo, 2017)

El equipo de barrio

Como hemos indicado anteriormente, los encargados de la intervención en cada barrio son los llamados equipos de barrio. De acuerdo a la nomenclatura del PQMB, se trata de consultores que deben estar instalados en el terreno. Lo que resulta importante destacar aquí es que se trata de un conjunto de profesionales, de las dos áreas ya mencionadas (física y social), que deben aplicar el programa en terreno. Es decir, deben interpretar el espíritu del programa, pues consideran improbable que la intervención pueda aplicarse literalmente en cada barrio, en la medida en que todos son diferentes. Pero, para hacerlo bien, deben conocer muy bien el barrio y a sus habitantes.

Ese trabajo de conocimiento detallado demanda tiempo y compromiso. Es este último elemento un factor crucial en la intervención del programa: sin él no se podría avanzar, el diagnóstico no podría tener la profundidad adecuada, la participación no podría sostenerse, los ajustes no podrían ser realizados de manera progresiva y permanente. Más importante aún, no se podría generar una relación de confianza con los habitantes, incluso en situaciones en que la propia institución (MINVU, municipio) carece de legitimidad en el terreno.

Yo creo que el perfil de trabajador en programas como este es un perfil (…) de generar un tipo de transformación, y cuando quieres generar cualquier tipo de transformación, hay algo fundamental que es el compromiso. Y este compromiso te lleva a instalar el concepto de querer el barrio, ¿cachai? Porque, finalmente, yo creo que los profesionales, y aquí hablaré más sobre Arturo y yo (porque todos somos diferentes), lo que haces es insertarte en el barrio de tal manera que eres casi uno más. (Entrevista Profesional Encargada de barrio. Trabajo de campo, 2017)

La acción cotidiana sobre habitantes e interventores

El operar cotidiano del equipo de barrio implica ir despertando entre los habitantes un compromiso, a veces microscópico, pero que implica la consideración del barrio como objeto sobre el cual actuar para transformarlo. Cualquier cosa puede convertirse en foco de atención legítimo y de acción oportuna para mejorar la calidad de vida en el barrio.

Sí, claro, fue un grupo de jóvenes que vieron que la plaza estaba tan fea que fueron a hablar con gente de la municipalidad. Si les ofrecían árboles, ellos los iban a plantar, y así es como comenzó la idea de la plaza, de poner juegos y esas cosas (…) Y ellos mismos estaban plantando los árboles y trataron de que quedara lo más bonito posible, empezaron a hacer más linda la plaza. (Entrevista habitante del barrio. Trabajo de campo, 2017)

Pero ese operar cotidiano tiene otro mediador raramente considerado en los estudios y evaluaciones sobre el programa (Robles, 2014) que se convierte en destinatario implícito de su funcionamiento: los propios integrantes del equipo de barrio ven actuar esa conminación a querer el barrio en ellos mismos.

¡Claro que es paradójico! Que seamos nosotros, los que venimos de afuera, que no tenemos idea del barrio, venir y decirles “ey, loco, tenís que querer tu barrio”. Pero en realidad, creo que el proceso te hace involucrarte tanto que empiezas a querer el barrio junto con la gente. (...) Esta es un poco la esencia del programa, como actores complementarios [habitantes y equipo de barrio]. (Entrevista Profesional Encargada de barrio. Trabajo de campo, 2017)

Esa acción sobre interventores e intervenidos es, también un rasgo de la eficacia del programa:

¿Sabes lo que pasa? Creo que el CVD —y aquí voy a tirarme flores— honestamente, yo creo que el CVD es el fruto de un trabajo conjunto que destacó la importancia de los sujetos por sobre el sujeto con conocimiento. (Entrevista Profesional Encargada de barrio. Trabajo de campo, 2017)

Foco en el espacio público

Llegamos aquí a un punto crucial de nuestro análisis: el foco en el espacio público como mediador de afectación. En efecto, en el contexto de barrios que, como dice el propio PQMB, se caracterizan por su deterioro y vulnerabilidad, donde las viviendas son precarias y las condiciones de habitabilidad deficientes, poner el foco en el espacio público y no en la propiedad individual no es una decisión evidente. Implica desplazar la atención desde un objeto de propiedad privada a otro de propiedad común. Además, supone ir a contrapelo de la idea de que el espacio público barrial ha perdido importancia como espacio de sociabilidad y como “estructura estructurante de comunidad” (Link et al., 2017, p. 11).

Entonces, en este contexto, el papel del espacio público tiene mucho sentido para mí, dentro de esta dinámica, ¿cachai? No sé, porque tienen casas tan pequeñas, el espacio público también está deteriorado, es como si no hubiera nada. Y una reconfiguración en términos de espacio público, puede ayudar revertir un poco esta dinámica”. (Entrevista Profesional Encargado de barrio. Trabajo de campo, 2017).

De esta forma, la intervención sobre los espacios públicos pretende desactivarlos en tanto factores de desmotivación y conflicto, y transformarlos en espacio de inversión y acción conjunta. Se convierte, así, al propio espacio común en un objeto a mantener en conjunto, activando con ello su potencial de agencia: su capacidad para actuar significativamente sobre los habitantes del barrio.

Con esta intervención sobre el espacio público se busca mostrar al barrio como espacio en el que se inscriben la sociabilidad, las experiencias y los recuerdos de todos. Esto sin obviar las condiciones materiales de vida de los habitantes, sino, justamente, convirtiéndolas en referente de la intervención. Se trata de convertir al espacio barrial en una memoria en acción y actuante sobre el cariño por el barrio, propiciando el surgimiento de elementos del pasado que resuenan en las conciencias y se proyectan en el espacio.

Sin duda, este tipo de intervención sobre el espacio público responde al cambio de paradigma en las políticas urbanas que ha sido indicado como el paso del “déficit cuantitativo” al “déficit cualitativo” (MINVU, 2009; Ulriksen, 2019) o como el problema de “los con techo”. Nos interesa destacar el hecho de que esas intervenciones sobre el espacio público dan cuenta de las motivaciones de integralidad y bienestar subjetivo indicadas anteriormente. Además, nos interesa subrayar que tales intervenciones tienen una incidencia sensorial y afectiva evidente, por cuanto se convierten en materializaciones en los espacios públicos barriales, modificando los paisajes cotidianos de sus habitantes. Este es un aspecto no menor, en la medida que el paisaje debe entenderse como algo más que un simple espectáculo que captura nuestra atención visual: es un entramado que muchas veces interpela nuestras reglas perceptuales y cuestiona nuestras formas de representación identitaria y comunitaria (Rancière, 2020).

Las intervenciones sobre el espacio público barrial se vuelven testimonios de la condición especial del barrio. Vale decir, son mediadoras de un sentimiento de singularización importante, cuya relevancia remite al hecho de que se trata de barrios que comparten no solo una condición deteriorada y vulnerable, sino un similar estatus simbólico: muchos de ellos son sectores pobres, periféricos, estigmatizados, “poblaciones”, según la discriminadora denominación chilena habitual. La instalación de estos gestos materiales de singularidad y de valor busca contrarrestar esa dinámica simbólica, mediante la activación de un sentimiento de satisfacción por el mérito propio y el propio ser: generar orgullo (Munt y O’Donnell, 2007; Nixon, 2017).

Producción de comunidad

Al mismo tiempo, pero en otra dirección analítica, esas intervenciones buscan generar un anclaje material y simbólico para un concepto fundamental del programa: comunidad. En efecto, las y los habitantes del barrio comparten un espacio, una vida cotidiana, por lo que el programa los considera como una entidad relativamente homogénea. Esto ha sido identificado como un problema del funcionamiento del PQMB, en la medida que “las áreas de intervención no siempre han correspondido a comunidades con una historia común, por lo cual el programa se ve como una imposición ‘desde arriba’ a construir una comunidad donde no la hay” (CEDEUS et al., 2019, p. 100). Sin embargo, lo que nos interesa destacar aquí es que, al generar estas obras materiales en el espacio público, se busca simbolizar la unidad barrial y volver pertinente y operativa la denominación de comunidad que el programa pretende y necesita. Al designar obras y acciones como basadas en la comunidad, ellas alientan e invitan a los vecinos a producir dicha comunidad.

Con lo anterior no pretendemos ocultar un elemento sobre el cual el programa tiene claridad —tanto a nivel documental como en el funcionamiento de los equipos de barrio—, como es la variedad de las condiciones de vida de los sujetos destinatarios de la intervención. Por el contrario, la invitación a producir comunidad descansa sobre los componentes que hemos mencionado y sobre su articulación recursiva y reflexiva, especialmente en lo concerniente a la reflexividad de los equipos de barrio que buscan sintonizar su actuación con las condiciones de vida de los habitantes. Por lo mismo, esa producción comunitaria es siempre parcial y limitada.

En este punto hay otro componente de la intervención con el cual queremos concluir: la activación de la memoria a través de la construcción de una historia de barrio. Se trata de un componente de la intervención que resulta algo enigmático, puesto que, a pesar de estar detallada en el programa general de acciones llevadas a cabo durante las tres fases de intervención, solo se ejecuta durante la fase de cierre de la misma y, aunque progresivamente ha adquirido importancia en relación a la sostenibilidad de la intervención, su propósito explícito está, sobre todo, puesto en la generación de un libro. Con él se busca recuperar la historia del barrio en encuentros cara a cara entre las y los vecinos y el equipo de barrio.

Desde el enfoque que aquí hemos desarrollado, esta actualización es relevante porque, más allá de conseguir sus objetivos de crear un sentimiento de pertenencia y una identidad colectiva, implica convertir al tiempo pasado en un objeto de atención sensible, particularmente a través de la noción de orgullo. Esto significa que algunos aspectos de la historia del barrio se convierten en motivo de orgullo para sus habitantes y, en esa consideración, devienen soportes de la acción conjunta. Junto con ello, se genera una versión de la historia que es posible comunicar a otros y convertir, así, en una herramienta para contrarrestar la dinámica simbólica de estigmatización antes indicada. El orgullo suele estar articulado en una oposición binaria con la vergüenza, tal como lo recuerdan Munt y O’Donnell (2007), lo que sugiere otra capa de sentido: se busca intervenir sobre una población afectada por esta última.

Es importante indicar, además, que en muchas ocasiones se da una convergencia entre la producción de la historia del barrio y la composición de murales en el espacio público del mismo, es decir, murales que hablan de la historia del barrio. Esto nuevamente da cuenta del carácter recursivo de la intervención, así como de su potencia sensible, pues se trata de trabajar la relación con el tiempo y con el recuerdo de los habitantes, pero también de su relación cotidiana con el espacio, puesto que, como hemos dicho, se realiza una alteración de sus paisajes cotidianos.

Conclusión

Queda en evidencia la complejidad de la intervención del PQMB tras el propósito de mejorar del barrio. Desde nuestra perspectiva, el modelo explicativo de estos fenómenos no puede ser lineal, sino que debe atender al carácter recursivo de la intervención. No se trata sólo de hablar de participación, en términos más o menos amplios, más o menos tradicionales; tampoco resulta suficiente pensar de forma voluntarista en la cohesión social del barrio en un contexto urbano altamente segregado (DIPRES, 2010; 2017).

Para entender la especificidad de la intervención del PQMB es necesario dar cuenta de que ella busca generar una nueva relación con el barrio que lleve a las y los habitantes a participar en su transformación material y simbólica. Una participación vecinal que conduzca a una implicación por parte de los habitantes en la transformación y la mejora del barrio, y que les lleve a conocer, componer y actuar mejor sobre los elementos de su espacio vital.

El enfoque que hemos propuesto permite entender que se busca una participación performativa, en el sentido en que esta se ajusta a los mecanismos de la intervención, así como a los términos de las propuestas institucionales que orientan el proceso de regeneración de los barrios, pero, también, en tanto aglutina afectivamente los distintos elementos de la intervención desplegada. Esa participación es dinámica y no necesariamente adquiere una forma asociativa estable. Es una participación que produce una comunidad de afectación y viabiliza el uso local de la noción de comunidad.

La intervención deviene, así, un conjunto de procedimientos afectantes que tiene como propósito volver sensible y receptivo a cada vecino/a en relación con su barrio para que, en función de esa afectación, se convierta en un agente productor de comunidad y de barrio, un sostenedor en el tiempo de la intervención afectante desarrollada por el programa.

Proponemos que la clave afectiva del sostenimiento de la intervención que ha operado de modo implícito hasta ahora, es la activación del orgullo respecto del barrio y del hecho de habitar en él. Ese sentimiento de orgullo es la base afectiva y disposicional para un particular tipo de apropiación: una apropiación activa que gatille la generación de acciones en el barrio y sobre el barrio, entendido como un continuo entre sujetos y objetos, subjetividades y materialidades, como una comunidad orgullosa.

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[1]

[2] Traducción de los autores.

Imagen 1. Actividad pública del PQMB

Fuente: Elaboración de los autores.

Imagen 2. Actividad con las/los vecinas/os

Fuente: Elaboración de los autores.

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Campos Medina, L. y Dupré, A. (2021). Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible. Bitácora Urbano Territorial, 31(2), 283–296. https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n2.86756

ACM

[1]
Campos Medina, L. y Dupré, A. 2021. Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible. Bitácora Urbano Territorial. 31, 2 (abr. 2021), 283–296. DOI:https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n2.86756.

ACS

(1)
Campos Medina, L.; Dupré, A. Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible. Bitácora Urbano Territorial 2021, 31, 283-296.

ABNT

CAMPOS MEDINA, L.; DUPRÉ, A. Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible. Bitácora Urbano Territorial, [S. l.], v. 31, n. 2, p. 283–296, 2021. DOI: 10.15446/bitacora.v31n2.86756. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/86756. Acesso em: 25 abr. 2024.

Chicago

Campos Medina, Luis, y Amaëlle Dupré. 2021. «Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible». Bitácora Urbano Territorial 31 (2):283-96. https://doi.org/10.15446/bitacora.v31n2.86756.

Harvard

Campos Medina, L. y Dupré, A. (2021) «Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible», Bitácora Urbano Territorial, 31(2), pp. 283–296. doi: 10.15446/bitacora.v31n2.86756.

IEEE

[1]
L. Campos Medina y A. Dupré, «Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible», Bitácora Urbano Territorial, vol. 31, n.º 2, pp. 283–296, abr. 2021.

MLA

Campos Medina, L., y A. Dupré. «Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible». Bitácora Urbano Territorial, vol. 31, n.º 2, abril de 2021, pp. 283-96, doi:10.15446/bitacora.v31n2.86756.

Turabian

Campos Medina, Luis, y Amaëlle Dupré. «Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible». Bitácora Urbano Territorial 31, no. 2 (abril 16, 2021): 283–296. Accedido abril 25, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/86756.

Vancouver

1.
Campos Medina L, Dupré A. Programa Quiero mi Barrio como dispositivo de afectación sensible. Bitácora Urbano Territorial [Internet]. 16 de abril de 2021 [citado 25 de abril de 2024];31(2):283-96. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/86756

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1. Fernando Ossandón, Luis Campos Medina, Mónica Aubán Borrel, Alexandre Beaudoin Duquette. (2024). Intervention artistique et production de citoyenneté dans un quartier de Santiago du Chili. Lien social et Politiques, (91), p.86. https://doi.org/10.7202/1109662ar.

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