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Revista médica de Chile

Print version ISSN 0034-9887

Rev. méd. Chile vol.129 n.2 Santiago Feb. 2001

http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872001000200008 

Prevalencia de riesgo de trastornos
psiquiátricos en estudiantes de
pregrado de la Escuela de Medicina
de la P. Universidad Católica de Chile

Prevalence of risk for mental disorders
among medical students

Carlos Benítez G1, Juan Quintero B1,
Rafael Torres B.

Background: Stress caused by the high physical, intellectual and emotional demands imposed to medical students, renders them specially susceptible to the development of mental disorders. Aim: To assess the prevalence of risk for mental disorders among undergraduate students at the Medical School of the Catholic University of Chile. Material and methods: The Twelve Item General Health Questionnaire (GHQ 12) was voluntarily answered by medical students from the first to the fifth year. Results: Sixty eight percent of the total population (305 students) answered the questionnaire. Forty one percent of students were at risk, defined as scoring five or more points in the GHQ 12. The average score was 3.9±2.2. First year students had a higher score than fourth year students (4.6±2.2 and 3.4±2.1 points respectively, p <0.05). No gender differences were observed. Conclusions: Our results are similar to those of other publications concerning psychiatric risk among medical students (Rev Méd Chile 2001; 129: 173-78).
(Key-words: Mental disorders; Mental fatigue, Schools, medical; Students, medical).

Recibido el 10 de agosto, 2000. Aceptado en versión corregida el 28 de noviembre, 2000.
Departamento de Psiquiatría, Hospital Clínico Pontificia Universidad Católica de Chile.
1Estudiantes de Medicina

Existe evidencia acerca de las consecuencias del estrés, es decir, altas exigencias físicas, intelectuales y emocionales (concepto similar al introducido por primera vez por Selye1) de la carrera médica en la salud mental, tanto en alumnos de pre como de postgrado2. En este sentido, Toews encontró en estudiantes de medicina y residentes un leve aumento de la probabilidad de desarrollar algún tipo de enfermedad psiquiátrica, con respecto a la población general3. Otra evidencia importante fue la arrojada por el estudio de Hsu en la que se midió la sintomatología depresiva en estudiantes de medicina y se comparó con la población general, siendo en aquella mayor que en esta última4. Richman, por su parte, pudo concluir que un porcentaje elevado de los estudiantes percibe su proceso de aprendizaje como abusivo (72% de los estudiantes relatan al menos un episodio de abuso), y que de esto además, se derivan consecuencias psicopatológicas5. El estudio de Mosley mostró que los estudiantes que manifestaban mayores niveles de estrés, experimentaban los mayores niveles de depresión y síntomas somáticos. En ese estudio se encontraron niveles clínicos de depresión en el 23% de los estudiantes y altos niveles de distrés somático en el 57%6. Además se ha demostrado que los estudiantes de medicina experimentan un mayor número de síntomas relacionados con el estrés, comparados con la población general3. Un subgrupo de particular riesgo fueron las mujeres, hecho que concuerda con Hsu4.

El proceso de educación médica, cada vez más, es considerado como abusivo por los estudiantes de medicina2,5,7-9. Por ejemplo, los estudiantes que experimentan al menos una experiencia abusiva durante sus estudios médicos, desarrollan significativamente más síntomas depresivos y tienden a beber más5. Linn encontró una relación directa entre el estrés y el mal rendimiento académico, siendo de particular riesgo el grupo caracterizado por una baja autoestima y locus de control más externo. Sugiere que a los estudiantes se les enseñen técnicas de manejo del estrés10.

La investigación respecto a psicopatología en sujetos cursando estudios superiores, ha sido mayormente realizada en el hemisferio norte y, casi exclusivamente, en estudiantes de medicina. En Chile, en 1988 se realizó un trabajo que intentó determinar la prevalencia del estrés en los diferentes cursos de la carrera de medicina en la P. Universidad Católica11. En ese estudio no se aplicó una prueba validada ni tampoco criterios estadísticos, por lo que su interpretación se ve limitada. Este fue el único trabajo de origen nacional encontrado.

Dada la alta prevalencia de patología psiquiátrica en estudiantes de medicina, como ya ha sido expuesto, nos propusimos determinar el riesgo de padecer patología psiquiátrica en los estudiantes de medicina de la P. Universidad Católica de Chile en los diferentes cursos de la carrera, para lo cual se escogió aplicar el General Health Questionnaire 12 item (GHQ 12), ya que ha demostrado ser un buen predictor de morbilidad psicológica en estudiantes de medicina12.

MATERIAL Y MÉTODO

Instrumento. Se utilizó la prueba de Goldberg abreviado (GHQ 12), el cual está diseñado para detectar riesgo de enfermedad mental no psicótica ni orgánico-cerebral y es aplicable al trabajo clínico, encuestas de población o estudios longitudinales13. Consta de doce preguntas con cuatro alternativas cada una, dos de las cuales tienen un puntaje igual a cero [0], y las dos restantes un punto cada una [1]. De esta manera, el puntaje mínimo y máximo posibles son cero [0] y doce [12] respectivamente. Se eligió este instrumento porque permite ser aplicado a un grupo importante de personas en un tiempo limitado, porque es de fácil comprensión para el entrevistado y que está validado en Chile14. Se acepta un puntaje a mayor o igual cinco (³ 5) como de riesgo para patología emocional, condición que denominaremos Goldberg (+) (Humphreys D et al).

Sujetos. El estudio se llevó a cabo dentro de las dos semanas que siguieron al comienzo del segundo semestre académico de 1997, previa autorización del jefe académico de la Escuela. La prueba fue aplicado en los cursos de primero a quinto año de la Escuela de Medicina de la PUC, por separado, al comienzo de una cátedra, sin aviso previo. Se preparó una introducción estandarizada en la cual se identificaban los encuestadores, se explicaba la finalidad y la utilidad del estudio y se garantizaban las condiciones de anonimato, voluntariedad y confidencialidad para el manejo de la información. Con la finalidad de proporcionar mayor confidencialidad al encuestado, se corcheteó una hoja en blanco sobre la encuesta. Además se solicitó especificar género y edad a cada encuestado.

Análisis estadístico. Todos los resultados se entregan como promedio con su desviación estándar correspondiente (X±SD). La comparación de los porcentajes de Goldberg (+) se hizo con prueba de Chi cuadrado. Las comparaciones de promedios se hicieron con la prueba t de Student para muestras independientes cuando se compararon dos promedios y análisis de la varianza (ANOVA), además de la prueba de Student-Newman-Keuls cuando se compararón más de dos promedios. El grado de asociación lineal entre edad y puntaje promedio de la prueba de Goldberg se determine con la Correlación muestral de Pearson. El nivel de significación elegido fue p <0,05.

RESULTADOS

La población a estudiar consistió en 457 estudiantes (la totalidad de estudiantes de medicina de la PUC de primero a quinto año en el plazo ya señalado). De estos, 171 (37%) eran mujeres y 286 (63%) varones. El detalle de esta población se encuentra en la Tabla 1.


La encuesta fue respondida por el 68% de los estudiantes, es decir, 305 alumnos. De primero a quinto año fue contestada por el 59%, 74%, 54%, 74% y 79% respectivamente (Tabla 2). Al separarlos por sexo, la proporción de hombres y mujeres que respondieron la encuesta fue de 64,8 y 71,9% respectivamente (Tabla 3).


El porcentaje de alumnos en riesgo, es decir, con un puntaje ≥ 5, fue de 40,68% (124 alumnos) en el total de la muestra. El puntaje promedio para toda la muestra fue de 3,97±2,2. Se observó que mientras más avanzado era el curso, menor era su puntaje promedio. Sin embargo, esto sólo alcanzó significación al comparar 1° con 4° año (4,6±2,2 vs 3,4±2,1; p<0,05). El 52% de los alumnos de primer año tuvieron Goldberg (+), comparado con cuarto año, donde 36% tuvieron Goldberg (+). En quinto año hubo un leve aumento del promedio, que no obtuvo significancia estadística (Tabla 3).


Al correlacionar la edad vs el puntaje promedio de los estudiantes se obtuvo una diferencia significativa (p< 0,00001), pero con un valor r= -0,21.

Al comparar hombres con mujeres en todos los cursos, no hubo diferencia estadística entre el número de mujeres y hombres en riesgo, ni en el puntaje promedio (41,3% vs 41,4%; 4,1±2,1 vs 3,8±2,2. (Tabla 3).

DISCUSIÓN

El porcentaje de respuesta a nuestra encuesta alcanzó al 68%, lo que es comparable a trabajos similares4,15. Toews, que obtuvo 61% de respuesta, comenta que ésta excede las expectativas para estudios de este tipo3. Al discriminar por curso, el porcentaje de respuesta fue siempre cercano a los porcentajes antes citados, exceptuando a tercer año con 54%. Al separarlos por sexo, el porcentaje de respuesta permanece en niveles adecuados (hombres 64,8 y mujeres 71,9%).

El 40,68% de los estudiantes presentó Goldberg (+). Este porcentaje es mayor que el hallado en la literatura. Por ejemplo, Hsu y cols informaron evidencias de depresión y distrés emocional en el 23% de los residentes e internos4. Mosley y cols. encontraron niveles clínicos de depresión en el 23% de los estudiantes y en el 57% niveles altos de distrés somático en un estudio en 69 estudiantes de 3er año de la U. de Mississippi6. Estas diferencias con nuestro trabajo pueden deberse a que la prueba de Goldberg pretende medir riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos y no patología específica y por lo tanto era esperable encontrar cifras mayores a trabajos en los que se estudia una patología específica.

En Chile, no encontramos estudios que midieran prevalencia de Goldberg (+) en la población general, ni para rangos etáreos ni grupos específicos comparables a los individuos que respondieron nuestra encuesta. Los únicos trabajos que midieron prevalencia de Goldberg (+) fueron en mujeres consultantes por patología psiquiátrica en atención primaria (92%)16 y en pacientes mayores de sesenta años de un consultorio de atención primaria (57,5%)17. Por lo anterior, la interpretación de la prevalencia de Goldberg (+) en nuestro estudio se ve limitada porque carecemos de un grupo control. Situación que se repite en toda la literatura revisada.

Llama la atención la alta prevalencia de estrés en el único estudio hecho en Chile al cual tuvimos acceso, lo cual puede ser interpretado como discordante con nuestro trabajo y la literatura revisada. Este muestra que 91% de los estudiantes de pregrado de Medicina de la P. Universidad Católica de Chile padecían estrés, condición que estaba presente en el 94% de los estudiantes de 5to año de la División Ciencias Médicas Norte de la Universidad de Chile11. La diferencia se puede explicar porque ambos trabajos tienen distintos objetivos, uno mide niveles de estrés (definido como la reacción de un organismo a un estímulo, el cual, si es muy intenso, puede ser dañino) y el nuestro, riesgo de trastorno psiquiátrico, por lo cual no son esperables resultados similares. Además, en el estudio de Pallavicini y cols los resultados se basaron en apreciaciones subjetivas tanto del entrevistador como del entrevistado, por lo que no hubo un criterio de uniformidad para evaluar a cada participante.

Al comparar el porcentaje de Goldberg (+) y el puntaje promedio según sexo, no hubo diferencia, lo cual concuerda con algunos trabajos7,12,18, y se contradice con otros3,4. La explicación para esta aparente diferencia no está clara.

Otro hallazgo, fue la tendencia al descenso tanto en el puntaje promedio, como en la prevalencia de Goldberg (+) en la medida en que se avanzaba en la carrera. Incluso, existe una diferencia significativa en el puntaje promedio entre los cursos primero y cuarto. Esta diferencia no existió al comparar las prevalencias de Goldberg (+) en cada curso, sin embargo, lo anterior puede ser explicado porque la comparación de los porcentajes se hizo con la prueba de Chi cuadrado, el cual es más exigente, que la prueba t de Student con el cual se efectuaron las comparaciones de promedios.

Para intentar explicar si el descenso del puntaje promedio se explicaba sólo por la edad de los encuestados, se realizó una correlación de Pearson entre edad de los estudiantes y su puntaje que resultó ser significativa (p<0,00001), pero con una débil correlación negativa (r=-0,21). Por lo tanto, deben existir otros factores7 además de la edad, que expliquen este hecho.

Una alternativa interesante, puede ser el desarrollo de mecanismos de "coping". Coping hace referencia a los esfuerzos cognitivos o del comportamiento empleados para reducir, controlar o manejar el estrés6. Respecto a esto último Mosley encontró que una adecuada estrategia de coping se correlacionó con menores síntomas depresivos, mientras que estrategias inadecuadas se asociaron con los niveles más altos de síntomas depresivos6. Por lo tanto, es planteable que una mejoría en las estrategias de coping, producto de la experiencia académica u otros factores no relacionados con ésta, a medida que se avanza en la carrera den cuenta de esta disminución en el puntaje promedio.

Otra posibilidad es que no sólo manejen mejor el estrés, sino que realmente estén expuestos a una carga de estrés decreciente durante el período que dura la carrera (relacionado o no con esta), y eso explique el descenso del puntaje promedio.

Sin embargo, apunta en contra de la hipótesis de que sea la carrera la que tiene un nivel de estrés decreciente, el resultado de la encuesta realizada a los estudiantes de medicina de esta misma universidad, quienes evaluaban como más estresante el examen integrado de medicina, que se rinde en tercer año. No obstante, este examen se realiza a fin de año y el estrés que origina puede no ser representativo de la carga académica de ese año de estudio19.

Un hecho a analizar es si los alumnos que no contestaron pudieran ser justamente los que tengan bajo puntaje de Goldberg, por ser ellos precisamente quienes no les interesa contestar la encuesta (error de tipo I), puesto que no es raro que los que contesten una encuesta, como ésta, sean aquéllos que tienen más necesidad de exponer en forma pública (pero anónima) sus preocupaciones, con el fin de obtener solución a sus problemas. No obstante la importancia de este sesgo se puede ver paliada por nuestra alta tasa de respuesta.

Nos parece razonable, advertir a las autoridades pertinentes que los riesgos emocionales de los estudiantes de la carrera de medicina, sean o no atribuibles a ésta, requieren implementar medidas dirigidas a la prevención, detección y manejo de estas consecuencias, tal como lo han sugerido ya otros autores4,10,20. En este sentido, Butterfield concluye que los mayores estresores son la fatiga y la falta de sueño, inmersos en una red de factores más compleja, y refiere la existencia de evidencia acerca de la necesidad de modificaciones en la malla curricular20.

Finalmente, nos parece conveniente realizar más estudios que permitan caracterizar más acuciosamente la psicopatología de los estudiantes de medicina a nivel nacional.

Correspondencia a: Rafael Torres B. Dpto. Psiquiatría, Hospital Clínico Pontificia Universidad Católica de Chile. Marcoleta 387, 2° piso. Santiago. Teléfono 6863028. Fax 6651951. e-mail rtorres@med.puc.cl

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