The Château de Monte Cristo. A celebration of life by Alexandre Dumas

Abstract

In his heyday, while benefiting of a large fortune acquired from the growing success of his writings, Alexandre Dumas wanted to build the house of his dreams on an idyllic plot of land on the outskirts of Paris. The result was a place that reflected his way of life, which was extravagant and excessive. It was a folie made up of two buildings with evocative names: the Château de Monte Cristo and the Château d’If. The first was a Renaissance mansion, where he lived with his family, friends and lovers, and where he organised sumptuous parties for all kinds of guests. The second one was a small Gothic pavilion dedicated to work, where he used to lock himself away for twelve hours a day to write one of the most extensive literary works known to mankind. Both of them were two facets of Dumas’s personality and found a balanced relationship of reciprocity: that of the vivid and that of the indefatigable worker. The architecture of the Château de Monte Cristo is intimately linked to the vision of reality provided by literature. The space is designed to intensify the experiences that take place in it and thus provide the material Dumas needs to bring his characters to life and create his limitless literary universe. At a time characterised by the restrictions linked to the COVID-19 pandemic, the development of this type of architecture would allow its users to modify their rhythm of life, to recover the time for leisure and social interaction lost during periods of intense work and to create a pattern that facilitates the personal fulfilment of each user, recalling the motive behind the creation of the Château de Monte Cristo: a celebration of life.

Alejandro Dumas, en el apogeo de su fama y poseedor de una gran fortuna obtenida gracias al creciente éxito de sus escritos, quiere construir la casa de sus sueños en un idílico terreno, en las afueras de París. El resultado es un lugar que refleja su forma de vivir: extravagante y excesiva. Se trata de una folie compuesta por dos edificios, con evocadores nombres: el castillo de Montecristo y el castillo de If. El primero es un palacete renacentista, en el que vive junto a su familia, amigos y amantes, en el que organiza suntuosas fiestas para todo tipo de invitados. El segundo es un pequeño pabellón gótico dedicado al trabajo, en donde se encierra doce horas al día para escribir una de las obras literarias más extensas que se conocen. Ambos responden a dos facetas que encuentran una equilibrada relación de reciprocidad en la personalidad de Dumas: la del vividor y la del trabajador infatigable. La arquitectura del castillo de Montecristo está íntimamente ligada a la visión de la realidad aportada por la literatura. El espacio es pensado para intensificar las experiencias que se desarrollan en él y aportar así la materia que necesita Dumas para dar vida a sus personajes y crear su ilimitado universo literario. En una época marcada por las restricciones ligadas a la pandemia de COVID-19, el desarrollo de este tipo de arquitecturas permitiría a sus usuarios modificar su ritmo vital, para recuperar el tiempo de ocio e interacción social perdido durante periodos de intenso trabajo. Crear una pauta que facilite la realización personal de cada usuario, recordando el motivo que impulsó la creación del castillo de Montecristo: una celebración de la vida.