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Boletín de filología

On-line version ISSN 0718-9303

Boletín de Filología vol.57 no.1 Santiago June 2022

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-93032022000100017 

Sección monográfica

El marcador dizen que en el español andino del siglo XVII: la crónica de Santacruz Pachacuti

The marker dizen que in the 17th century Andean Spanish: the chronicle of Santacruz Pachacuti

1Departamento de Filología Española, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Madrid, España

Resumen:

En este estudio se analizan los usos de dice (y sus variantes dicen, dice que) en la crónica de Santa Cruz Pachacuti, bilingüe quechua/español del siglo XVII inmerso en dos tradiciones lingüísticas y culturales, y se intenta establecer el estado de este marcador en los inicios de lo que será después denominado como ‘español andino’. Se busca situar los significados evidenciales y narrativos de dice en ese periodo, y mostrar si los casos que aparecen en la crónica pueden considerarse similares a los usos reportativos actuales andinos de dice (Escobar 2001) o si, por el contrario, se trata de usos narrativos como propone Andrade (2007). Los datos del análisis indican que este marcador, que tiene valor narrativo en esta crónica, ha experimentado un cambio lingüístico inducido por contacto que se produce en época temprana debido al contexto de contacto lingüístico y cultural en el que el Santa Cruz Pachacuti está inmerso. Estos valores han sido explicados a partir de la influencia del quechua, en concreto del marcador evidencial -s/si, -sh/-shi, junto con la propia tradición que este elemento tiene en el español. Se intenta delimitar, por ello, si el mecanismo lingüístico de la convergencia, que es el que parece que explica hoy esos valores de manera más coherente, había sido ya activado por los hablantes bilingües en esa etapa del cambio.

Palabras clave: Evidencial y narrativo dizen que; español andino; crónica bilingüe; cambio inducido por contacto

Abstract:

This study analyzes the uses of dice (and its variants dicen, dice que) in the chronicle of Santa Cruz Pachacuti, a seventeenth-century Quechua/Spanish bilingual speaker who was immersed in two linguistic and cultural traditions. We try to establish the status of this marker in the beginnings of what would later be called ‘Andean Spanish’. Our aim is to situate the evidential and narrative meanings of dice in that period, and to show whether the cases that appear in the chronicle can be considered similar to current Andean reportative uses of dice (Escobar 2001) or whether, on the contrary, they are narrative uses, as proposed by Andrade (2007). The data of the analysis indicate that this marker, which has narrative value in this chronicle, has undergone a contact-induced linguistic change that occurs in early times due to the context of linguistic and cultural contact in which the Santa Cruz Pachacuti is immersed. These values have been explained because of the influence of Quechua, specifically the evidential marker -s/si, -sh/-shi, together with the very tradition that this element has in Spanish. We try to determine whether the linguistic mechanism of convergence, which seems to explain these values in a more coherent way today, had already been activated by bilingual speakers at that stage of the linguistic change.

Keywords: evidential and narrative of dizen que; Andean Spanish; bilingual chronicle; contact-induced change

1. INTRODUCCIÓN

1

En el español andino actual se constata el uso de los marcadores dice (y sus variantes dice que, dicen que) y diciendo con valores evidenciales reportativos (codifican la información reportada, referida al discurso de otro sin especificar su identidad), citativos (marcan la cita directa) y narrativos (operadores narrativos que indican que la información se encuentra en una estructura narrativa 2 . Para diciendo se han propuesto valores esencialmente citativos; con respecto a dice, Andrade (2007 ) constata que tiene valores pragmáticos diferenciados: a) citativo; b) reportativo evidencial y c) narrativo. Según el autor, estos usos forman parte de un proceso de gramaticalización en curso donde el valor narrativo de dice está en el estadio más evolucionado, pues su significado se ha desemantizado por completo y se ha convertido en un auténtico marcador que contribuye a configurar el marco narrativo en la interacción. En el caso de las crónicas de autores bilingües, Escobar (2001 ) considera que dizen que es un marcador evidencial reportativo, mientras que diciendo es un citativo 3 . Estos valores han sido explicados a partir de la influencia del quechua –del marcador evidencial -s/si, -sh/-shi; también se han relacionado con los valores del pasado narrativo o delegatorio ska/shka–, junto con la propia tradición que este elemento tiene en el español.

A la luz de estas investigaciones, el objeto de esta contribución es analizar los usos de dizen que en la crónica de Santa Cruz Pachacuti, cronista bilingüe quechua/español del siglo XVII, para establecer el estado de este marcador en los inicios de lo que será después denominado como ‘español andino’ 4 . Para ello, profundizamos en sus significados semánticos, sus valores pragmáticos y sus características sintácticas. Además, intentamos constatar en qué punto se sitúan los significados evidenciales y narrativos de dizen que en ese periodo, si existe equivalencia entre los usos reportativos actuales andinos de dice y los ejemplos de las crónicas de bilingües (Escobar 2001) o si se trata más bien de usos narrativos como propone Andrade (2007 ).

El trabajo se inicia con algunos apuntes sobre la evidencialidad (sección 2); en la sección 3 se describen las estrategias narrativas de la crónica, lo que permite contextualizar el análisis del marcador dizen que (sección 4). Dado que la bibliografía ha descrito este marcador como producto del contacto lingüístico intenso, en la sección 5 se aborda su significado en la tradición historiográfica castellana y en § 6 se exponen las estrategias de las narrativas quechuas. La sección 7 incluye la discusión de los resultados y el trabajo se cierra con algunas reflexiones finales en § 8.

2. ALGUNOS APUNTES SOBRE LA EVIDENCIALIDAD

La categoría lingüística “evidencialidad” ha experimentado un auge inusitado en los últimos años, también en el caso del español 5 –que es una lengua que carece de un sistema gramatical evidencial como el quechua–, lo que no implica que haya una perspectiva teórica unánime a la hora de abordarla. De ahí la necesidad de aclarar cuál es la línea que voy a adoptar en el análisis del marcador evidencial dizen que que contemplo en estas páginas.

Como es bien sabido, evidencial puede entenderse en el sentido estrecho, esto es, que se caracteriza por aportar información sobre el proceso epistemológico efectuado por el hablante (fuente y/o modo de acceso a la información: directo, reportativo e inferencial); y también se concibe en su sentido ‘ancho’, es decir, que además del modo de acceso a la información incluye dimensiones relacionadas con la modalidad epistémica y que repercute en el distanciamiento, compromiso, responsabilidad del hablante con respecto a la información transmitida. En estas páginas no abundo en el ya clásico debate sobre si evidencialidad y modalidad son o no categorías independientes; lo que importa para nuestro objetivo es incidir en que ambas dimensiones están estrechamente unidas y forman parte inseparable de los valores pragmáticos de unidades evidenciales del español andino ampliamente analizadas por los investigadores, como los tiempos de pasado (Escobar 2000; Sánchez 2004; Palacios 2007; Pfänder y Palacios 2013; Palacios, Mick y Deprez 2018) o ciertos marcadores discursivos (Zavala 2001 y 2006; Calvo Pérez 2000; de Granda 2001; Cerrón-Palomino 2003; Andrade 2007; entre otros). En esta línea abordamos los marcadores discursivos que sometemos a análisis.

3. ESTRATEGIAS NARRATIVAS EN LA CRÓNICA DE PACHACUTI

La Relación de antigüedades deste Reyno del Pirú, de Joan Santa Cruz Pachacuti Yamqui, es la crónica de un indígena quechua bilingüe de cuarta generación escrita en el siglo XVII. Consta de 43 folios escritos por ambas caras 6 . Navarro Gala (2007) afirma que el manuscrito parece ser un borrador o una primera redacción de la obra dado el carácter de las tachaduras y rectificaciones que contiene, que no corresponden a confusiones de copia sino a correcciones de estilo y aclaraciones. La autora considera que está escrito por dos amanuenses y que Santa Cruz Pachacuti Yamqui posiblemente fuera el que escribiera la mayor parte de la obra y la corrigiera. En la lectura de esta crónica llama la atención la combinación de tiempos para narrar los hechos que acontecieron a los incas. Navarro Gala señala al respecto que el cronista usa el presente

para expresar hechos habituales o conectados con el ‘ahora’ del narrador, mientras que las acciones pasadas se cuentan desde un punto de vista objetivo, eligiendo para ello los tiempos verbales propios del pasado. A partir del folio 17v la voz del narrador se convierte en subjetiva mediante el empleo del presente histórico combinado este con el pasado (Navarro Gala 2007: 37).

La autora sostiene que esto puede deberse a que la obra está inmersa en diferentes tradiciones discursivas relacionadas con la tradición oral de narrativas épicas quechuas, con los romances castellanos y también con la retórica eclesiástica; tradiciones que posibilitan un discurso identitario propio perfectamente articulado.

La crónica se divide formal y temáticamente en tres partes. La primera de ellas se centra en la figura del propio Pachacuti y se extiende hasta el folio 3r. Se inicia con un “yo” narrador (“Yo, Don joan de santa cruz(.) Pachacuti yamqui(,) salcamaygua, cristiano(.) por la graçia de dios nuestro señor, natural de los pueblos…”) y discurre en tiempo presente, dado que se centra en la esfera personal del cronista. Salles-Reese (1995 ) considera que esta parte tiene un formato legal semejante a una probanza para establecer su identidad y legitimar la autoría. En esta primera parte el autor evidencia su afiliación como auténtico cristiano de varias generaciones, lo que justifica el proselitismo pedagógico de la crónica que le llevará a considerar a los incas como precursores del cristianismo. La segunda parte comienza en el tiempo de Purunpacha (folio 3r), una época mítica anterior a los incas que narra el origen de las naciones del Tawantinsuyo relatada en tiempo pasado, una estrategia narrativa que, como indicaba Navarro Gala (2007), permite al cronista un distanciamiento de los hechos. La tercera parte se ocupa de narrar los acontecimientos significativos que dan lugar a la Dinastía Hanan Qusqu, Alto Cuzco (folio 18r) y que llegan hasta el momento de la conquista del imperio por los españoles. En esta parte de la crónica, la victoria de Pachacuti Ynca Yupanqui contra los chancas supone, según Battcok, el cierre de un ciclo y el inicio de un nuevo tiempo, “un mito de carácter político y también como una respuesta a la necesidad de “fabricar” una guerra ejemplar en los rituales de inauguración de un nuevo periodo” (Battcok 2013: 291). Y es en esta parte donde el presente histórico, tiempo subjetivo que permite resaltar o vivificar los hechos narrados, domina la narración (69% de los tiempos verbales simples según Navarro Gala 2007), aunque se combina con algunos fragmentos puntuales narrados en tiempo pasado. Hacia el final de la crónica (folios 40v), los tiempos de pasado vuelven a tomar relevancia y “La voz de un narrador más distante se va adueñando de la historia” (Navarro Gala 2007: 56).

Lo interesante de este juego de estrategias narrativas en pasado y presente histórico es que potencia los significados de las distintas voces de la narración, aportando dinamismo y fuerza al relato. Como veremos, esto será especialmente relevante para el análisis del marcador dizen que, cuyas funciones están estrechamente ligadas a estas estrategias.

4. ANÁLISIS DEL MARCADOR DIZEN QUE

El objetivo de esta sección es mostrar si los valores de dizen que en esta crónica son narrativos como aventuraba Andrade (2007 ) para las crónicas de bilingües. Conviene recordar, por ello, que el valor narrativo del marcador está vinculado a las estrategias narrativas que el género requiere y que muestran características sintácticas y semántico-discursivas específicas que los diferencian de los usos reportativos, lo que no significa que ambos valores no puedan coexistir en los distintos géneros discursivos.

Andrade (2007 ) analiza estos usos narrativos de dice y dice(n) que en relatos de sueños en el español andino actual y concluye que se caracterizan por una distribución tendente a ubicarse al inicio del relato debido a que marcaría el inicio del “mundo narrativo” frente al aquí y ahora del mundo real actual en el que se inscribe la comunicación, como el ejemplo (1), donde Dice que supone una marca de frontera para delimitar ese “mundo narrativo” del sueño:

(1) F. En el carro miba durmiendo, miba durmiendo. Me había pasado, hasta “Mi Perú”. Ay, Dios mío, y en eso a mi mamá veía. Dice que bajaba este toda la escalera. Y en eso dice que mi mamá me ha entregao bandeja con pan… Pan es bueno. Entonces dice que en eso mi mamá toda sonriente me estaba dando este bandeja de pan. Y me he despertao y estaba entrando en “Mi Perú” (Fernanda, Cerro de Pasco-Lima) (Andrade 2007: 73).

El investigador interpreta que la función de dice que narrativo posibilita el desdoblamiento de la voz del hablante como narrador y como protagonista del relato, un juego de roles que favorece el distanciamiento discursivo del hablante, ya que el marcador delimita una frontera que diferencia los hechos narrados en el discurso del contexto comunicativo previo. A diferencia del uso evidencial, no codifica la información como reportada sin especificar el origen, por lo que en la actualidad considera que es un marcador gramaticalizado con uso discursivo cuyo significado léxico se ha vaciado. A partir de esto, me propongo revisar si el marcador dizen que funciona de manera similar en la crónica de Pachacuti.

En los 43 folios que componen la crónica, he constatado 175 casos, de los cuales, 171 tienen la forma dizen que; uno aparece como dizen, que en la puntuación original de la crónica (“y bien armados(.) con sus puarapuras(.) de plata y chipanas de plata, dizen(,) que vençían la vista todas estas cossas”, folio 31r; uno como dezin que (“El qual amaro ttopa dezin que siempre(.) su inclinación era massiado humilde con todos”, folio 24v) y otro como dezen que (“A esto(.) dezen que dixo,(.) que eran almas(.) de los bibos”, folio 36r); finalmente, uno como dizen (“los quales(,) dizen siempre se ocupaban para hazer vestidos”, folio 22r). Todos ellos muestran valores que están estrechamente ligados a las estrategias narrativas temporales que emplea el cronista.

La hipótesis que desarrollo es que dizen que con valor narrativo es un elemento clave para construir el relato. Considero, así, que el marcador tiene las funciones siguientes: a) contribuye a crear y delimitar el marco temporal narrativo en un pasado no accesible al oyente; b) permite también transitar entre los hitos narrativos que componen cada módulo o grupo sintáctico narrativo, así como enlazar los distintos módulos, fijando de nuevo el marco temporal en el que estos se sitúan. Ayuda, por tanto, a que la narración avance e indica la presencia de información nueva sobre un mismo tema o un cambio de tema, por lo que refuerza las estrategias narrativas prototípicas de este género discursivo que discurren en un tiempo verbal objetivo pasado; esto es, un marcador que regula el encadenamiento informativo del texto a través de la progresión temática; c) contribuye a resituar el marco temporal narrativo tras una digresión del autor o cuando el hilo narrativo se interrumpe o desvía. Permite, en definitiva, transitar desde el marco temporal pasado donde tienen lugar los hechos del relato al marco temporal presente del cronista en un diálogo dinámico mediante un desdoblamiento discursivo de la voz del cronista como autor y como narrador.

Según esto, esperamos que el marcador con valor narrativo aparezca en el texto con cierta profusión. Por el contrario, dizen que con valor evidencial reportativo introduce una voz narrativa diferente de la del cronista de la que este quiere distanciarse cognitivamente, no solo discursivamente, esto es, permite al cronista evaluar los hechos narrados y distanciarse del compromiso que supone concederles veracidad. Considero, no obstante, que los usos de dizen que presentes en esta crónica son todos narrativos. En el Cuadro 1 se resumen estos valores.

1

Como ya mencionamos en la Introducción, los tres primeros folios de la crónica suponen una presentación de la figura del propio Pachacuti y un alegato fervoroso sobre su fe cristiana y la de sus antepasados. En el folio 3r introduce la justificación de su narración como hechos que forman parte de la tradición oral de su comunidad (“Emos oydo siendo niño notiçias antiquísimos”). Esta introducción, propia del discurso legal como señalamos, está narrada en presente. Inmediatamente después, el cronista crea el marco temporal de su narración –“el tiempo de purunpacha”– y sitúa en ese marco los acontecimientos narrados. El marcador dizen que evidencia la ruptura con las líneas de presentación, donde la voz del cronista protagoniza el relato, e introduce directamente el marco narrativo adecuado para presentar cómo era ese tiempo de purunpacha:

(2) Digo que Emos oydo siendo niño notiçias antiquísimos y las historias barbarismos del tiempo de las gentilidades ques como se sigue: que entre los naturales a las cosas de los tiempos passados siempre los suelen parlar. Dizen que en tiempo de purunpacha todas las naçiones de tauantinsuyo benieron de hazia aRiba de potossí, tres o quatro exérçitos en forma de guerra y assí los venieron poblando tomando los lugares.

La breve presentación de cómo eran esos tiempos antiquísimos finaliza en el folio 3v, delimitando así el marco temporal pasado, del que el cronista se distancia discursivamente –antiguamente, en tiempo de purumpacha, dizen que–, y se alza la voz del narrador para relatar los acontecimientos que sucedieron:

(3) […] en este tiempo de tantos combates y guerras injustos, que los vnos y los otros estauan jamás seguros, sin alcanssar quietud. Y por entonçes a media anoche oyieron que les happiñuños se despareçieron dando temeriarios quejas deziendo Vençidos somos, vençidos somos. ¡Ay que pierdo mis tierras! A esto se entienden que los demonios fueron vençidos por xesucristo nuestro señor quando en la cruz en el monte calvario. Porque antiguamente, en tiempo de purumpacha, dizen que los happiñuños andauan bissiblemente en toda esta tierra; que no abían siguridad de andar en anochesiendo…

Considero que este diálogo de voces (la del cronista desde el marco temporal desde el que escribe y la del narrador que permite introducir los acontecimientos ocurridos en un marco temporal pasado objetivo) es una estrategia narrativa que le permite a Pachacuti distanciarse discursivamente de los hechos acontecidos. Y el marcador dizen que es un elemento que contribuye a delimitar ambos marcos temporales, diferenciar las voces del cronista/narrador situadas en planos temporales distintos y establecer un diálogo entre ellas.

En (4) ilustro cómo dizen que contribuye a dar coherencia a los hitos narrativos de cada módulo narrativo y regula la progresión temática del mismo, codificando las nuevas informaciones que se encadenan dentro del módulo:

(4) […] se llamó a este barón tonapa viracochampa cachan, pues no sea este hombre el gloriosso apóstol sancto thomás. Este barón dezen que llegó al pueblo de un caçique llamado apo tampo cuyo sujeto fue el pueblo y dizen que llegó muy cansado en vna fiesta quando estaban en las bodas y assí por el apo tampo fueron oydos sus razonamientos con amor y los indios del sujetos los oyieron mala ganas. Al fin por aquel día fue huésped el perigrino. El qual dizen que dio vn palo de su bordon al dicho apo tampo Reprehendiéndoles con amor afable y por el dicho apo tampo los oyieron con atençión Reçibiéndole el dicho palo de su mano de modo que en vn palo los Recebieron lo que les predicaua señalándoles y Rayándoles cada capítulo de los rrazones (folio 4r).

En este fragmento se muestra el final del módulo narrativo donde el cronista presenta al dios Tonapa, un personaje esencial en la función moralizadora del cronista para demostrar los valores precristianos de los yngas y que el cronista identifica con Santo Tomás “se llamó… sacnto thomás”. La voz del cronista aparece inequívoca cuando dice “pues no sea este hombre el gloriosso apóstol sancto thomás”. Lo interesante es que, cuando presenta el siguiente módulo narrativo donde muestra las andanzas de Tonapa (Este barón dezen que llegó …), aparece la voz del narrador enumerando los acontecimientos sucedidos en un pasado objetivo del que el cronista se distancia discursivamente, esto es, se distancia de su propia voz. El marcador dizen que cumple una función esencial en esto, pues establece el nuevo marco cronológico (la época en la que tuvieron lugar estos hechos) y espacial (el pueblo donde llega Tonapa) donde se encadenan las nuevas informaciones que afectan al personaje y que estarán encabezadas por dizen que: llega a un pueblo para predicar, aparece en medio de unas bodas, comienza a predicar sus sermones, recibe un palo que servirá para que todos puedan seguir los sermones. Dizen que es, por tanto, esencial en la dinámica narrativa, presenta informaciones nuevas dentro del mismo módulo narrativo y contribuye a reforzar las estrategias narrativas que utiliza el cronista.

El caso que presento en (5) repite un esquema similar; el marcador sitúa al lector/oyente en un nuevo módulo narrativo que relata la sucesión del ynga lluqeynpangui por su hijo el ynga mayta capac y los hechos extraordinarios que rodean a este nuevo ynga. El marcador dizen que encabeza cada uno de los hechos novedosos y los dota de fuerza y dinamismo: que llora en el vientre de su madre, que habla a los pocos meses de nacer, que es capaz de vencer a los enemigos con solo 10 años. Todos estos hitos sobresalientes preparan el terreno para mostrar a este personaje, en el marco temporal narrativo donde tuvieron lugar, como un ynga ejemplar (“y siendo anssí, dizen que los gouernó muy bien haziendo hordenanças morales y leyes”); la voz del cronista no aparece en este módulo narrativo:

(5) Dizen que siendo ya el dicho ynga lluque yupangue muy viejo caduco engendró con vna muger llamada mamatancarayyacchi chimpo urma cuca, hija de vn curaca de el pueblo de tancar, el qual parió al ynga mayta capac al cabo de vn año. Y dizen que estando en el vientre de su madre le abía llorado muchas vezes, a éste dizen que dentro de pocos meçes començó a hablar. Y más dizen que siendo niño de diez años los bençía a sus enemigos peleando valerossamente, y siendo anssí, dizen que los gouernó muy bien haziendo hordenanças morales y leyes (folio 12r).

El ejemplo que presento en (6) relata el enfrentamiento que tiene el ynga capac yupanqui con el diablo y cómo este queda humillado ante el ynga (“dizen que se escondió el rostro quaçi medio pasmado”). Lo interesante de este módulo narrativo es que el cronista/narrador reproduce un diálogo sucedido entre el ynga y el diablo, y dizen que marca la sucesión dialógica de ambos personajes, una estrategia que proporciona gran dinamismo al relato:

(6) Y como acabó de abrir la puerta, dizen que se escondió el Rostro quaçi medio pasmado, y no los supo Responder. Y dizen que el atrebido ynga capac yupangui dixo: “¡Dime! ¿Cómo os llamaes?” Y entonçes dizen que dixo con gran verguença, que se llamaua cañacguay yauirca… A esto dizen que el ynga les dixo […]. Y más dizen que la figura era tan feo y de mal olor, y cabello muy gruessos y crespos y muy espan (…) talle. Por esso dize que el ynga vençió a cañahuay (folio 14v).

Especialmente interesante es (7), pues no solo se trata de uno de los pasajes más claros sobre la función del marcador como vertebrador de acontecimientos formativos de un mismo módulo narrativo –se puede contar esta historia resumida a partir de hitos, pequeños conjuntos de eventos que van componiendo la narrativa–, sino que el cronista da fe de la veracidad de los acontecimientos “Rremito a los que an pasado por allí”, con lo que queda descartado el valor evidencial reportativo del marcador dizen que y el distanciamiento cognitivo del cronista sobre esos hechos.

(7) Dizen que El dicho tunapa después de aberse ya librado de las manos de aquellos bárbaros, Estubo buen rrato ençima de vna peña llamado titicaca y después de allí dizen que pasó por tequena haçia chacamarca en donde le bio vn pueblo llamado tiyaguanaco; que en Ella dizen questaban la gente de aquel pueblo entendiendo en sus borracheras y bayles, adonde el dicho tonapa, a la despedida, lo an llegado a predicarles como solían hazer, el qual nu fueron oydos. Y dizen que de puro enojo les dixo, alsando los ojos al çielo, en la lengua de aquella tierra. Y como se partió de aquel lugar, toda la gente questauan baylando se quedó hechas piedras combertiéndosse, que hasta el día de oy se Echa ver. Rremito a los que an pasado por allí. Dizen que el dicho tunapa pasó siguiendo al rrío de chacamarca hasta topar en la mar. Esto an averiguado por aquellos yngas antiquísimos (folio 5v / 6r).

En este caso, el cronista presenta nuevas informaciones sobre el personaje Tonapa que permiten progresar en la narración a partir de un elemento mencionado antes: Tonapa recorre distintos pueblos disfrazado de mendigo, llega a la piedra Titicaca, después a un pueblo donde había una fiesta, y donde Tonapa predica sin conseguir que le escuchen; Tonapa se enfada y convierte a los presentes en piedra, luego continua hacia otro lugar. El marcador dizen que es la clave de esta estrategia para construir el marco temporal pasado donde transcurrieron los hechos del relato; un marco, por tanto, donde la voz del cronista se diluye para dar paso a la voz del narrador. Este marcador sirve también para resituar de nuevo el marco temporal de los acontecimientos narrados después de que el cronista/narrador superponga su propia voz y, por tanto, su marco temporal, para apelar directamente a los que “an pasado por allí” para que den fe de la existencia de las piedras. Estas estrategias de diferenciar las voces del cronista/narrador son ciertamente productivas en el relato.

En la misma línea, (8) es un ejemplo de cómo el cronista/narrador interrumpe el marco temporal de los acontecimientos que está narrando para conectar algún aspecto de estos con el marco temporal en el que él se inscribe (“el día de oy se llama yamquiçupacocha la laguna; que los yndios deste tiempo [el del cronista] casi tudos los saben”). En estos casos, dizen que es un recurso extraordinario para resituar la narración en el marco temporal de los acontecimientos pasados (“Lo vno dizen que en vn çerro muy alto Estaba…”). De nuevo se superponen ambos marcos temporales –el pasado de los acontecimientos narrados y el presente del cronista/narrador – en una dinámica de voces donde el marcador narrativo juega un papel esencial:

(8) El qual dicho thonapa dizen que los maldijo al dicho pueblo, de que bino a a azer anegados con agua y el día de oy se llama yamquiçupacocha la laguna; que los yndios deste tiempo casi tudos los saben, que cómo antiguamente hera pueblo prinçipal y agora es laguna. Lo vno dizen que en vn çerro muy alto llamado cachapucara Estaba o abía vn ýdulo en figura de muger. […] hasta El día de oy ay señales de aquel milagro espantable jamás oyda En el mundo. Y lo otro milagro suçedió en los quinamares; dizen que con amorosas palabras les començó a predicar… (folio 4v).

El marcador también le sirve al cronista para volver al marco temporal de los hechos narrados después de romperlo mediante una digresión en la que expresa su voz:

(9) […] porque entre los cristianos y bárbaros siempre ay condiçiones diferentes: ¡Ojalá! que todos tubiéramos pecho justo & Al fin el dicho guallpaya, como ya dixe, estaua ya con cuydado de alsarse sin que la tierra supiesen. Y entonces, dizen que vn tío bastando de guayna capac muy al amaneçer adormeçió tanto quanto no más, y los vido entre medio despierto y sueño (folio 30r).

En definitiva, este marcador introduce el marco narrativo necesario para presentar los acontecimientos pasados ya conocidos por la tradición oral andina y crear las dinámicas pertinentes para orientar temporalmente al lector/oyente hacia las informaciones nuevas que permiten encadenar los hechos que componen cada módulo narrativo, permite conectar los módulos y avanzar en la narración; también contribuye a presentar las voces desdobladas del cronista/narrador.

En cuanto a la frecuencia de aparición del marcador narrativo en la crónica, constatamos que 108 de los 175 casos se documentan en los folios 3 a 17, que son los que narran los acontecimientos de los yngas en pasado; el resto aparece en los folios donde el cronista utiliza mayoritariamente el presente histórico. La distribución del marcador en estos folios no es homogénea; pues hay folios que contienen un importante número de casos (folio 4r, 6 casos; 11v, 8 casos; 12r, 9 casos;14v, 13 casos; 15r, 10 casos; 15v, 7 casos) frente a otros donde solo aparece un caso o no aparece ninguno. Sin embargo, esta distribución no parece azarosa. Los folios con mayor número de casos contienen más módulos narrativos que aquellos donde predominan las digresiones moralizantes o las descripciones, que cuentan con pocos casos. Al respecto, puede verse que los folios 7v al 9r, donde no se documenta el marcador, contienen largas digresiones moralizantes o descripciones de lugares o de costumbres; no se relatan acciones de los personajes presentados, que es donde se documenta el marcador de manera mayoritaria. Ejemplos de esto pueden verse en (10) y (11):

(10) […] en donde halló buen agua de hurin chacan y hanan chacan, que son dos manantiales. Y después le bidu vna peña que los naturales de allí, que son los allcayvieças y cullinchimas y cayao cachis, les llamaban khuzko, casa, y de allí se vino a llamarse cuzco pampay cuzco llacta (folio 8r).

(11) Y como en general los yndios eran tan ydiotas y torpes, con poca façelidad, y por ser tan haraganes, los escogieron por su pacarisca o pacarinusca vnos a los lagunas otros a manantiyales, otros a las peñas biuas, y otros a los serros y quebradas de modo que cada prouyncia tomaron y escogieron para sus pacaricas. Y azí a esta gente ydiotas y sin letras, los demonios y diablos hapiñuños los enganaron con poca façelidad… (folio 9r).

Hemos observado que esta variación también depende de la importancia que el cronista concede al personaje protagonista de su relato; así, los módulos narrativos en los que se explota más el juego de voces y que tienen mayor fuerza narrativa son los protagonizados por personajes especialmente relevantes para el cronista o para la historia de los yngas, como Tonapa, o aquellos yngas que destacan por sus hechos, conquistas o acciones virtuosas; estos pasajes son los que tienen mayor número de marcadores dizen que. Por el contrario, el cronista puede ralentizar el ritmo narrativo cuando alude a personajes que evalúa negativamente, como hace con Ynga Ruca (folio 16v), al que califica de “gran descuydado […] y gran amigo de baylar; que en su tiempo no entendió en otra cossa más que de baylar y holgarse en comer y beuer, y mucho más las idolatrías y Rictos”. Gran parte del folio es una digresión para descalificar a este personaje. Solo aparece una vez el marcador narrativo dizen que, cuando esta digresión finaliza y tiene lugar un cambio de tema: “Este ynga dezen que obo por su hijo primogénito a yabar vacac ynga yupangui”, una de las funciones que tiene el marcador, como hemos visto.

A partir del folio 18r, el presente histórico domina la narración y la frecuencia de aparición del marcador se reduce notablemente. Esta parte de la crónica corresponde al relato de la guerra contra los chancas, un episodio crucial en la historia de los incas, según Battcok (2013 : 278), “ya que a partir de él se inicia la transformación y el despliegue de poderío del Tawantinsuyu en los Andes centrales durante el siglo XV”, independientemente de si se trata de un hecho histórico o mítico. Las estrategias narrativas cambian completamente en esta parte de la crónica. En lo que respecta a la delimitación discursiva de los marcos temporales en los que se inserta el desdoblamiento de la voz del cronista/narrador, también se realiza de manera diferente, como se muestra en el fragmento (12):

(12) Al fin el mando del señorío cupo a ttopa ynga yupangui y el infante guayna capac ynga estaua en curicancha sin ser sacado a parte ninguna por todo aquel año. Al fin selebra la fiesta de capac raymi con gran solemnidad, y los tres ministros llamados apouepaca y auqui challco yupangui y apocama se hazen muy graues, y al ynga los llamaua hijo, cuya cassa al presente es del combento de san agustín, y los dos jamás salen de coricancha. En este tiempo el viejo pachacuti ynga yupangui falleçe durmiendo no más sin sintir dolor ninguno… (folio 26r).

No obstante, la aparición de dizen que funciona como estrategia para romper la dinámica narrativa y resituar el marco temporal en el pasado (era, se engendró, Renunçió), que sirve de fondo o escenario para resaltar los hechos actualizados en presente histórico (ymbía), como se observa en (13):

(13) Al fin el dicho ynga tudo los consiente como afable de condiçión. Dizen que era demassiado manço, su ocupaçión era edeficar cassas […]. Y era tan descuydado de las cossas de armas. El qual se engendró vn hijo natural llamado ynca orcon a quien los Renunçió el Reyno en vida, y lo ymbía a las conquistas de los collasuyos con mucho número de gente (folio 18r).

La alternancia temporal (presente histórico y pasado) es una estrategia discursiva que potencia los marcos narrativos en diálogo y dizen que contribuye a este diálogo, ayudando a delimitar el entorno temporal pasado (“en este tiempo”) y recordar al oyente/lector que está en un marco narrativo, como ocurre también en (14). Nótese cómo, una vez creado el escenario donde transcurrieron los hechos, el cronista narra en presente histórico los acontecimientos que tuvieron lugar en ese escenario (viene, entra, salen). Cuando acaba la sucesión de movimientos, dizen que permite de nuevo romper la dinámica narrativa y abordar la descripción de estos cometas o sacacas de fuego en un marco temporal pasado que el cronista reitera (Y en este tiempo el dicho pachacuti ynga):

(14) Y en poma cocha antes de llegar a villcasguaman, que es lugar muy caliente que mira hazia el cuzco, llí naçió vn hijo barón ligítimo y mayor llamado amaro yupangui, en donde estubo algunos días. En este tiempo dizen que llegó la nueva como en el cuzco vbo un milagro que como vn yauirca o amaro abía salido del serro de pachatuzan muy fiera bestia, media legua de largo y gruesso de dos braças y medio ancho, y con orejas y colmillos. Y viene por yuncay pampa y sinca y de allí entra a la laguna de quibipay, y entonçes salen de aosancata, dos sacacas de fuego. Y passa a potina, y otro viene para más abaxo de guamanca que esta y tres o quatro serros muy altos y cubierto de niebes; los quales, dizen que eran animales con alas y orejas y colas y quatro pies, y ençima de las espaldas muchas espinas como de pescado, y desde lejos dizen que les pareçió todo fuego. Y en este tiempo el dicho pachacuti ynga yupangui parte para su ciudad del Kuzco en donde halló que su padre… (folio 21r / 21 v).

El marcador que aparece en (15), analizado de forma aislada, podría tomarse como un posible caso de evidencial reportativo, de distanciamiento cognitivo del cronista. Sin embargo, cumple una función de delimitación de un tema secundario que rompe el hilo narrativo, ya que el cronista relata en presente la batalla del ynfante contra los chancas, cambia al pasado para mencionar un tema secundario –la participación en la batalla de una yndia biuda– y continúa, de nuevo en presente con la gesta del ynfante.

(15) Y por los changas entran do estaban las piedras de purur auca por sus órdenes y las piedras se leuantan como personas más diestros. y pelea con más feroçidad asolando les a los ancoallos y chancas y el dicho infante les sigue la vitoria hasta quiyachille, en donde les abía cortado las cabeças de los generales de los enemigos llamados tomay varaca, asto varaca y vasco tomay rima. & Al fin, en esta batalla sale con gran vitoria y haze su triunpho, y entonçes dizen que vna yndia biuda llamada chañan cori coca peleó balerossamente como muger baroñil. Y después el ynfante buelbe a su ciudad y les ymbía a su padre presentes de cabeças, de que los changas y hancoallos y curacas dellos se desmayan y huyen (folio 19r /19v).

En cuanto a sus características sintácticas, como se aprecia en los casos mostrados, el marcador dizen que no lleva sujeto sintáctico. Aparece siempre al inicio de cláusula, bien en inicio absoluto si hay una pausa previa (“Dizen que siendo ya el dicho ynga…” folio 12r), bien precedido por otros elementos como adverbios (“y entonçes dizen que el ynga…”, folio 11v), conjunciones (“Y dizen que estando en el vientre de su madre…”, folio 12r), sintagmas temporales (“En este tiempo dizen que se acordó…”, folio15r) o el sujeto del verbo de la cláusula que encabeza (“Este ynga dizen que en talle fue más gintil”, folio 13r). Se encuentra en pasajes narrados en pasado y el verbo de la oración encabezada por dizen que está en pasado igualmente, excepto los dos casos siguientes:

(16) Al fin passa a la otra banda en donde halló vn Reyno grande llamado escay oya, Rica tierra, y la gente della mucha más belicossa que quantos naçiones de por acá; los quales dizen que se sustenta con carne humana. Y lo que es de echar ponssoñas y venenossas saben como gente que tienen pactos con los demonios, y son grandes flecheros con quien an abido dos batallas muy Reñidíssimas. Y en la terçera vez los del ynga a los contrarios le hacen Rendir, porque avnque los de por acá no eran tanto como ellos en ánimo y fuerça; solo ser lleuado ventaja de armas y la gente con buen horden y conçierto y todos bestidos de oro y plata y plumerías, al fin con esto les da espanto muy grande. Dizen que en este tiempo quando estaua ya para numerar a todas las prouinçias y gente della para dejar hordenanças, le llegó la nueba que como el topa ynga yupangui abía desterrado a vna prouincia sujeto de vn capitán… (folio 27v / 28r).

(17) […] & y después de aber acabado trae a la plaza de haocaypata y en donde tenía su capc vsno como en villcas y se asienta allí, y assí dizen que todos los grandes y capitanes dan obediençia cada vno en su gente hechos de los infieles. Al fin se acaba la fiesta de mucho tiempo. El qual guayna capac ynga y su mujer coya mama cusi rimay, dizen que era condiçión muy afable (folio 32r).

Siguen dos dizen que avanzando en otras informaciones del mismo módulo narrativo en pasado que parecen marcar cambios de tema, nuevas informaciones.

Resulta también interesante comprobar los mecanismos sintácticos que permiten la progresión temática de los eventos en los módulos narrativos: cuando se inicia un nuevo tema, el marcador suele aparecer después de pausa; si se introduce nueva información sobre el mismo tema, el marcador suele ir precedido por elementos con valor aditivo –y, y más, y entonces, aún más, y por más señal, etc.– o aparece inmediatamente después del sujeto tópico de la narración –Este baron dezen que llegó–, lo que permite continuar con otro evento del mismo módulo narrativo. Un buen ejemplo de esta progresión temática dentro de un mismo módulo narrativo es el que aparece en el ejemplo citado en (6). En cuanto a su vinculación con el marco temporal narrativo de los acontecimientos narrados, aparecen sintagmas temporales como en este tiempo, en tiempo de este hijo, En este tiempo de tantos combates y guerras injustos, antiguamente, en tiempo de purumpacha, entre otros, que anclan los acontecimientos narrados al marco temporal pasado.

Cuadro 1 Funciones de dizen que en la crónica de Pachacuti 

5. DIZEN QUE EN LA TRADICIÓN HISTORIOGRÁFICA CASTELLANA

Según Harrison (1982 ) o Eberenz (2004 ), parece que diz que ya estaba presente en la historiografía castellana como un operador discursivo frecuente que recuerda al lector/oyente que está ante un género narrativo, ya que es la historia la que narra (explícita o implícitamente) y el operador remite a la misma, si bien Keniston (1937) constataba la disminución de diz que en la segunda mitad del siglo XVI. Andrade (2007 : 88) recoge esta idea y concluye que el valor narrativo de dizen que presente en las crónicas de bilingües está ya en la lengua castellana y supone “la apropiación de una marca ya establecida en una tradición específica del discurso historiográfico y de la tratadística peninsular desde la época medieval. Estaríamos, pues, ante una muestra de la acelerada e inteligente asimilación, por parte de los escribientes andinos del siglo XVII, de aspectos claves de las nuevas tradiciones discursivas hegemónicas”.

Volvamos al trabajo de Eberenz (2004 : 145-146) para analizar algunos ejemplos que aporta al respecto donde la Historia es el agente responsable de la narrativa que se cuenta, como es el caso de:

(18) Cuenta adelante la estoria, yéndose llegando al acabamiento deste rey [sc. Sancho I], que andados XII annos del so regnado de quand el començara a regnar […] vn don Gonçalo que era omne muy poderoso […] quando uio que el rey don Sancho de Leon se llegara a essa Estremadura, diz que ayunto su poder muy grand por uenir contral rey don Sancho […]. Mas diz que ese don Gonçalo, omne poderoso, que enuio rogar al rey don Sancho quel perdonasse; et el rey don Sancho quel perdono […] Pues que ese don Gonçalo ouo ganada la graçia del rey don Sancho yl atreguo yl asseguro, diz que yuro ese don Gonçalo quel darie siempre sus pechos daquella tierra que tenie (1270-1284 PrimCrGal, cap. 723, p. 423).

(19) Mas agora dexa aqui la estoria a fablar del Rey por contar de Saladin. En grant cuedado era Saladin de ayuntar grant poder & yr sobre sos enemigos. […] Pero algunos Ricos omnes dixieron que el señor daquella tierra le enbiara dezir quel darie la tierra. & todos los castiellos a su uoluntad. E diz que pues Saladin ouo este mandado que ayunto su yente (h.1293 Gran Conquista de Ultramar. Ms. 1187 BNM, ed. L. Cooper/F.M. Waltman, Madison: H.S.M.S., 1995, fol. 186r; CORDE).

Lo que muestran estos ejemplos es la necesidad que los autores de las obras historiográficas tenían de que los hechos narrados fueran autentificados mediante las fuentes de información conocidas. El principio de autoridad, remitir a fuentes anteriores para contrastar la veracidad de los hechos, se imponía en la época medieval al de originalidad del autor. Recordemos cómo, al respecto, Alfonso X declara como justificación para escribir su Estoria de España “porque sopiessemos por ellos lo que no sopieramos dotra manera […]Mandamos ayuntar quantos libros pudimos auer de Jstorias en que alguna cosa contasse de los fechos despanna. […] & dotras estorias de Roma. las que pudiemos auer que contassen algunas cosas del fecho despanna. & compusiemos este libro de todos lo fechos que fallar se pudieron della” (c 1270. Alfonso X. Estoria de Espanna que fizo el muy noble rey don Alfonsso, fijo del rey don Fernando et de la reyna ... Pedro Sánchez Prieto, Universidad de Alcalá de Henares, 2002. CORDE.)

Ahora bien, resulta sugerente la idea que propone Eberenz sobre la evolución o gramaticalización del marcador diz que (y sus derivados) hasta convertirse en un marcador discursivo narrativo, no reportativo. Por ello, hemos buscado las formas diz que y dizen que en el CORDE en textos de autores peninsulares desde 1250 a 1600 para establecer si esa evolución del valor reportativo al narrativo se ha producido dentro de la tradición castellana no americana. El resultado es que solo he documentado casos con valor claramente reportativo. En todos ellos el marcador alude a la fuente de conocimiento del hecho narrado, ya sea la historia o la tradición (20), ya una fuente individual concreta (21-22), ya una fuente no conocida colectiva con valor similar a ‘se dice’ o ‘dicen’ (23-26), como se muestra en los fragmentos seleccionados a modo de muestreo:

20) & cuenta la estora que costaron aquellas bodas ochaenta & siete uezes mill uezes mill marcos. & por esta razon entro la estoria a contar quanto rendie Egypto & como lo partie el Rey en sus espensas. & diz que en el tiempo del Rey Thalme el que murio en la mar que rendie Egypto. cient & cinco mill uezes mill marcos. & destos diz que daua el Rey. los diez mill uezes mill. marcos pora adobar los muros & las puentes & las otras lauores tales como estas (c 1280. Alfonso X. General Estoria. Cuarta parte. Pedro Sánchez-Prieto Borja, Universidad de Alcalá, 2002).

(21) Cventa maestre godofre que ell engendramiento de Nabuchodonosor; fue cosa qual los omnes non auien uista. & que fue como marauilla. Ca diz que uno de los espiritos que uos dixiemos en la estoria de la tercera edad a que llamauan yncubos. & son los yncubos spiritus de Natura atal; que quando quieren ques muestran a los omnes. & quando quieren se asconden. & fazen se non uesibles de guisa que los non puede ueer ninguno. Vno destos spiritus atales diz que yogo con una mugier.

(22) & vn cauallero diz que es venjdo por se conbatjr conbusco & quiere que la batalla sea demañana & por eso vos lo venjmos dezir (c 1313 - c 1410. Anónimo. Cuento de don Tristán de Leonís. Roma, Vaticana 6428. Ivy A. Corfis, Hispanic Seminary of Medieval Studies (Madison), 1995).

(23) entre Subu y Seilani vimos una tierra muy alta de la parte del norte, la cual se llama Baibai, y dicen que hay en ella mucho oro y mucho mantenimiento, y mucha tierra que no se sabe el cabo della.

(24) al bueno y virtuoso llaman simple; al que con humildad cristiana menosprecia esta vanidad del mundo y quiere seguir a Jesucristo, dicen que se torna loco; al que reparte sus bienes con los que lo han menester, por amor de Dios, dicen que es pródigo; al que no anda en tráfagos y engaños para adquirir honra y riquezas, dicen que no es para nada; al que menosprecia las injurias por amor de Jesucristo, dicen que es cobarde y hombre de poco ánimo (1527 – 1529. Valdés, Alfonso de. Diálogo de las cosas acaecidas en Roma. Rosa Navarro Durán, Cátedra (Madrid), 1992).

(25) ¡Por mi vida, que es cosa de saber y ver, que dicen que en aquel tiempo no había dos españoles en Roma, y agora hay tantos! (1528. Delicado, Francisco. La Lozana Andaluza. Claude Allaigre, Cátedra (Madrid), 1994). Esta Priora de San Alejo diz que está loca de placer; lo que ella baila y hace, me dicen es cosa donosa, y todas estas Descalzas no acaban de alegrarse con tener tal Padre. (1581. Santa Teresa de Jesús. Teresa de Cepeda y Ahumada. Carta al P. Jerónimo Gracián en Madrid. Palencia, 23 y 24 de marzo de 1581. Silverio de Santa Teresa, El Monte Carmelo (Burgos), 1922 – 1924). […] y en este camino, entre Quipit y Quagayan, vimos de la parte del sur una isla que se llama Solo, la cual hay en ella muchas perlas y muy gruesas, y dicen que el rey de esta isla tiene una perla como un huevo (1519 – 1547. Albo, Francisco. Diario o derrotero del viaje de Magallanes desde el cabo de San Agustín en el Brasil. Imprenta Nacional (Madrid), 1837).

A diferencia de los textos mostrados en (20-26), los casos de dizen que documentados en la crónica de Pachacuti no tienen sujeto explícito o implícito, y su significado semántico parece haberse vaciado, lo que indica, como mostramos en § 4, que podría tratarse de una marca discursiva gramaticalizada con valor pragmático. La cuestión que surge es: ¿cómo se pasa del valor evidencial de diz que a un marcador narrativo en la crónica y por qué esto no ocurre en los textos castellanos? Dado el contexto de contacto lingüístico intenso en el que surge la crónica y teniendo en cuenta que se trata de un cronista bilingüe, se impone, pues, analizar las estrategias narrativas del quechua para buscar posibles similitudes entre estas estrategias y el comportamiento de nuestro marcador y las dinámicas narrativas en la que aparece.

6. ESTRATEGIAS NARRATIVAS QUECHUAS

En cuanto a la relación que el marcador con valor narrativo puede tener en el español andino actual con las estrategias narrativas del quechua, Floyd (1999) ya advertía que el llamado reportativo -s/-si 7 se usa de manera generalizada en narraciones tradicionales quechuas. Adelaar (1997 : 7), en la misma línea, considera que en las narraciones quechuas actuales, donde -s/si es general, “el narrador se comporta como un instrumento de transmisión de una tradición, en la que ya no encajan modalidades de tipo individual y subjetivo”. En ese mismo trabajo, resulta especialmente interesante la afirmación del autor sobre la alternancia de -s/-si y del experiencial -mi en un mismo relato de acontecimientos no experimentados: -s/-si aparece en las oraciones que forman parte del hilo argumental principal y -mi se adjunta a las partes explicativas, las consecuencias de lo narrado o la moraleja. Concluye Adelaar que estos marcadores quechuas se usan de manera dinámica en función del contexto, el género del texto y las intenciones del locutor.

Este uso dinámico de elementos evidenciales/validadores en las narraciones en quechua se complementa con las estrategias discursivas de las narrativas quechuas que proporciona el diálogo de formas temporales -ska/shka y –ra/rka, y que han descrito algunos autores. Así, Cusihuamán (1976: 171) afirma que esta lengua tiene un tiempo verbal (-ra/rka) que permite expresar un pasado objetivo con el que el hablante puede comprometerse y un tiempo pasado narrativo (-ska/shka) que alude a eventos pasados en los que el hablante no ha participado o no era consciente de los mismos, por lo que no puede comprometerse con su veracidad. Mannheim (1987) añade que este tiempo –ra/rka no solo es el empleado en las narrativas de eventos, sino también en la narración de sucesos soñados, imaginados o míticos. En la misma línea, Hintz (2007 ) afirma que estas formas temporales entran en un juego dinámico con la estructura narrativa, de tal manera que ska/shka suele usarse en la narración de eventos y se combina con -ra/-rka para orientar al oyente hacia una nueva información, un nuevo tópico del discurso o la resolución del relato. Howard-Malverde (1988 ) o Mannheim y Van Vleet (2000 ) consideran que a las características temporales/aspectuales de un evento narrado –si es concluso o perdura, si se trata de un evento puntual, etc.– se superpone un juego de voces que indican el grado de personalización e implicación del hablante en el relato. Y ese juego dinámico se enriquece en las narrativas mediante la combinación de los sufijos evidenciales con los pasados ska/shka y –ra/rka, un encaje creativo de acuerdo con el punto de vista subjetivo o la perspectiva individual del narrador.

La interrelación de estos sistemas en el discurso permite explicitar las relaciones de los participantes en la narración de manera dinámica en un juego de voces altamente rentable: marcan la redistribución de los papeles del narrador en relación con los hechos narrados, reflejan la superposición de voces, resaltan las diferentes líneas narrativas o realzan los hechos más subjetivos. Estas estrategias contribuyen a entretejer una trama compleja y dinámica que permite reflejar dialógicamente el papel de cada voz en la narración, ya sea codificando el distanciamiento del narrador sobre los hechos narrados mediante el narrativo (-ska/shka) o la veracidad del acontecimiento narrado incorporando, por ejemplo, un sufijo evidencial de experiencia directa (-mi) en la voz de algún protagonista. Igualmente, el juego dinámico de los tiempos de pasado (–ska/shka y –ra/rka) en una misma narración permite destacar los hechos más significativos de la historia (–ra/rka) del fondo de su relato (–ska/shka).

7. DISCUSIÓN

Podríamos pensar que las estrategias narrativas que encontramos en § 4 mantienen ciertas similitudes con las que se describen para las narrativas quechuas: por un lado, el juego dinámico de evidenciales y tiempos verbales para destacar las distintas voces del relato y los hitos más significativos, por un lado; por otro, el papel de dizen que en la organización de los módulos narrativos, ya que, según constata Mannheim (2015 ), en el quechua sureño los signos de la narrativa son interpretados en módulos narrativos que encadenan el valor de un evento al de los anteriores y forman parte de convenciones narrativas.

Como hemos visto, el marcador dizen que tiene valor narrativo en la crónica de Pachacuti, como ya intuía Andrade (2007 ). En efecto, los datos parecen indicar que se trata de un elemento que codifica el distanciamiento discursivo del cronista, ya que contribuye a crear los marcos narrativos temporales necesarios para posibilitar una interlocución entre las voces diferenciadas en la narración que deben ser decodificadas por el oyente, un juego dialógico entre el tiempo presente del cronista y el pasado de los hechos acontecidos. Este carácter narrativo explica que dizen que funcione como una estrategia discursiva muy productiva para organizar los distintos hitos que componen cada módulo narrativo (indican un cambio de tema o aportan nueva información que cancela la anterior) o conectarlos entre sí, en aras de una progresión narrativa donde se singulariza insistentemente el marco temporal en el que sucedieron los hechos. Dizen que contribuye a definir y recordar al oyente que los acontecimientos se inscriben en un marco narrativo concreto, y favorece el diálogo de voces inscritas en esos marcos narrativos: la del cronista como autor de la crónica y la del narrador como trasmisor de acontecimientos. Es interesante que solo una vez en la crónica la voz del cronista aparezca en primera persona al narrar los hechos pasados: “En conclusión, de todo aquel susseso digo que el ynga estaba en la obra de Saquisaguana y en la fortaleza del cuzco con todos los ofiçiales conteros” (folio 28v).

El marcador con valor narrativo, a diferencia del dizen que de la historiografía castellana, no remite a otra persona que el hablante/autor ha decidido no especificar. En efecto, como ya vislumbró Andrade (2007 ), el marcador experimenta un blanqueamiento o vaciado de su significado original que constata su avanzada gramaticalización ya en tiempos del cronista, al menos en este género discursivo 8 .

Como la abundante bibliografía ha mostrado ya (vid. § 6), la influencia del morfema evidencial –s/-si en las narrativas actuales andinas parece incuestionable. Este morfema, esencial en las narrativas quechuas, no indica únicamente que una información se transmite de una fuente reportada, sino que se convierte en una marca discursiva que caracteriza el género narrativo como tal. Tiene igualmente una importancia esencial en las narrativas quechuas el juego de voces que permite el diálogo entre el tiempo narrativo -ska/shka y el tiempo más objetivo –ra/rka, una estrategia discursiva que delimita y redistribuye los papeles de cada voz en la narración, que resalta ciertos acontecimientos que el narrador quiere destacar de la escena narrativa. En mi opinión, son ambas estrategias narrativas quechuas las que influyen en nuestro cronista, que se vale de los medios que el castellano le proporciona para plasmar ese diálogo de voces en la crónica, más que los elementos morfológicos quechuas como tales tomados de manera individual. El marcador castellano dizen que es un candidato ideal para ello, ya que indica un distanciamiento cognitivo del hablante con respecto a la información transmitida, con la que no puede comprometerse. Ahora bien, este distanciamiento cognitivo se transforma en distanciamiento narrativo en la crónica por influencia de las estrategias narrativas quechuas y dizen que recoge los valores narrativos de esas estrategias.

Pachacuti es un hombre bilingüe que conoce la tradición castellana (Navarro Gala 2007), pero está estrechamente vinculado a la tradición oral quechua que le permite transmitir los hechos de los incas (“Emos oydo siendo niño notiçias antiquísimos”, folio 3r). Las características sintácticas y semántico-discursivas específicas de dizen que en la crónica diferencian el marcador narrativo de los usos reportativos que este elemento tiene en la historiografía castellana en la época. Sus funciones discursivas contribuyen, como vimos en §4, a desarrollar estrategias narrativas similares a las del quechua: proporciona el marco narrativo adecuado para que el oyente/lector sea consciente de que se trata de una narración, contribuye a organizar internamente los módulos narrativos y a transitar hacia el siguiente módulo narrativo, permite resituar el marco narrativo perdido después de una digresión del cronista en su papel de autor; en definitiva, delimita marcos narrativos temporales que albergan las voces presentes en la narrativa.

También el juego de pasado y presente histórico para destacar los hechos significativos en la historia de los incas –los acontecimientos significativos que dan lugar a la Dinastía Hanan Qusqu, de la época mítica anterior a los incas que narra el origen de las naciones del Tawantinsuyo– es una estrategia narrativa muy productiva presente en las narrativas quechuas, pero también en la tradición castellana. En efecto, el presente histórico, como es bien sabido, cumple en castellano la función de aproximar los hechos pasados al oyente y destacarlos, como ocurre en la crónica. Sin embargo, la explotación que hace Pachacuti de los tiempos verbales trasciende esta estrategia de vivificación del pasado, como se aprecia en el fragmento que comentamos en (13) –“el dicho ynga tudo los consiente como afable de condiçión. Dizen que era demassiado manço, su ocupaçión era edeficar cassas […]. El qual se engendró vn hijo natural llamado ynca orcon a quien los Renunçió el Reyno en vida, y lo ymbía a las conquistas”–. El cambio temporal que señala dizen que no solo resitúa el marco narrativo en los hechos pasados, sino que proporciona el escenario narrativo necesario para presentar un nuevo personaje, el ynca orcon, que será quien protagonice después los hechos actualizados en el presente histórico. De manera similar, en (15) vimos cómo el cronista relata en presente una batalla y utiliza el marcador narrativo como una frontera que delimita un fragmento narrado en pasado que el cronista quiere destacar –la participación en la batalla de una yndia biuda–, un tema secundario que interrumpe momentáneamente el hilo narrativo y que sirve para presentar al insólito personaje, tras lo cual el cronista continúa en presente histórico (“en esta batalla sale con gran vitoria y haze su triunpho, entonçes dizen que vna yndia biuda llamada chañan cori coca peleó balerossamente como muger baroñil. Y después el ynfante buelbe a su ciudad y les ymbía a su padre presentes de cabeças, de que los changas y hancoallos y curacas dellos se desmayan y huyen”).

El marcador narrativo dizen que, por tanto, no solo delimita los marcos narrativos en los que se desarrollan las voces de Pachacuti como autor de la crónica y como narrador de los hechos acontecidos, sino que contribuye a que las relaciones de los participantes en la narración se plasmen de manera dinámica en un juego de voces altamente rentable, de manera similar a como discurren las estrategias narrativas quechuas.

Considero, por todo ello, que dizen que ha evolucionado hacia un marcador narrativo en la crónica de Pachacuti por la influencia del sufijo -s/-si. Se trata de un cambio indirecto inducido por contacto (Palacios 2011) donde convergen las estrategias del español y del quechua para acercar las posibilidades del español a las estrategias narrativas del quechua, creando nuevos valores en dizen que en aras de una mayor explotación discursiva. No se trata, por tanto, de una importación directa del valor narrativo que tiene -si/-shi en el marcador dizen que, sino de una situación más compleja donde ese valor del morfema quechua, como parte de otras estrategias narrativas (el juego de pasado objetivo y narrativo), es esencial para que el marcador castellano adopte su valor narrativo, debido a la importancia que las estrategias narrativas tienen en quechua. En estas situaciones de contacto, el hablante bilingüe percibe similitudes cognitivas (siguiendo a Jarvis y Pavlenko 2008, y, Palacios y Pfänder 2014) entre los valores y significados discursivos del morfema quechua y del marcador español, y asume que es posible remitir a esos marcos narrativos con este marcador y dotarle de todas las funciones discursivas que hemos visto. Es indudable la influencia de si/shi en dizen que, que se traduce en una gramaticalización acelerada del marcador hacia valores narrativos; una influencia que se inscribe en la necesidad de explotar las estrategias narrativas que ofrece la tradición quechua y que también aparecen en la crónica para resaltar las distintas voces que se producen en los diferentes marcos narrativos. Se trata de un cambio consistente con las necesidades comunicativas donde se producen perfilamientos conceptuales que desembocan en reajustes discursivos.

La adopción de nuevos significados son estrategias lingüísticas en las que subyace el mecanismo de la convergencia lingüística, que se activa cuando los hablantes bilingües perciben similitudes entre los significados de los marcadores evidenciales (-s/-si) y dizen que, que objetivamente existen. Pero también las estrategias narrativas quechuas de diálogo de voces, que también se utilizan en la crónica, refuerzan ese valor del marcador. No se trata por tanto de un calco sintáctico, de una mera copia, sino de una aproximación cognitiva que se plasma en una convergencia lingüística entre ambas lenguas. El diálogo de marcos narrativos temporales que hemos apreciado en la crónica de Pachacuti tiene ciertas similitudes con las dinámicas narrativas vistas para el quechua, lo que constata la importancia que para el cronista (y sus coetáneos) tienen estas estrategias narrativas que contextualizan la convergencia de los valores narrativos de -s/-si en dizen que. En definitiva, consideramos que las posibilidades narrativas del quechua para explotar discursivamente las voces narrativas y el posicionamiento dialógico de los interlocutores en la narración en función de los participantes en el discurso y el distanciamiento que quieren mantener en cada momento han podido influir en que dizen que haya evolucionado en el español andino de Pachacuti a un marcador con valor narrativo.

8. A MODO DE CIERRE

Hemos descrito un cambio lingüístico que se produce en época temprana, el del marcador dizen que con valor narrativo, constatado en la crónica de un bilingüe inmerso en dos tradiciones lingüísticas y culturales para el que era importante narrar los hechos de los incas según su punto de vista, esto es, haciéndoles pasar por cristianos, moralizando, censurando comportamientos no cristianos, etc. Hemos querido resaltar la importancia que tiene este cambio en el contexto narrativo como una herramienta muy productiva para explotar estrategias imprescindibles en la tradición narrativa quechua que hemos constatado en la crónica. Así, dizen que –un marcador de distanciamiento cognitivo en castellano– se reconfigura como una marca narrativa similar al evidencial -s/-si quechua, que marca distanciamiento cognitivo en general, pero distanciamiento discursivo cuando se utiliza en el contexto narrativo. Y este cambio debe entenderse contextualizado en las necesidades narrativas que los cronistas bilingües tenían para escribir sus obras, donde se funden estrategias discursivas castellanas y quechuas. El conjunto de todas ellas se refleja en la manera de narrar de Pachacuti y dizen que contribuye en buena medida a destacar las voces del cronista/narrador, a organizar internamente los módulos narrativos, a enlazarlos con otros, a presentar nuevos personajes, a destacar la línea argumental principal de digresiones o de otras líneas secundarias. Los marcos temporales que dialogan en la crónica obedecen igualmente a estrategias donde convergen la tradición castellana y las estrategias narrativas quechuas.

Considero así que el cambio lingüístico inducido por contacto debe entenderse de manera global y contextualizarlo en las necesidades comunicativas, narrativas o discursivas en este caso, que lo han potenciado. Como hemos visto en estas páginas, las estructuras narrativas del quechua son claves para explicar el acercamiento discursivo que haría el hablante bilingüe cuando (re)crea soluciones convergentes. La codificación creativa y dinámica de estas estrategias en la lengua originaria trasciende el automatismo de las referencias a la fuente de información y dota al cronista de herramientas discursivas para recrear el papel del cronista/narrador y negociar su relación con los hechos narrados (distancia/cercanía), marcar la relevancia de los hechos subjetivos o las voces en el discurso. En este juego creativo la percepción de similitudes de -s/-si con dizen que posibilita la convergencia de significados (re)creados en un proceso de gramaticalización inducido por contacto al que ya aludía Andrade (2007 ). Ahora bien, concebir este cambio como un mero trasvase de valores de -s/-si a dizen que supone una visión excesivamente simplista. La agencia y la creatividad de los hablantes en explotar las potencialidades de los sistemas implicados en el contacto son claves para explicar este cambio lingüístico inducido por contacto.

Agradecimiento

Esta investigación se enmarca en el proyecto de investigación “COREC. Corpus oral de referencia del español en contacto. Fase I: lenguas minoritarias” dirigido por A. Palacios (UAM) y S. Gómez Seibane (UR). Referencia /AEI/ PID2019/105865GB-I00.

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1Para correspondencia, dirigirse a: Azucena Palacios (azucena.palacios@uam.es), Universidad Autónoma de Madrid. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Filología Española. Campus de Cantoblanco, 28049 Madrid. ORCID iD: 0000-0002-9122-4362.

2Vid. Andrade (2007) para una magnífica revisión y análisis de estos marcadores.

3Andrade (2007:10) considera usos narrativos algunos ejemplos de las crónicas de bilingües que Escobar (2000) señala como reportativos.

4En la crónica deziendo/diziendo tiene valor citativo en todos los casos, como “Reprehende a todos deziendo: muchos sabios sin prouecho.” (folio 17r).

5Para el caso del español, véase Bermúdez 2005; Cornillie 2007; Cornillie e Izquierdo Alegría 2017; Estrada 2013; González Ruiz et al. 2016; Izquierdo Alegría 2019; Speranza 2014; entre otros.

6Para este trabajo he consultado la magnífica edición paleográfica de Rosario Navarro Gala (2007). Los ejemplos que cito de esta edición indican el número de folio del manuscrito original. Navarro Gala incluye una puntuación más actual para facilitar la comprensión del texto además de la puntuación original del manuscrito que transcribe entre paréntesis. En las citas que aparecen en esta investigación se ha dejado únicamente la puntuación actual que proporciona la editora.

7Este marcador quechua puede ser –s/-si ~ -sh/-shi en función de las diferentes variedades dialectales.

8Escobar (2000) afirma que las formas reportativas del verbo decir y el pluscuamperfecto tienden a aparecer juntos, pero en la documentación colonial ella no encuentra casos de pluscuamperfecto con valor reportativo. Esta información es sumamente interesante para el caso que nos ocupa, ya que confirmaría que en esa época dizen que aún no mostraba valor reportativo.

Received: January 31, 2022; Accepted: March 04, 2022

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